Entras a tu blog predilecto, pero no lo recuerdas, piensas: Quizá cambió su apariencia. Vas al perfil, no lo reconoces, pero algo te hace creer que eres tú. Empiezas a leer la entrada, te resulta muy familiar, más bien porque vas intuyendo, adivinado el contenido antes de leer palabra por palabra, como si fueras escribiendo tus pensamientos en inmediato, sin deslizar tus dedos o teclear. No te enfada, ni te alarma.
Es muy extenso, sigues allí,
te internas en una historia ya sabida, como si fuera tu pasado, pero puedes ir corrigiendo antes de cruzar lo que no te agrada o no aceptas, sólo pensándolo.
Aquel pleito, aquella palabra, aquel gesto, aquel adiós.
Se esfuman las palabras, ahora ves, revisas, replanteas, ¡hechos! Pasaste al verbo, sin verbo. Flotas. Termina el tiempo, es un tramo, un lapso, sin conteos, ni medidas. Estás dentro del blog, te miras en un video. Te fascina la sensación, pues teniéndote siempre contigo, resulta que no te conoces tanto, nunca antes te habías observado, en esa especie de desdoblamiento. Corres, brincas, vuelas, te haces muy ágil, te trasladas a muchos sitios, los que siempre deseaste conocer. Ves a muchos amigos de blog, que no habías visto completos, si acaso antes una fotito del perfil, te comunicas con ellos con solo pensamientos, te alegra. No piensas en salirte.
Van llegando más, todos los que sigues y te siguen, se van agrupando, avanzan abrazados, sin tocarse, es un abrazo muy cálido y a la vez sin contacto físico, como si no tuvieran ya piel.
Avanzan, hasta el edificio inteligente que abre sus puertas y entran como si los tragara, suena una música nunca escuchada, dentro de la penumbra y cuando estás por sentir miedo, se abren las letras gigantes:
Es muy extenso, sigues allí,
te internas en una historia ya sabida, como si fuera tu pasado, pero puedes ir corrigiendo antes de cruzar lo que no te agrada o no aceptas, sólo pensándolo.
Aquel pleito, aquella palabra, aquel gesto, aquel adiós.
Se esfuman las palabras, ahora ves, revisas, replanteas, ¡hechos! Pasaste al verbo, sin verbo. Flotas. Termina el tiempo, es un tramo, un lapso, sin conteos, ni medidas. Estás dentro del blog, te miras en un video. Te fascina la sensación, pues teniéndote siempre contigo, resulta que no te conoces tanto, nunca antes te habías observado, en esa especie de desdoblamiento. Corres, brincas, vuelas, te haces muy ágil, te trasladas a muchos sitios, los que siempre deseaste conocer. Ves a muchos amigos de blog, que no habías visto completos, si acaso antes una fotito del perfil, te comunicas con ellos con solo pensamientos, te alegra. No piensas en salirte.
Van llegando más, todos los que sigues y te siguen, se van agrupando, avanzan abrazados, sin tocarse, es un abrazo muy cálido y a la vez sin contacto físico, como si no tuvieran ya piel.
Avanzan, hasta el edificio inteligente que abre sus puertas y entran como si los tragara, suena una música nunca escuchada, dentro de la penumbra y cuando estás por sentir miedo, se abren las letras gigantes:
¡BIENVENIDOS POKEMONES!