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miércoles, 27 de febrero de 2019

Pasaban

Pasaban  bellezas, ternuras, dignas de ser contadas. Y pasaban. Pasaban así, muy fluidas e ignoradas, como si siempre fueran los momentos de la misma forma, como si la belleza y la ternura fueran requisitos obligatorios y continuos de la vida. Como si dentro de todo, no hubiera algo más sobresaliente que llamase la atención. Porque ya se había instaurado la costumbre de que así fuera, felicidad constante.
Pasaban ideas, pasaban sentimientos, pasaban imágenes, pasaban los días.
Y justo cuando quiso transmitir algo, todo eso que pasó, ya estaba tan ido, tan distante, tan irreconocible e irrecordable, que se vio enmedio de un silencio que no se lo desearía ni a su peor enemigo. Quería decir. Cuánto quería poder hacerlo. Pero mientras más ganas, más capas de silencio le amordazaban, asegurándose de que no fuera capaz de abrir la boca, ni de siquiera escribir una pequeña nota.  Como una maldición. Ni los pájaros que felices improvisaron anidando en las ramas aún sin recoger, que podaron despiadadamente a destiempo, le ayudaron a decir palabra alguna. Ya había enmudecido, de tanto dejar pasar. Solo pensó un profundo ¡ay! antes de soltar el llanto, ese sí muy estruendoso y escandaloso, al ver las inmensas heridas que les hicieron a los árboles que con tanto amor había cuidado. Sintió la tristeza y el dolor de todos esos árboles, sangrando en su cuerpo cada rama mutilada tan brutal y arbitrariamente.  Y con todo el horror en su piel y en sus ojos y en su corazón, escapó del lugar, para volver a hacer silencio, hasta perdonar a los culpables. Cuánto tiempo más tendrá que pasar para lograrlo y recuperarse todos.


martes, 12 de febrero de 2019

Temprano

Los boletos de la suerte, los reparten muy temprano.
                                         Amlo

* Las oportunidades no caen del cielo. Hay que ir a buscarlas y mientras más temprano, son mejores.  🍀

viernes, 1 de febrero de 2019

Tampiqueña

Era una casa tampiqueña, pero tampiqueña (tan pequeña), que para caber en ella, había que tener en orden, hasta los pensamientos.