Los personajes siniestros tienen un factor común y es: una mala infancia.
No conozco a ninguno que habiendo tenido mala infancia, tenga una adultez equilibrada.
En esto caben muchos políticos. Hitler, Milei, Trump, Bukele, por ejemplo.
Sin importar la posición económica, para ser buena persona, es imprescindible haber tenido el amor de la madre y obvio, derivados de ese amor, su educación y su guía, de pequeños.
Claro, como en todo. Hay excepciones. Hay quienes con una mala infancia, ya de adultos con una buena terapia, llegan a ser personas equilibradas y digamos buenas.
Tal vez por eso ante algo o alguien muy malo, expresamos: "No tiene madre".
*Por eso el tema de la entrada anterior, sobre conocer el contexto para empatizar.
Al saber la historia de las personas, podemos comprenderlas. Y nuestra relación con ellas puede fluir mejor.
Y con respecto a las que no tenemos que tratar, disminuimos las emociones negativas hacia ellos considerablemente y ya no nos enferman tanto sus actos. Yo todavía no lo logro con los 4 personajes que cito, cuando veo lo que hacen. Tengo que poner en práctica el ejercicio de imaginar su infancia y me cambia mucho mi sentir hacia ellos.