El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, prohibió "El culto a su persona": Su nombre no aparecerá en placas alusivas a las obras públicas que se realicen durante su administración, que reconoce son de y para el pueblo, ni su fotografía en oficinas públicas.
Felicidades para los hermanos del país centroamericano, ojalá que sea un gobierno austero en el gasto público en todos sentidos y muy favorable a los intereses del pueblo. ¡Es una noticia digna de ser conocida por todos!
Felicidades para los hermanos del país centroamericano, ojalá que sea un gobierno austero en el gasto público en todos sentidos y muy favorable a los intereses del pueblo. ¡Es una noticia digna de ser conocida por todos!
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Imposible no comparar con mi país:
En México, se dice en su historia, que se erradicó la monarquía al derrocar a Maximiliano y Carlota en 1867, célebres como buenos monarcas, por su vanidad y lujosa vida.
En México, se dice en su historia, que se erradicó la monarquía al derrocar a Maximiliano y Carlota en 1867, célebres como buenos monarcas, por su vanidad y lujosa vida.
Pero siguió el culto hacia la persona de los presidentes y demás "gobernantes". En todos los recintos públicos del país se coloca la foto "oficial" del presidente (que van desde una escuela rural, aunque no cuente con instalaciones y servicios mínimos, a las oficina burocrática más lujosa).... además las placas con su nombre en todas las obras de infraestructura, para que nadie desconozca quien hizo la "benevolente gestión".
... ¡Un dineral! solamente en fotos, que los mexicanos debemos tolerar... logrando que nuestro consciente las haga invisibles, barriendo por asociación con todos los símbolos patrios, porque todos los señores se presentan envueltos en nuestra bandera, entonces hasta la bandera sale perdiendo simpatizantes.
Lo de las fotos son simplezas, sumado a lo que gastan los políticos en la presunción y lucimiento personal, mediante campañas propagandísticas de locura, para tapar sus irresponsabilidades y falta de logros, junto con sus familiares y amigos. Se dan una vida de monarcas de facto, junto con sus socios comerciales y amistades internacionales -que les duran lo mismo que duran en la silla-, en sus constantes viajes de cortesía, de lo cual el pueblo no obtendrá jamás ningún beneficio.
Así como, la indumentaria de sus mujeres, irrepetible por evento, que cuesta por ocasión más que las viviendas e infraestructura de servicios un poblado entero. Y se sienten "soñadas" si se les compara con alguna princesa o reina, para lo que también contratan de planta a revistas de imagen, para presumir de sus diseñadores, eventos "íntimos", familias "bien llevadas", vacaciones y sus 2 visitas altruistas... con cara de "no te me arrimes mucho mocoso que me echas a perder mi traje que me acabo de traer de las uropas", sin vergüenza ni remordimiento alguno.
Más lo que se gasta en cambio de imagen, modales, protocolo, clase, educación y todas las carencias de origen, para quitarles un poco la pinta de lo que son:
Más lo que se gasta en cambio de imagen, modales, protocolo, clase, educación y todas las carencias de origen, para quitarles un poco la pinta de lo que son:
Tratando de presentarlos ante los nuevos inversionistas, con el ficticio de un nuevo rostro de México, o sea, como si fueran decentes y otro PRI. Siendo que es el mismo partido, manejado por sus mismos jerarcas, con dos jóvenes muy ignorantes pero tremendamente ambiciosos, que se fascinan hasta el delirio por recibir en otros países, regalos de joyas, reconocimientos y condecoraciones, porque en su país solo cuentan con repudio, lo que a ellos les importa madre...
Aquí ya llevamos ¡¡una gran millonada gastada!!
Y para que ellos gocen esa vida, hay mucha gente, el tercio de la población total, que sobrevive a estas condiciones. El rostro más apegado a lo que es México... y a la que los políticos, sus hijos y su gente, llaman nacos o prole, con todo y que fueron los que votaron por ellos... mediante el engaño y el uso electoral de su miseria.
¡Nada ha mejorado desde 1867 a 2014!
Hoy, además del empobrecimiento, una gran parte de la población, ya no cree en soluciones y vive muriendo los días, por culpa de los inmundos políticos, del país de novela de terror que es México.