miércoles, 11 de junio de 2025

El mito de la lucecita al final del túnel

Jacinta, esa vez rezó con mayor fervor: Llévame contigo, nunca me dejes, quiero andar contigo, o algo por el estilo, le dijo a Cristo. Salió de la iglesia a toda prisa y la atropelló un camión. (Le cumplieron su deseo inmediatamente).

Subió al cielo y se encontró con un señor de barba con muchas llaves y en una oficina anexa había otro señor muy luminoso. Dios, aseguró ella, muy emocionada. 

El de barba con una tablet y el otro, con una laptop. Inmersos. Ambos vestidos muy informales y sentados en sillas de playa, ante unas mesas replegables. Una oficina improvisada.   

Jacinta, tuvo que toser varias veces para que notaran su presencia.  

A las quinientas, el de barba, de manera impersonal y un tanto molesto, dijo: el que sigue. 

Jacinta, ante él, ya estaba alistando toda su documentación personal, en original y dos copias que siempre cargaba "por lo que sea que se ofrezca".

--No, no, no, primero deme su número de turno impreso. 

-- No tengo turno, no había nadie antes que yo, por eso...

-- No la puedo atender sin turno.

-- Argh, pero es q...

-- Su turno... son políticas. 

-- Renegando fue hasta la entrada por su turno de la maquinita, a unos 200 metros. 

-- Llegó con el turno directo al escritorio. 

-- Espere a que aparezca en la pantalla su número o que yo le llame... Tome asiento, le dijo San Pedro sin dejar de ver su tablet y su móvil, que accionaba en simultáneo, muy divertido. (Seguro también estaba jugando casino, eso se da mucho en el cielo). 

-- ¡Ufa! Dijo Jacinta.  

Pasó una media hora y Jacinta ya impaciente fue a reclamarle atención. 

Ni la miró, ni le respondió. 

Regresó a su asiento. 

Una hora más tarde, el hombre la llamó... ¡37!

Jacinta le entregó el número, que no recogió el hombre y ya estaba lista para entregar la documentación que le pidiera.

-- ¿En qué puedo servirle? 

-- Como usted sabe, acabo de morir. 

-- ¿Y yo cómo podría saberlo? No soy adivino. Ni está uno para... 

-- Mmm... Bueno, me acaban de atropellar y morí...

-- Cómo se presenta así como así. Tiene que sacar cita... en línea.

Jacinta, vio que tenían varias computadoras y dijo, ¿puedo conectarme en alguna para sacar la cita? 

-- No... son del personal. 

-- Pero, si no hay nadie... 

-- Al rato llegan. No le puedo prestar equipo nuestro, vaya a su domicilio y desde allá pida su cita. 

-- ¡No puede ser!, si ya estoy aquí, atiéndame. ¿Para qué he de irme y luego regresar, en vez de que ya me dé trámite? ¡Habrase visto, tan pésimo servicio en el cielo! ¡Lo que haya que ver! 

-- ¡Y lo que falta! Vamos con los tiempos, señora. 

-- Necesito entonces hablar con el Señor! ¡Déjeme! y señaló hacia el hombre luminoso. 

-- ¿Qué?! ¿Cómo se le ocurre semejante barbaridad? ¿Acaso no sabe quién es?

-- Dios, supongo y usted San Pedro. Pero si se nota  que no está haciendo nada...

-- Está en su hora de casino. Usted no está para juzgar a nadie, ¡menos a Dios! ¿Cómo se le ocurre semejante atrevimiento?

-- Ah, lo espero, ya tengo más de una hora aquí, no tardará. 

-- ¿Y qué con que tenga una hora usted aquí? Dios no está para lo que a cualquiera se le antoje que atienda, es ¡Dios! Además, el tiempo celestial es diferente. Puede ser como un segundo o mil años, de lo que usted conoce, según la actividad nuestra y la gestión a la que usted venga. Por cierto, a qué viene específicamente. Dice que murió, ¿y luego?

-- Cómo que a qué vengo... Me acabo de morir. Me espero, para hablar con Él. ¿No que el tiempo de Dios es perfecto? 

-- Perfecto ¿Para quién? Son dichos populares, eslogan publicitario. ¡Qué sé yo!

-- No puede permanecer aquí, él, no, corrijo: Él, tiene su agenda llena hoy. Luego de su casino, tiene varias conversaciones a distancia y no sé la hora en que termine. 

Vaya a su casa, o a donde quiera, como le dije y en el formulario indica su trámite y nosotros le damos cita. De antemano le informo que será más allá de por noviembre, estamos muy saturados. Además hay un comité que decide a dónde le toca ir. En el cielo ya no hay cupo. Solo caben uno que otro... con recomendaciones. ¡El que sigue!

-- ¿Hasta noviembre? 

-- Sí... Del próximo año. 

Regresó Jacinta muy desencantada, en una ambulancia, entre unos paramédicos que gritaron de alegría al revivirla.

-- Caramba, nada de túnel, ni luz al final, ni los parientes más queridos esperándome, ni San Pedro amabilidad encarnada, ni Dios dispuesto a abrazarme por los siglos de los siglos, ni ángeles, ni música de arpas y violines. Nada de lo que han contado. Un fiasco, alucinación colectiva, una reverenda mentira de los que supuestamente han estado allá. Nada, una burocracia tremenda y una atención deplorable a los usuarios. ¡Qué va!, no podía creer lo que encontró.

Regresó tan, pero tan decepcionada, que ni se alegró de haber regresado.


