La gente circulaba... y la prisa de una señora malhumorada me sacó del romanticismo, con un leve empujón y su alarido: ¡Fíjese por dónde va, tonta!
-Ergh, perdón... ¿Ya vio qué maravilloso arcoiris hay?
Me respondió con una mueca y pasó de largo.
-¡¿Cómo se niega a admirar esa belleza?! ¡Cuánta dureza!, pensé.
Terca que soy, eso me incitó a insistir con otros caminantes a que lo disfrutarán, los invité con alegría y amabilidad, tenía que haber gente que apreciara un arcoiris. Pero después de mucho, solo recibí burlas, manoteos, encogimientos de hombros, insultos y lo que sentí peor: in-di-fe-ren-cia.
Muy decepcionada, me senté en el piso donde no pudiera estorbar y me quedé con todo el arcoiris para mí sola... en eso, me llegó un niño:
-¿Qué haces, te tiraron o te caiste?
Me enojó su pregunta, porque sí me sentía caída, pero disimulé y le dije sonriente:
- No... Estoy viendo.
- No... Estoy viendo.
-¿Qué?
-El arcoiris, en el tono más promocional que encontré. No podía ahuyentar al único interesado.
-¡¿Qué?!
-Eso... Allá, señalé. ¡Es un arcoiris! ¡Míralo, qué lindo es! Era un niño muy bonito, con jeans, playerita, tenis rojos y una mochilita a la espalda, con juguetes, que se asomaban de ella, intrigados.
-El arcoiris, en el tono más promocional que encontré. No podía ahuyentar al único interesado.
-¡¿Qué?!
-Eso... Allá, señalé. ¡Es un arcoiris! ¡Míralo, qué lindo es! Era un niño muy bonito, con jeans, playerita, tenis rojos y una mochilita a la espalda, con juguetes, que se asomaban de ella, intrigados.
-¡Aaaah!... -y calla largamente y luego agrega- Sí me gusta! ¿Para qué es?
-Para verlo, para soñar, para jugar, para lo que quieras. Sirve para todo y nos pone felices.
-¿De quién es?
-De todos, de quien lo quiera.
Sin más... de un brinco lo arrancó. Y lo probó rápido como tobogán, columpio, cuerda, pelota, paracaídas, cometa, hula hula... jugaba y preguntaba, jugaba...
Y yo fascinada porque al fin alguien apreciaba aquello, le contaba porqué, cómo y cuándo. Todo sobre los arcoiris.
Sin más... de un brinco lo arrancó. Y lo probó rápido como tobogán, columpio, cuerda, pelota, paracaídas, cometa, hula hula... jugaba y preguntaba, jugaba...
Y yo fascinada porque al fin alguien apreciaba aquello, le contaba porqué, cómo y cuándo. Todo sobre los arcoiris.
Al estar en lo de la vasija de oro, escuché pasos, volteo y veo a tres jóvenes de muy mal aspecto, sentí miedo, se acercaban a nosotros y antes de que me pudiera poner de pie, ya estaban junto a mí:
-¿Presta lumbre, doñita?, me preguntó uno, con un cigarrillo, y los otros dos se quedaron detrás de mí.
-No "hijo", fíjate que no traigo, con graaan amabilidad, tratando de que al decirle "hijo" pudiera tentar su corazón y con mi ilusoria teoría de que al tratar bien a un maleante se contiene, pero la verdad, ya me esperaba el golpe o la punta de alguna arma de los otros dos, que ni me atrevía a intentar verlos.
-Ta bien, madrecita, gracias y se fueron, no miré su rumbo, porque apenas me reponía del susto. Aunque me sorprendió su "gracias". Más cordial el de mala pinta que los de buena pinta que encontré antes, jaja.
Y ¿el niño? ¡El niño! ¿Dónde está el niño? Me arrebaté y muy sobresaltada revisé en todas direcciones ¡El niñooo! Y ni pista ni huella de los tres jóvenes. ¡Se lo robaron!, acusé. Pregunté a la gente, recorrí calles, como loca (de por sí, ya había sido la loca de la tarde), qué cuentas rendiré a sus padres cuando me acusen de que por mi culpa... dónde están esos padres, qué hacen, porque un niño tan chiquito y lindo anda por las calles solito. Me eché toda la sociología encima, tratando de justificar la culpa que sentía por su rapto. Pero no me servía, era corresponsable. Ya me veía en la cárcel, con mi numerito al pecho, ¡Cómplice! Tráfico de menores. ¡Dios!!
