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jueves, 31 de marzo de 2016

No te cases con nadie

Queremos a las personas y quisiéramos que fueran nuestras, pero a las personas no las podemos poseer.

Nos pueden corresponder,  Qué dicha cuando se logra. Es muy emocionante decir y escuchar un "te quiero", un "te amo" ¿Quién no ha vibrado al sentirlo?

Pero todo es transitorio,
nosotros somos transitorios...
la vida es muy breve.

Aunque nos creamos que somos mucho, terminamos siendo nada... Nos evaporamos en la brevedad de un suspiro.

Y vuela el alma, en un instante, que puede ser hoy.

Quiere, ama, bríndate sin miedo, ni medida: con tu pareja, con tu familia, con tus amigos, pero no te cases con nadie. No hagas del amor una prisión.

Porque nadie es tuyo, ni siquiera tú te perteneces, pues no puedes ni tan solo determinar hasta cuándo estar aquí.

Comprenderlo te permitirá relacionarte con quien sea, en libertad,  por el tiempo que Dios te permita, con mayor intensidad y sin tanto sufrimiento.

martes, 29 de marzo de 2016

Compartíamos

Era tan común compartir. Si alguien obtenía algo cuantiosamente, de inmediato las mamás nos mandaban a los hijos a repartir, con la familia y los vecinos. Las mamás tomaban todas las decisiones de la casa, porque los hombres eran los proveedores, con todo lo que les costara lograrlo, con los pantalones bien fajados.

Íbamos: "Ahí le manda mi mamá". E igual los demás con nosotros. Una vida de "puertas abiertas", de mucho repartir y compartir.

Los favores, se hacían casi sin que se pidieran y sí era posible que no se supiera de parte de quién, mucho mejor. Para que no se sintiera en deuda esa persona. Lo único importante era que resolviera su bronca. No se cobraban ni se referían jamás los favores hechos. Y quien recibía, lo agradecía como algo muy natural, sin complejos.

Con el dinero también así era: directo, sin rodeos. Había palabra y vergüenza, era muy importante el honor,  siempre se daba la cara y de frente, sin miedo a sentirse expuestos, porque nadie exhibía a nadie. "A todo mundo se le podía atorar la carreta de repente"

Dentro de la familia... quien tenía, tenía para todos. Sin soberbias, ni competencias. Considerando lo material como lo más transitorio.

Fue como crecí, por eso es que soy tan utópica.

domingo, 27 de marzo de 2016

A domingo sabe la nieve

O, a nieve sabe el  domingo.

Con Juanita, aquella vecina de la niñez, solo era de un sabor.   Y moríamos de impaciencia por verla salir a su portal con el par de garrafas, para comprarle todos los mocosos del barrio.

Sabía a leche de vacas de verdad, azúcar morena de verdad con canela y un toque sutil de vainilla de verdad. Era de color rosa pálido, también de verdad.

Tanto que complican hoy elegir entre tantos sabores. Los he probado todos, en las cadenas de neverías, para terminar casi siempre pidiendo de nata, que es la que un poquillo puede parecerse a la que hacía Juanita...

Claro, ahora de saborizante artificial, con aditivos, esponjadores y cremas de de mentiras. Exquisitas, pero nunca como aquella, que por cierto, la hacía los sábados... Y sabían a domingo.

jueves, 24 de marzo de 2016

Dragón de luz

Todo había sido destruido. La muerte suspendida en un columpio invisible, nos mecía en sus brazos… el frío nos endurecía.

Caían nuestros sentimientos, como gotas fraccionadas, en su vaivén. Siguió el derrumbe y quedamos sin forma, ni color, ni sonido, ni esencia. Totalmente acabados.

En esa oscuridad, desde las cenizas y el silencio, surgió algo parecido a un dragón, con una energía muy profunda, que sin estruendo alguno,  nos tocaba compasivamente.

Nuestros cuerpos volvieron a vibrar. Vimos a contraluz cada pedazo de nuestro ser y de los demás cuando iban reincorporándose.

