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martes, 30 de noviembre de 2021
El verde y receta
lunes, 29 de noviembre de 2021
Pasteles verdes
jueves, 25 de noviembre de 2021
Agradecida
viernes, 19 de noviembre de 2021
Equis soliloquio
sábado, 13 de noviembre de 2021
El cambio
jueves, 11 de noviembre de 2021
Hablando y bordando
-- Má... ¿Vas a querer que te ayude hoy?
-- Sí, m'hijita, en cuanto termines tu tarea, te lavas muy bien las manitas y vas al taller.
Así pasamos esa primavera, mamá, mi tía y yo. Bordando aquel vestido de novia con una cauda de 19 metros, con chaquiras, lentejuelas, canutillos transparentes, blancos y nacarados como estrellas, destellos de lluvia y luna.
Aborrecí ese vestido, a esa novia, los vestidos de novia y esa temporada, en que no anduve la tarde entera en la calle con la pandilla, por estar entre tules, guipiures, encajes, shifones, flores, hilos, alfileres y agujas, mirando a los amigos entre puntada y puntada, desde la ventana, donde me sentaba para aprovechar la luz natural. Aunque solo era un par de horas, porque luego salía a jugar también. Me hice muy rápida bordadora para poder salir.
Y bien que me gustaba ayudar. A bordar aprendí, casi creo que antes que leer y escribir. Éramos 5 hermanos y mi madre apoyaba a mi padre, confeccionando vestidos de novia, para poder estar pendiente de la casa y de los hijos.
Fue un tiempo hermoso, porque platicábamos mucho mientras cosíamos. Fui de todos los hermanos, la que más conoció a mamá, por esas tardes íntimas. Para esa tía, no había tragedia tan fuerte, que no pudiera descoser, hilvanar y volver a coser, como cualquier prenda que hay que ajustar a una novia vanidosa ¿Para qué tanto trapo? ¿Acaso era garantía de felicidad marital?
viernes, 5 de noviembre de 2021
Que no
lunes, 1 de noviembre de 2021
La mejor época
Esta puede ser nuestra mejor época de aquí en adelante y nosotros no saberlo. No la desestimemos. Que luego nos puede pasar como con ciertas fotografías, en que no nos gustamos en aquel momento y pasado el tiempo, nos parece que lucíamos espléndidos. : )
¿Les ha sucedido?
A mí sí. He contado que no me gustan ni las fotos, ni los espejos. Porque no corresponden muy bien en la percepción que tengo de mí, jajaja.
He notado que estos dos años de vida... Mmm... ... ¿cómo describirla?... ¿rara?, han dejado más huellas notorias que una década "en los demás"... Y no quiero constatar que en mí también. Eso sin tomar en cuenta el interior, que en muchos potenció los rasgos de personalidad (por no decir defectos). Claro... No todo mundo gestionamos igual las situaciones extremas. Pocos, muy pocos llegamos más lindos y equilibrados. Yo no estoy entre ellos.