. . .
Ya desgarrada, llorando, caminando más rapido, corriendo. Así iba, perdiendo a un niño del que no sabía ni su nombre, entonces que lo veo al fin, iba calle abajo, apresurado, muy aferrado a su gordona mochila, de la que pendía hasta el suelo un trozo de arcoiris. Aprovechó mi distracción con los tres jóvenes para llevárselo.
FIN
"Es de todos, de quién lo quiera", me reproché habérselo dicho. Allí lo consentí. Entonces, ¿fue o no fue robó?, pero si no fue, porqué él iba tan apurado y mirando de vez en vez, si era seguido. Eso lo delataba. Sabía que me lo había robado, pero a mí me alegró que lo hiciera, pues pensé que ese arcoiris se iba a quedar flotando en la indiferencia.
Jajaja
ResponderBorrarTe lo sacaste de la manga paisanaaaa!!!
Besitozu
Jajaja... sudé, porque ya había prometido y ya ni la rosa de Guadalupe me salvaba.
BorrarBesos, paisaaaa!
Una pregunta ¿El final lo tenias planeado o lo creaste sobre la marcha? Nunca dejas de sorprenderme pero esta vez lo has hecho durar. Un abrazo y mi aplauso
ResponderBorrarEster, sobre la marcha. No sabía cómo empezar después de dos meses, opté por El título "robo" por amarillista, que eso siempre atrae. Iba a ser "negro", pero como era tan obvio, y los robos de besos también, según sus comentarios, le di la vuelta hasta el final, pues iba a ser el robo del niño ajeno, pero luego dije: para qué regresar después de tanto tiempo, torturando? Y llegó lo blanco a salvar.
BorrarGracias, cielo, besos y sonrisas!!
Bonito relato, con un inesperado final.
ResponderBorrarSaludos
Muchas gracias, Jubi. Un abrazo grande!
BorrarHas sabido crear un relato que nos tenia en vilo y que tenia un final hermoso,
ResponderBorrarBesos
Muchas gracias, Ilesin. Ustedes me fueron dando la pauta con sus maravillosos comentarios. Cuando los lectores son mejores que quién escribe, hay que ir percibiendo lo que van sugiriendo y tratar de lograrlo.
BorrarUn gran abrazo.
colectivo todo, mejor
ResponderBorrarGracias, la colaboración de los lectores fue estimulando y generando la historia.
BorrarBesos de anís
Que maravilla de elato o cuento, según lo que se quiera, a mi me encantan las preguntas del niño ¿Para que sirve? jajaja
ResponderBorrarHubiera quedado mejor especificado, quizá, "es de todos y de ninguno en particular" y así a lo mejor el niño no se lo lleva, pero no importa, se hace otro...jajaja
Definitivamente tu tienes mente y sensibilidad muy especiales y valiosas, felicitaciones.
Besos y salud
Jajaja, eres un bello!! Es que hay que tener cuidado como les respondemos a los mocositos, yo la regué con mi respuesta. Al final me quedé pensando, ¿cuánto hubiéramos tardado nosotros de niños para robarlo? Pedir permiso, conseguir Muchas escaleras, pegarlas (nosotros no bricábamos tan alto), luego los raspones, costillas y regaños y castigos en casa. Los bomberos, que vengan a bajar a los niños de esa nube, que se van a matar!
BorrarMeses, Genín, meses hubiéramos durado para robarnos ese arcoiris!!! jaja
Nada, los niños de hoy lo hacen más fácil y rápido.
Gracias, mil besos.
Hermoso final, muy buen relato, y sí, la indiferencia duele, me ha gustado y me ido metiendo en tus letras hasta el fin.
ResponderBorrarUn abrazo.
Ambar
Muchas gracias, Ámbar. La indiferencia es de lo que más duele, es un maltrato muy vil.
BorrarUn fuerte abrazo.
Es un relato fenomenal y muy hermoso, me tuviste pendiente hasta el final.
ResponderBorrarSara, Un inmenso abrazo!
Ay, Cristina. Te lo agradezco muchísimo.
