Noche helada, entre antiguas paredes en blanco-gris, sin decoración. El verano y la vida, afuera del hospital.
Cuentos de Chéjov, para no dormir, con unos 15 centímetros de luz del pasillo, para no despertar al enfermo... quien duerme y sueña. Incesante andar del personal, hacia las fuentes de quejidos y gritos.
La persiana abierta. Un jardín de rosas pálidas, mal cuidadas. Noche negrísima.
Súbita y profusa tormenta, salen todos los fantasmas a ese jardín, desde las oscuras habitaciones en desuso de enfrente. Ya se agrupan, ya cruzan, ya huzmean, ya danzan con su música imperceptible por persona viva. Pero se puede imaginar, por el ritmo de los movimientos.
De no ser por los fantasmas, hubiera sido una larga noche de horror.
Me dio chuchito,cariños.
ResponderBorrarNo te dé amiga :)
BorrarBesos.
Menos mal que llegaron los fantasmas, ya estaba teniendo mieditis. eres genial, abrazos
ResponderBorrarSí, Ester. Lo bueno que aparecieron a tiempo :)
BorrarBesos.
Si, lo fantasmas son muy simpáticos, a mi me encanta jugar con ellos!!!
ResponderBorrarBesos y salud
Entonces, sabes muy bien lo divertido que puede ser, verlos.
BorrarAbrazo.
Unos fantasmas amigables jeje, tal vez eran ángeles?.
ResponderBorrarAbrazos.
Si no nos metemos con ellos, ellos no se meten con nosotros. Tienen su código de ética.
BorrarAbrazo.
En todo hospital hay fantasmas, pero no todos salen al jardín, algunos están al lado leyendo ese libro de cuentos. Ay, lo imagine y me dio miedito, acá son las 12:12 medianoche. Saludos amiga.
ResponderBorrarGracias, amiga, qué bueno que me lo recuerdas. Olvidé hablar de ese fantasma y lo que es sentir su mano helada en el hombro.
BorrarAbrazo.
Impresionante. Un beso
ResponderBorrar:) geacias.
BorrarBesos
Una descripción perfecta.
ResponderBorrarEnhorabuena!!!!
Qué sol eres. Gracias.
BorrarBesos.
Hay fantasmas que acompañan.
ResponderBorrarUn abrazo.
Grandes compañeros, sí.
BorrarUn abrazo.
No hay peor cosa que la noche para cuidar a un enfermo, resulta eterna y muchas veces tristísima, pasé por algunas, un abrazo Sara!
ResponderBorrarSí, son noches de un sufrimiento incalculable, que no se le desean a nadie.
BorrarUn abrazo, María Crustina.
Conozco muy bien esas noches, con luz tenue en el suelo de los pasillos, con niños recién operados, con padres desesperados esperando noticias y un loco recorriendo las salas aterrorizando al personal de guardia. Lo pasé mal, aquella noche estuve sola en la planta y los fantasmas no sé si vinieron, no los ví, fue peor la posible visita de un pirado.
ResponderBorrarUn beso entre el mar y la montaña.💙💙💙💙
Espero no tengas más de esas noches. Pero si hubiera alguna difícil, echa mano de los fantasmas para controlar la situación. Ellos satisfechos se sienten cuando pueden ayudar. Acuérdate de que al personal no lo agreden jamás.
BorrarUn abrazo hasta ese lugar de ensueño.
Eliminar
Me has hecho recordar también. En mayor o menor medida todos tenemos este tipo de recuerdo. Lo has reflejado estupendamente me has hecho sentirlo. Un besazo y feliz verano.
ResponderBorrarFeliz verano para ti también. Son situaciones que a todos nos toca vivir.
BorrarAbrazo.
No hay que temerles...
ResponderBorrarBesos, preciosa amiga 🌺
Cierto. No hay que temerles. Cada uno a lo suyo.
BorrarFuerte abrazo, Vero.
Las largas noches de hospital sacan a relucir negros pensamientos pero ninguno de ellos contenía fantasmas, sólo mucho temor por la persona enferma.Besicos
ResponderBorrarCierto, la prioridad es que el alivie la persona hospitalizada.
BorrarBesos.
Pareciera que los fantasmas endulzaron esa noche.
ResponderBorrarBesos.
Al menos los fantasmas te ayudaron a acortar la noche. Muy buen relato.
ResponderBorrarmariarosa