La muerte y el odio aterrorizados nos soltaron. Por instinto nos sujetamos los humanos unos a otros, en una cadena sin fin, viéndolos desaparecer por completo.

Brotó nuestra sed de renacer. El Dragón voló y confiados lo seguimos, hasta elevarnos, en un sólo trazo de amor y luz.

Allí, Dios recuperó su fe, justo cuando estaba por aceptar, que el libre albedrío había sido un error y pensó: "Dios permita otra oportunidad".





*Reeditado, de febrero 2011.

martes, 22 de marzo de 2016

domingo, 20 de marzo de 2016

Usando husos

Si es que el mundo
anda tan complicado,
por qué no hacemos equipo:

En la noche
tú me entregas
los pendientes del mismo día
que yo apenas empiezo,
continúo la labor
y mañana te entrega
el avance, quien siguió
después de mí.

Podríamos ganarle al tiempo,
si convertimos los husos horarios
en franjitas de ventaja global
entre todos los hermanos.

viernes, 18 de marzo de 2016

Cachanilla

Como la cachanilla
viva y verde
todo el año
con florecitas
violeta y púrpura
que ríen en ramitos
de carcajadas
escandalosas.

Como la cachanilla
que alegre goza
el calor extremoso
que del mar vuela
y choca con la montaña
donde recolecta amigos 
que une en un corimbo
hecho de cariño y  risas
bajo el sol abrasador.

Como la cachanilla es.



 "Cachanilla"  se nombra a las personas de Mexicali, Baja California, México, por la abundancia de esa planta en su suelo, aunque el gentilicio es mexicalense.

"Puro cachaniilla" la canción aquí.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Viajero

Ese libro y yo, nos conocimos en Valencia, en casa de su autor, a donde voy virtualmente con frecuencia, desde que somos amigos.

Hubo una gran química entre nosotros, desde que nos presentó mi amigo y no pude separarme de él,  hasta que me contó toda su historia. Él reía y me brindaba café, al ver mis ojeras devoradoras de sus renglones. Me enamoré de su esencia y pactamos reunirnos físicamente, en  la primera oportunidad.

Meses después, hubo una celebración en otra ciudad de España. En cuanto el libro se enteró de que asistiría un mexicano,  me avisó en un correo: ¡Pronto!... ¡Me atreveré!

En el trayecto, comentó el plan a su autor, quien le respondió: ¡¿Cómo crees?!, es una locura, hay demasiados peligros, ¡México!! que los narcos, los secuestros y robos... incluso hasta la aterradora vecindad con Trump, para que desistiera.

Pero el libro ya estaba decidido y sin permiso de todas formas lo haría, aunque no le iba a resultar fácil pasar inadvertido, siendo uno de los protagonistas.

En los aplausos, abrazos y felicitaciones, saltó desde la mesa donde había estado posando para los fotógrafos, hasta el maletín que tenía abierto el mexicano. Se escondió entre folletos, con su corazón a todo bum bum, por su nerviosa felicidad de no haberse lastimado ninguna hoja.   

De allí, el mexicano regresaría a casa... al pasar apresurado al hotel por sus pertenencias, el libro, pudo cambiarse a una maleta grande, intuyendo que allí podría viajar mucho más cómodo, para  descansar suficiente y llegar "muy fresquito" a México, donde tendría  que estar bastante listo, por todo lo que sabía! 

Muchas peripecias retrasaban su llegada a mí, ya estando en México, además de que el mexicano tardó días en reponerse del susto cuando el libro salió tan saleroso de su maleta, diciéndole que venía a vivir conmigo y que le ayudara a encontrarme.

El libro tuvo que luchar, empecinarse y ponerse bravo. Guardaba celosamente mis datos en la página 100 y por más que se lo decía, el mexicano no le creía, como tampoco que nos conocíamos y manteníamos correspondencia desde meses atrás (Gente rara que hay).

