Ojos grandes, ojos pequeños, ojos almendrados.
Ojos caídos, ojos prominentes, ojos hundidos.
Ojos juntos o apartados. Asiáticos o moros...
Y los colores, todo eso dejó de ser lo importante.
Hoy están,
los ojos de desesperación,
de aburrimiento, de incomprensión,
de hastío, de cansancio, de súplica,
de ruego, de nostalgia. Con la utopía
muy descolorida y los sueños algo ajados,
de tanto lavarlos: utopías, sueños y ojos, especifico.
Ojos de "compréndeme".
de "ya basta", de "hasta cuándo".
de "por el amor de Dios".
Ojos que expresan más
que cuando había boca y más facciones
en los rostros.
Ojos de lince
ojos que te ven llegar
ojos que te vieron partir.
Ojos con sus respectivas lágrimas de diamantes
que relucen como "tus dos inquietos luceros,
de noches claras".
Ojos mis espejos donde me reflejo,
también sin boca, ni nariz, ni nada más.
Con las ganas en postergación, en aplazamiento,
en retraso, tardanza, demora, espera.
Ojos más activos, buscando puertas,
vidas en pausa.
Que es mucha carga
para un solo corazón.
Sí, para este que tengo aquí.
* Anoche soñé tres pares de ojos
que tenía en la sección "muy queridos"
y ese trío de despiadados, descarados,
no pudieron verme de frente.
¡Se acabó, te quería! por mí, a volar los tres...
Para eso me gustaban, traidores.
Dense de santos que solo fue un sueño.