Hay años buenos, hay años malos. 2013 ha sido muy atípico... Acostumbrada al reto complejo, permanente e intenso. Este año que está a punto de terminar, fue muy neutral y bondadoso conmigo, lo que agradezco infinitamente, pero fue muy difícil para mi círculo social inmediato, virtual y mundial.
Fui testigo de hechos muy dolorosos de otros seres humanos, tanto amigos, conocidos o desconocidos. No es fácil asimilar la destrucción por desastres naturales y menos, sabiendo que en su mayoría, son provocados por el mismo hombre, arrebatando vidas... de inocentes, ¡de niños!
O ¿Qué tanto poderío y deseo de omnipotencia, puede ser capaz de mentir a la conciencia de los responsables, ante tantas vidas perdidas: por guerra, opresión, represión, negligencia, negocio, irresponsabilidad... todas las caras que nos mostró la maldad, el odio?
Me desgarra, ver como otros perdieron... sus seres amados, sus empresas, sus hogares, su salud... hasta la vida. Qué tanto puede satisfacerme un año bondadoso para mí, en que ni con mi vida hubiera podido frenar el dolor de los demás. Muchos que quiero, porque los conozco en persona o virtualmente, y muchos que quiero a pesar de ser desconocidos, porque son tan humanos como yo, y que eso me hace suponer que tenemos las mismas necesidades, los mismos sueños.
Pero, a la vez dudo que haya muchos que desde la bofetada recibida en su carne, de la cruel deshumanización, pueda conservar sueños, aunque yo lo anhele, porque sé, por mis años que fueron malos, pero soportables, que los sueños, son la fibra del único hilo que nos detiene de no caer en las garras de la locura, la desazón o la muerte. Sin embargo, muchos reciben golpes insoportables. Eso, amarga saberlo.
Te despido 2013 con acidez, pero con mucha decisión... aunque tú como simple marcador de un tiempo, no tengas la culpa y quizá esté siendo injusta contigo. Pero considero sano, albergar la idea de que puedas ser fin de nuestra decadencia tan nociva para el mundo, mundo que es la casa de todos, donde casualmente también vivo yo. Y que merezco vivir bien y ser feliz, igual, como el ser que esté lo más lejano de donde estoy, que no lo está tanto, puesto que vivimos en la misma casa. Cualquier ser: humano, animal o vegetal... que hemos sido vendidos, empeñados, para que se compren los nuevos modelos y diseños, de todas las cosas inanimadas, los que pertenecen a una minoría, que por mediocre, nos está destruyendo parejo a los demás, para tratar de satisfacer su insaciabilidad, y, que ni siquiera logran.
Estoy muy feliz de que ya termine, porque con un nuevo ciclo, los aires se renuevan, por lo pronto en lo subjetivo, de quienes podamos imaginar y confiar y desear y creer y tener fe... en la esencia humana, en el niño interior, en el amor, en la bondad, en la inocencia, que en conjunto son la luz... Para mí ¡Dios!
2013: ¡Gracias! Ojalá mejoremos...
¡Abrazo enorme a todos los amigos, cerca o lejos, todos a igual distancia, en mi corazón!