BorrarUn inmenso abrazo!!
Maravilloso cuento, con suspense incluido y final feliz para el crío, que se lleva el premio mayor, todo un arco iris para el solo. Felicidades!
ResponderBorrarBesos.
Imagínate, el bribón con juguete nuevo y sin tener que esperar a que regresen los Reyes magos.
BorrarMil gracias.
Besos de colores.
MÁGICO!!!!
ResponderBorrarABRAZOS
ReltiH: GRACIAS!!
BorrarBesazo.
Un relato precioso.
ResponderBorrarY el final... GENIAL!!!!!
Bravoooooooo
Besos.
Gracias! Qué bello.
BorrarBeso 3 de hoy.
Ya desde chiquitos a tomar lo que es de todos, buen politico sera
ResponderBorrarCariños y buen fin de semana con o sin arcoiris
Jajaja. Gran comentario... y cuando lo encarcelen dura su historial, de niño se robó un arcoiris, jajaja
BorrarUn beso, igual tú.
Es con nosotros mismos con quien mejor se puede disfrutar un arco iris, mucho cuidado, no nos lo vayan a robar, Sara.
ResponderBorrarQué niño tan despabilado.
Buen final.
Índole es que lo que es muy lindo, a mi me gusta compartirlo. A veces, se les hace el día. Muchas gracias.
BorrarBesitos
Precioso y mágico.
ResponderBorrarMe lo leí de una.
Besos Sarita.
Gracias, amiga. Eres un amor!!
ResponderBorrarUn abrazo grandote.
Te luciste Sara, mágico regreso. Tan lindos que son los arcoiris, yo tampoco me hubiera resistido a guardar un pedacito en mi cartera :)
ResponderBorrarUn beso y lindo domingo!
Gracias! De tener la oportunidad del niño, yo tampoco me hubiera resistido:)
ResponderBorrarQue pases también muy feliz, un abrazo!
Siempre inteligente y juguetona Sara. Te has sacado de la manga una historia con un bonito e inesperado final que nos ha mantenido en vilo durante varios días.
ResponderBorrarComo siempre eres sorprendente y has sabido engancharnos con la magia del arco iris visto con la cálida mirada de la inocencia, que pervive aprendida por la sencillez con que la mira un niño.
Un fuerte abrazo
Más que todo es mi anhelo de seguir creyendo que todavía pueda haber niños que tengan infancia con inocencia y fantasía de ese tipo, pues se les ha sometido a los pobres a tanta cosa adversa. Ojalá haya niños que se roben arcoiris todavía.
BorrarUn abrazo doble, querido amigo.
Qué hermosa historia salió de tu inspiración, Sara, y para pensar, a veces las personas "de bien" andan muy apuradas para ver, y algunos de "los otros" tienen buenos modales, un abrazo!
ResponderBorrarEs que a veces desde la apariencia catalogamos a las personas y con frecuencia nos sorprenden las formas de unos y otros.
BorrarGracias, me alegras.
Un abrazo.
Fantástico tu relato Sara, no le faltan ingredientes, y es que es verdad, vivimos despistados, con miedo, con indiferencia... y cuando sentimos la belleza inundando nuestros sentidos creemos que tenemos que compartirlo con todo el mundo y tienen la obligación de disfrutarlo. En fin, que no tenemos remedio.
ResponderBorrarRespecto a lo del robo, que no, que no te robó nada mi Sara preciosa, que el arcoiris era del niño y fue él quien te lo puso ahí. Y lo puedo comprender, también yo tengo ganas de ver esas chispitas en tus ojos.
Un abrazo enorme mi bella hermana.
De acuerdo...Pero ni siquiera un trocito me dejó, el peque. Después de que yo lo descubrí!!
BorrarBesos, hermosa hermana.
¡Sara querida!
ResponderBorrarUn agradable relato con un título muy sugerente :)
¿Existe gente indiferente ante un arco iris? De ser cierto, nuestro mundo estaría totalmente enfermo.
Siempre me ha dado alegría pasar por tu anisada estancia. Cordiales saludos
Un enorme abrazo lleno de luz
Gracias por tu abrazo tan lleno de luz, que la luz se necesita por el mundo. Y la verdad no sé a ciencia cierta, si los demás aprecien como yo de todo lo que el mundo, la naturleza y Dios nos ofrecen tan bello a cada instante, pero ojalá.