Hasta que una mañana muy fría de diciembre, previa a Navidad, llegó a mi casa, cantando villancicos y muy abrigado, ese ejemplar tan  guapo y paseado de "Sueños de Escayola", dándome una enorme y alegre sorpresa.

José Vicente García T. ¡Gracias, amigo! "Sueños de Escayola" cruzó el charco... y platica con todo detalle a cuanto mexicano conoce, que hizo una travesía más larga y azarosa que Colón... Y, ¡le creemos!

Cuando las siguientes ediciones de ese libro y los nuevos libros tuyos, puedan estar en muchas librerías de México y otros países, viajando en primera clase, respaldado por una buena casa editorial,  me sentiré muy feliz y recordaré la osadía de este ejemplar que me acompaña y me supervisa esta entrada y que te manda saludos : )

lunes, 14 de marzo de 2016

Hijos 9

Si tienes un hijo pequeño, aprende a decirle con amor, dulzura, convicción y firmeza la palabra "NO", cuando sea necesario.

"NO"  le evitará accidentes, errores demasiados problemas.

Y una vez pronunciada esa palabra tan dulce y conviencemente, bajo ninguna circunstancia cedas a su carita linda, para convertir tu negativa en un "SI". No accedas a sus súplicas, porque te tomará el número.

Explícale porque es "NO", con tranquilidad hasta que lo comprenda, y todas las veces que sea necesario.

Pero, si lo haces afirmativamente te comprenderá con mayor facilidad. Ejemplos: 

Si comes más, enfermarás.  En vez de decirle no comas más.

Si subes allí, te caerás, te dolerá e irás al médico. En vez de decirle no subas.

Si tocas el fuego, te quemarás. En vez de decirle no toques.

Ni gritando, llorando y haciendo berrinche, te compraré ese juguete hoy, etc. En vez de decirle no llores.

Nunca permitas a tu hijo, cuando tu pareja le haya limitado algo, discutan y acuerden  el asunto cuando el hijo no esté presente. 

"NO" a tiempo, te dará muchas satisfacciones, cuando tu hijo madure. Confía en que al corregirlo, le estás demostrando tu amor. 





viernes, 11 de marzo de 2016

Atento aviso

Tercera llamada, tercera llamada, esta es... La terrrceeera llamaaaada, yyyyy... comenz...
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Damas y caballeros... ¡Lo sentimos! desafortunadamente el estreno de la magna obra: PRIMAVERA  ANTICIPADA, no  se presentará hoy.
 
La prestigiada compañía "Desequilibrio climático", nos está comunicando de último momento, que la protagonista se encuentra con pulmonía.

En la taquilla, les reintegrarán su dinero, o les refrendarán sus entradas para la posible presentación, el próximo 21 de marzo, como se había venido realizando cada año.

¡Gracias por su comprensión!

(La gente se muestra muy disgustada).
. . . .
. . . .
Control por favor.... Están prohibidos los abucheos, insultos o  lanzamiento de tomates podridos al escenario... Serán consignadas a las autoridades, las personas que sorprendamos menoscabando este recinto de "altura". -añadió la angelical voz- 


miércoles, 9 de marzo de 2016

Un pétalo de Rosa

Desprendió el viento
un pétalo a la rosa
que por frágil y pequeñito
no pudo sostenerse más.

Se fue volando muy solito
en la tormenta invernal
hasta desmoronarse
o hacerse polvo,
o viento,
o nada.

 Los demás pétalos de rosa, no lo vieron.
Yo, pétalo de clavel, no lo vi.
Tú, pétalo de de jazmín, no lo viste.
Pero ¡Ay, cuánto duele saberlo!



martes, 8 de marzo de 2016

sábado, 5 de marzo de 2016

Del ansiado desenlace del robo, que tal vez no lo fuera

La gente circulaba... y la prisa de una señora malhumorada me sacó del romanticismo, con un leve empujón y su alarido: ¡Fíjese por dónde va, tonta!

-Ergh, perdón... ¿Ya vio qué maravilloso arcoiris hay? 