38 comentarios:

  1. Una gran disculpa, que me he mandado con la extensión. Ya nadie lee tales parrafadas. Entenderé si no lo leen. Pero eso sí, porfa no comenten si no leen, se nota mucho 😊

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  2. Parece que cada vez resulta más difícil morirse...en condiciones :) , la próxima vez que suceda, que lo intente en el limbo o en el infierno, quizás sean más "atentos" heheheh, sinó que vaya adelantando tràmites para la cita prévia !.
    Buen relato , amiga !!. Un abrazo sin problema alguno ; )

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    1. Va a tener que buscar otra sección, parece que para ir al cielo se ha complicado, Artur.
      Un abrazo sin gestiones.

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  3. Lo he encontrado muy divertido, lástima que la protagonista ni siquiera se alegre un poquito a su regreso.

    Besos, Sara.

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    1. De lo contrariada que regresó, no se ha dado cuenta de que está a salvo.
      Un abrazo.

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  4. Todo es marketing, sino pregúntele a Cuba, te la venden de una manera...

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  5. jajaja, muy bueno Sara! Un relato divertido para pasar el día, un abrazote!

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    1. Parece que no encontró lo que se dice que hay.
      Un abrazote también.

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  6. O igual no era su día, ¡jejeje!
    Tantos trámites para llegar al cielo... no creo... a mi me mandaron a casa en mucho menos tiempo que el que relatas.
    "Las parrafadas", si gustan, para nada son pesadas.
    Besos, Sara.

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    1. No era su día :)
      Espero que nunca te vayas.
      Para parrafadas se necesita la gracia que yo no tengo.
      Besos.

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  7. Muy divertido, Sara. Ahora hablan mucho sobre este tema, Hay un importante médico que, basado en muchos de sus casos, opina que la muerte no es el final.
    Un placer leerte.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Eso dicen, lo pintan tan bien, que ni lo creemos.
      Un fuerte abrazo también.

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  8. Bueno sería por poco tiempo le han dado plazo para noviembre, y se lo dice a la familia, tengo que reservar plaza ¿para las vacaciones? -no para la vida eterna Aunque visto lo visto yo no me muero menudo rollo arriba la burocracia está como abajo. Una carcajada y un abrazo

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    1. Mejor no hay que morirnos, Ester. Si así es el trámite, más vale que no.
      :) Besos.

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  9. Oh! Entonces no hay lucecita? Ni siquiera una bienvenida? Jajaja! Estás creativa!
    Abrazos!

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    1. Nada de lo que nos han contado, Cecy. Ahí está el testimonio de la buena Jacinta. Jajaja.
      Besos.

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  10. Me ha recordado a las citas que hay que pedir y todos los trámites que hay que hacer tanto para que te vea un médico especialista cómo para solicitar cualquier cosa necesaria en algún organismo del gobierno. Besicos

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    1. Sí, Charo, en el cielo parece que están en las mismas. :)
      Un abrazo.

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  11. Para la próxima vez que acuda ya tiene experiencia y sabrá el modo de actuar.
    Saludos.

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    1. Ya tiene experiencia en el trámite, le será más fácil entrar al cielo a la siguiente.
      Saludos.

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  12. Hola Sara. Es cierto, en general," Ya nadie lee tales parrafadas." Pero, en un relato tan divertido y llevadero como el que nos "convidas " en esta oportunidad ¡imposible dejar de leer hasta el punto final!
    Te has pasado, has sacado afuera tu costado divertido e irónico. ¡Sigo riendo!
    ¡Gracias! que buena falta nos hace la risa diaria
    Abrazo

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    1. Ojalá que sí, Lu. Siempre dudo con escritos largos.
      Un abrazo.

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  13. ¿Y ahora qué?, ¿se replanteará su existencia sabiendo que lo quiera que haga no agrandará el cupo en el cielo? ¿Vivirá, ahora sí, la vida a tope?
    Saludos!

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    1. Quién sabe qué hará nuestra buena Jacinta. :)
      Saludos! Gracias por venir.

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  14. Y si esta mujer era creyente, ¿ahora en qué creerá?

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    1. Yo creo que seguirá creyendo, ya los conoció en persona, con todo y defectos, no crees? :)

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  15. Gracias, Sara, por tan original y entretenido artículo, narrado como solo tu sabes hacerlo. Tienes mucho arte y gracia, pero sobre todo ingenio.
    He pasado un rato muy entretenido.
    Un abrazo.

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    1. Me alegra que sí te hayas divertido, Manuel. Muchas gracias.
      Un fuerte abrazo.

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  16. Me ha parecido genial 👏👏
    Iremos tomando nota. Por si pensábamos otra cosa, ja, ja.
    Un abrazo enorme 🌷🐾

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    1. Creíamos que era entrada directa, pero no, Vero. Tampoco allá el trámite será fácil jajaja
      Muchos besitos para 🐕y un abrazo para su amita.
      Feliz fin de semana.

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  17. Uy , querida Sara, tramitología en el Cielo?

    Nada mas seria lo que nos faltara.

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    1. Parece que hasta en el cielo han cambiado las cosas :)
      Un abrazo.

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  18. En el infierno seguro que funcionan mejor.
    Son más espabilados.

    Besos.

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    1. Igual que en vida, para entrar al mal se necesita un instante y para entrar al bien toma más trámite.
      Besos.

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  19. La vida no se parece en casi nada a lo que nos han prometido...

    Saludos,
    J.

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    1. Ni la vida, ni la muerte. Crean mucha fantasía sin necesidad.
      Un abrazo, José.

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