Esperó las fiestas de invierno, para tenerlos a todos juntos. Estar riendo, compartiendo y muchos otros gerundios felices de costumbre, en su casa llena durante esos días. El cumpleaños de su hija, luego el suyo, la navidad, el cumpleaños de Eva. ¡Qué más felicidad! todos crecidos, logrados... y los niños, la nueva bisnieta, más la otra que viene en camino. Se sacó muchas fotos con todos, desvarió más de lo habitual, pues descubrió desde tres veranos antes, lo divertidísimo de ver las caras de incertidumbre de todos con sus ocurrencias, con ese propósito.
Ya con todo el tiempo libre, durante el trajín de los demás, él tramaba nuevas locuras. -¡Se ha chiflado el viejo!, cuchicheaban muy quedito sus descendientes. -¡Viejo zorro!, pensaba Eva, que lo conocía tan bien. Él fingía sordera y reía mucho en silencio, con una sonrisa de labios muy apretados, tal y como quien acaba de hacer una travesura, asegurándose de tener el ceño un poco fruncido, para aparentar que estaba absorto en sus pensamientos, muy ajeno a los presentes y casi siempre, mirando hacia algún punto perdido, pues lo que podría delatarlo, era el brillo extraordinario de su mirada cuando estaba alegre... ¡Adorable!
Un día antes del fin de año, mientras ella dormía, fue a contemplarla. La besó, le acarició el rostro; estaba tan bella que no quiso despertarla y emprendió el camino, muy ágil, gallardo, guapo y perfumado, como a él le gustaba salir a pasear.
Un día antes del fin de año, mientras ella dormía, fue a contemplarla. La besó, le acarició el rostro; estaba tan bella que no quiso despertarla y emprendió el camino, muy ágil, gallardo, guapo y perfumado, como a él le gustaba salir a pasear.
Encontró demasiado rápido (el 1 de enero) un lugar bellísimo, donde esperará a su Eva; muy paciente, y feliz, captando toda la coquetería de los movimientos de ella mientras se acerque, fascinada con él ¡tan seductor!, con las flores más rojas y frescas, igual que su pasión y como a ella más le gustan. Para bailar a solas y empezar a regalarle otra vez, una luna diferente cada noche, como lo hizo diariamente, por más de 50 años.
Terrible situación, ¿Cuanto más pasará en la misma circunstancia? Quizás hasta su final.
ResponderBorrarPerdida en el recuerdo.
Saludos cariñosos.
Sí amiga, la muerte siempre es una terrible situación para el que se queda y desea seguir teniendo a esa persona en este plano. Conforta saber que ya descansen, sobre todo cuando existen enfermedades, pero ¿quién llena ese lugar que queda? Es difícil, sobre todo para matrimonios de convivencias tan largas.
BorrarPero bueno... allá estará esperándola, para cuando sea el momento indicado.
Un abrazo.
Precioso tu texto...
ResponderBorrarMe encanta eso de que le regale (o le haya regalado) una luna cada día.
Un besito, espero hayas comenzado este año muy bien Sara.
Y así fue lo de las lunas, fui testigo de ello...
BorrarGracias por tus buenos deseos, con este suceso triste, pero si comencé bien el año. Deseo que para ti sea muy bueno también.
Un abrazo.
Precioso texto.
ResponderBorrarUn abrazo Sara.
Gracias por tu Vo.Bo. y por tu abrazo.
BorrarCon cariño uno de aqui para allá.
El siempre la va a esperar los 1ero de enero ¡seguro que si! ¡bellísimo! Me llega muy hondo tu gran relato Sara....Te confío que este 1ero de enero nosotros dos cumplimos 41 años de casados!!!
ResponderBorrarEstoy segura de que la esperará siempre... ojalá que ella decida permanecer por acá mucho tiempo todavía.
BorrarQue admirables son esos matrimonios, me alegra mucho saberlo en tu caso, gran respeto para quienes lo logran.
Abrazazo doble!!
Hola Sara: Sólo quiero decirte que gracias por los relatos y todo lo demás que nos escribes; como se nota la sensibilidad que tienes en todo lo que haces. Muchas gracias por compartirlo.