Me respondió con una mueca y pasó de largo. 

-¡¿Cómo se niega a admirar esa belleza?! ¡Cuánta dureza!, pensé.

Terca que soy, eso me incitó a insistir con otros caminantes a que lo disfrutarán, los invité con alegría y amabilidad, tenía que haber gente que apreciara un arcoiris. Pero después de mucho, solo recibí burlas, manoteos, encogimientos de hombros, insultos y lo que sentí peor: in-di-fe-ren-cia. 

Muy decepcionada, me senté en el piso donde no pudiera estorbar y me quedé con todo el arcoiris para mí sola... en eso, me llegó un niño:

-¿Qué  haces, te tiraron o te caiste?

Me enojó su pregunta, porque sí me sentía caída, pero disimulé y le dije sonriente:

- No... Estoy viendo.

-¿Qué?

-El arcoiris, en el tono más promocional que encontré.  No podía ahuyentar al único interesado.

-¡¿Qué?!

-Eso... Allá, señalé. ¡Es un arcoiris! ¡Míralo, qué lindo es! Era un niño muy bonito, con jeans, playerita, tenis rojos y una mochilita a la espalda, con juguetes, que se asomaban de ella, intrigados.

-¡Aaaah!... -y calla largamente y luego agrega- Sí  me gusta! ¿Para qué es? 

-Para verlo, para soñar, para jugar, para lo que quieras.  Sirve para todo y nos pone felices.

-¿De quién  es?

-De todos, de quien lo quiera.

Sin más... de un brinco lo arrancó. Y lo probó rápido como tobogán, columpio, cuerda, pelota, paracaídas, cometa, hula hula... jugaba y preguntaba, jugaba...

Y yo fascinada porque al fin alguien apreciaba aquello, le contaba porqué, cómo y cuándo. Todo sobre los arcoiris.

Al estar en lo de la vasija de oro, escuché pasos, volteo y veo a tres jóvenes de muy mal aspecto, sentí miedo, se acercaban a nosotros y antes de que me pudiera poner de pie, ya estaban junto a mí:

-¿Presta lumbre, doñita?, me preguntó uno, con un cigarrillo, y los otros dos se quedaron detrás de mí.

-No "hijo", fíjate que no traigo, con graaan amabilidad, tratando de que al decirle "hijo" pudiera tentar su corazón y con mi ilusoria teoría de que al tratar bien a un maleante se contiene, pero la verdad, ya me esperaba el golpe o  la punta de alguna arma de los otros dos, que ni me atrevía a intentar verlos.

-Ta bien, madrecita, gracias y se fueron, no miré su rumbo, porque apenas me reponía del susto. Aunque me sorprendió su "gracias". Más cordial el de mala pinta que los de buena pinta que encontré antes, jaja.

Y ¿el niño? ¡El niño! ¿Dónde está el niño? Me arrebaté y muy sobresaltada revisé en todas direcciones ¡El niñooo! Y ni pista ni huella de los tres jóvenes. ¡Se lo robaron!, acusé. Pregunté a la gente, recorrí calles, como loca (de por sí, ya había sido la loca de la tarde), qué cuentas rendiré a sus padres cuando me acusen de que por mi culpa... dónde están esos padres, qué hacen, porque un niño tan chiquito y lindo anda por las calles solito. Me eché toda la sociología encima, tratando de justificar la culpa que sentía por su rapto. Pero no me servía, era corresponsable. Ya me veía en la cárcel, con mi numerito al pecho, ¡Cómplice! Tráfico de menores. ¡Dios!!
. . .

Ya desgarrada, llorando, caminando más rapido, corriendo. Así iba, perdiendo a un niño del que no sabía ni su nombre, entonces que lo veo al fin, iba calle abajo, apresurado, muy aferrado a su gordona mochila, de la que pendía hasta el suelo un trozo de arcoiris. Aprovechó mi distracción  con los tres jóvenes para llevárselo.