BorrarTe abrazo igual.
Vaya maravilla has escrito Sara,eres ¡¡¡¡Genia!!!!!
ResponderBorrarabrazos miles.
Me alegra mucho que te haya gustado. Muchas gracias amiga Fiaris.
BorrarBesos de anís.
Nunca lo hubiera imaginado! genial. Me encanto! Saludos desde Puerto Rico!
ResponderBorrarMuchas gracias, Jackie, te mando un abrazo en caja de regalo por UPS hasta allá.
BorrarUn relato tan hermoso como los colores del arco iris.
ResponderBorrarPrecioso!!.
Un beso grande
Hermosa Amalia!! Qué amable eres siempre. Te agradezco infinitamente tu amabilidad.
BorrarBesos. Feliz Lunes.
¡Que hermoso relato! La parte en la que el arcoiris se transformó en un objeto tangible (o quizá en el relato siempre lo fue) me tomó por sorpresa.
ResponderBorrarPor más niños asi, salud.
Hola, Frida! Muchas gracias, por más niños así, ojalá :)
BorrarBesos
Te quedó lindo y con un final agradecido.
ResponderBorrarA veces es bueno empezar un relato sin saber como terminará; así entrenados la imaginación.
Un abrazote.
Pero... si hubiera sabido que rumbo tomar, quizá no me hubieran robado el arcoiris. Me hubiera puesto más lista, No crees? Jajaja.
BorrarMuchas gracias Ibso, siempre.
Un abrazote también!
Muy bueno. Es mejor el robo, sí. Lo peor sería que su destino sea el silencio, descuido y olvido.
ResponderBorrarAbrazos mi queridísisisiisisisma Vecina.
Alicia
Por suerte que los niños sanos, salvan las situaciones y nos llenan de esperanza. Ruego por que no pierdan su bondad.
BorrarUn abrazo muy grande, vecina del alma.
Sabes qué? Después de leer el testo hasta el final, regreso al título y me digo ¡ah, pero que ingenuo! ¿no ves que sugiere que es un cuento de ficción? Porque amiga mía, hasta que no llegué a “FIN” todo era tan real que tuve momentos de angustia por el posible ataque de los tres jóvenes de mal aspecto y el robo del niño. Jajaja es que soy como un niño. Y tu una maga encantadora.
ResponderBorrarUn abrazo.
Me encanta que seas como un niño, ya somos dos. Muchas gracias por tu precioso comentario, eres tan lindo! Y sí estaba medio angustiante ese pedazo de la historia gulp!
BorrarUn gran abrazo, José.
Me encantó leerte Sara, de principio a fin capturaste mi interés por conocer la historia que en verdad no se si fue real o imaginada porque pintas tan clara una realidad que existe: la indiferencia de mucha gente ante lo bello que la naturaleza nos ofrece y el creer que quien le presta atención es un iluso o tonto; el mal humor reinante que hace que al menor incidente se reaccione agresivamente; los mal intencionados que quizás puedan ser cambiados con un gesto amable porque es de lo que más carecen y finalmente aquellos que sacan a flote su niño interior, con frescura, inocencia, alegría y que nunca, tengamos la edad que tengamos, podemos perder. Feliz el niño con su sueño de arco iris!
ResponderBorrarBesos
Carmen Rosa: Me dejas fascinada con tu análisis tan rico y sobre todo con tu gran disposición para leerlo completo. Fue ficción, pero como lo has percibido, incluyendo aspectos reales.
ResponderBorrarAprecio mucho tu generosidad, muchas gracias.
Besos.
esto es una parábola en toda regla: ¿si fue robo? ¿no fue robo?
ResponderBorrarallá cada cual con el final que interiormente quiera aplicarle a la historiam tan 'real' como la 'irreal' vida misma
besos
Eres muy generosa, me alegra mucho recibir tu comentario.
BorrarRecibe un abrazo grande.
Qué sería de nosotros sin los cuentos, los sueños, los niños y sin estos preciosos textos repletos de fantasía!!
ResponderBorrarMe encantó.
Gracias.
Gracias preciosa, me alegro de que te guste. Los niños vienen a salvar los días, siempre.
BorrarUn abrazo grande.