ResponderBorrarMuchos besos
Julia, tu eres un primor! siempre tienes una calidez muy especial en la manera de interrelacionarte, espero que siempre recibas reciprocidad de todo mundo.
BorrarMuchos besos también... sabes que los mejores son para estrella.
Impresionante pero triste relato, Sara. Como siempre, la muerte es una desgracia, se produzca como se produzca.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, querida Sara.
Ay, sí que sí, es tan triste dejar de ver a las personas que tanto queremos. Lo bueno fue que se lo dije muchas veces de muchas formas y que me tocó la suerte de estar allí con él cuando se fue a su último viaje. Se fue tan feliz, todavía bromeamos minutos antes!!!
BorrarGracias!
Muy hermoso, Sara. La vida no dura siempre, si tenemos eso claro no es tan terrible.
ResponderBorrarBesitos, buen finde
Es hermosísimo morir de ochenta y pico de años, con toda una familia bien formada, con esposa, nietos, bisnietos y decenas de amigos. Es muy hermoso que los amigos de los hijos les quieran como si fueran de la misma familia... eso es muy respetable. Y uno... aunque cuesta consolarse a esas ausencias, nos queda tratar de no defraudar el cariño de esas personas y emularlos. Es bellísimo morir sin enfermedades crónicas, vigentes, en un suspiro, como lo hizo él. (Neumonía fulminante, en horas, se fue)
BorrarBesos... feliz finde!
¡Qué buen relato! Te felicito.
ResponderBorrarUn cariñoso abrazo :)
Gracias querida m.p. Me honras con tu comentario, de verdad.
BorrarAbrazo igual de bonito.
Una maravilla de escrito amiga, de verdad que me ha llegado muy adentro. Espero de todo corazón que hayas comenzado muy bien el año. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarGraias Pepe, por venir, por tu comentario y tu deseo tan bonito.
BorrarSabes que yo tambiuén deseo quye tengas un feliz 2013.
Cuánto me ha gustado como relatas sus pensamientos mientras el resto piensa que anda chiflado....
ResponderBorrarQué relato tan bello y qué final tan tierno.
Besos y feliz semana
Se divirtió mucho con este asunto los últims años. Lo pasó de lo mejor!
BorrarBesos!!
Morirse es terrible, pero es el destino para todos.
ResponderBorrarMorirse habiendo amado y habiendo sido honesto, mira, es terrible, pero menos. Por un lado dejas el recuerdo a quienes quisiste. Por el otro, si algún sentido tiene esta vida, seguro que lo has aprobado.
Morirse es súper terrible, porque vivir es ¡lo máximo!... Pero, no podemos evitarlo.
BorrarBesos.
ResponderBorrar¡Feliz fin de semana!
bajo la incipiente mirada
de la luna enamorada
de los riscos tornasolados de la alborada...
Atte.
María Del Carmen
Gracias gatica, por tus bellos versos siempre!
BorrarUn beso.
¡Qué emoción contenida durante la lectura! La última flor de su andadura no se marchitará en el recuerdo.
ResponderBorrarBesos.
Gracias por compartir esa emoción, estoy segura de que no se marchitará es de las personas bellas que dejan una gran huella en quienes tuvimos el gusto de tratarlo.
BorrarBesos.
Un emotivo relato lleno de admiración y cariño.
ResponderBorrarBello homenaje.
Un cálido abrazo
Sí Sneyder, le quise mucho, durante muchos años... como a otro papá!!
BorrarGracias por tu ternura, en ese abrazo.
Que ternura aun despues de tantos años
ResponderBorrarAbrazo
Lo más bonito de todo... una pareja mucho muy especial, que supieron enamorarse todos los días de mil formas... muy admirables.
BorrarAbrazo.
Precioso homenaje.
ResponderBorrarBesos
Gracias Gabriela... preciosa amiga!
BorrarBesos.
La luna de los enamorados... los cazalunas de felicidad. ¡¡Qué honor conocer personas así!! Felicidades, Sara, es un privilegio.
ResponderBorrarAbrazos para ti y una petición para ese nuevo ángel protector
Gracias, de todo corazón, porque sé que así viene ese comentario: De todo corazón.
ResponderBorrar