                             FIN

"Es de todos, de quién lo quiera", me reproché habérselo dicho. Allí lo consentí. Entonces, ¿fue o no fue robó?, pero si no fue, porqué él iba tan apurado y mirando de vez en vez, si era seguido. Eso lo delataba. Sabía que me lo había robado, pero a mí me alegró que lo hiciera, pues pensé que ese arcoiris se iba a quedar flotando en la indiferencia.

                             

jueves, 3 de marzo de 2016

Continuación acerca del robo

No podría decir que esa tarde fuera fea, porque si me había ofrecido su mano para caminar juntas, en realidad era linda, por más gris que luciera.

Ni que "los arcoiris suelan escoger tardes feas para lucir ellos mucho más".

Estaba siendo muy retorcida, al adjudicarles ese temperamento seguramente equivocado. 

Siendo que podría ser Dios mismo, quien al ver alguna tarde que haya salido "sin chiste", le agregara un arcoiris, para darnos un sorprendente equilibrio.

Sentí  vergüenza por mis juicios, sin ningún soporte real, aunque fuera circunstancial y casual el caminar juntas esa vez, sin recurrencia posible... porque las tardes nacen, vienen a acompañarnos, ofreciéndonos un lapso para que lo usemos a nuestra elección y se van, para nunca más volver. Y, las usamos y gastamos "muy merecidos", porque nos llegan con una naturalidad  que ni les agradecemos, pues nada nos piden a cambio y al irse ni las extrañamos tampoco.

Incluso las inocentes y generosas tardes, mueren, siempre mueren, ante nuestros ojos y nos quedamos inmutables... Incluso, hasta lo gozamos ¿Cuántas veces hemos quedado prendados ante la muerte de una tarde? ¡Maravillados! Y con gran descaro tomamos fotos de cada detalle de su agonía, hasta que queda bien muertita y entre suspiros lo celebramos. Y quien diga que no, miente.

La gente pasaba a mi lado...

Pero sigue pendiente para la siguiente entrada lo del robo, que anticipo: fue en un tris, como suceden casi todos los robos importantes y más rápido que un tris, si andábamos todos evocando, reviviendo y clasificando besos, cuando el tema central podría estar en otra parte ; )

martes, 1 de marzo de 2016

Acerca del robo

Aquella tarde transcurría sin chiste, no taciturna, ni con alguna otra característica, era solo así: sin chiste. Y yo, caminaba de su mano, aburridas, sin rumbo, ni motivo, ni objetivo; fusionadas -la tarde y yo- con una libertad que más nos sabía  a hastío o aburrimiento, que a gozo.   

Sin embargo, no duró mucho nuestra vagancia pueril... pues nos sorprendió un arcoiris, espectacular!! Con la misma actitud caprichosa de casi todos los arcoiris que me ha tocado la suerte de conocer.

Tal parece que eligen las tardes más feas y aburridas: "sin chiste", para luego lucir ellos aparte con toda magnificencia y siendo esta siempre mayor que la de todos los arcoiris previos. Son vanidosos, caprichosos y protagonistas, como queriendo hacernos olvidar a todos los demás.  Y conmigo sí lo logran, yo no recuerdo el arcoiris de cuando tenía 5 años o 17, o 25.... recuerdo este del que estoy hablando.

O quizá sea que yo tiendo al olvido. Pues me dicen, por ejemplo, que el primer beso no se olvida, y la verdad es que yo no lo recuerdo.  El que se me ha quedado revoloteando por los labios y todo mi recuerdo, siempre, ha sido el último, fue un beso desplegable, multiplicable e insustituible como si no hubiera habido un solo beso anterior y para que no hubiera otros besos más.

Puede ser que hayan habido más, pero ese es el yo recuerdo como "el beso". Igual de protagonista que este arcoiris de la tarde reciente y sin chiste  con la que compartí él pequeño trozo de mi vida que voy a contar.

Entonces, aquí no queda... pues hablaré acerca de un robo, como lo dice el título de la entrada.