"El auténtico rebelde, es quien
a pesar de la experiencia
no pierde la esperanza".
Me dijeron hace un par de décadas, que eran palabras de Ernesto Guevara. Sin embargo, no encontré quien me confirmara su autoría.
Al Ché lo admiré mucho y por mucho tiempo; ahora no estoy muy segura de si lo seguiría admirando, pues existen muchas versiones de que él, en realidad, no fue como se ha promocionado.
No pretendo discutir al respecto, porque no tengo la categoría para poder juzgar ni su trayectoria ni su imagen, me falta mucha información y bastantes elementos para hacerlo. Además amo a Cuba, y respeto bastante a Argentina y a todos los países que no son el mío, así como a sus personajes relevantes.
¡Bueno, no!, exceptuando los "Yunaites Estates", como le decimos entre "la raza", entendiéndose raza en la acepción que usamos ciertos mexicanos para decir: pueblo, gente humilde, lo que en los niveles "jaitones", de la high life, dicen gentuza o "naquerío". A mi me gusta raza. Yo tengo una especie de "yunaitesfobia".
Lo que pretendía decir antes de divagar, es que: Me gusta la rebeldía, siempre he pensado en cualquier situación que yo veo que sí, aunque se me diga que no.... De inmediato pienso ¿Y por qué no?, lo he pensado, lo he expresado y lo he vivido. Eso trae muchas consecuencias... Unas fascinantes y otras funestas.
And then... Esas palabras me las he creído a "pie juntillas", las obsequio a los demás rebeldes que anden por allí, con la confianza medio despintada, resquebrajada, para que "no se rajen" ( No es albur, ni ofensa) No se rajen decimos entre la raza para animar, para decir: No se acobarden. Para que sigan siendo: Auténticos Rebeldes.
Esta entrada se la regalo a Nacha Rodríguez, a quien me gusta decirle Nazha, que es el ícono de la rebeldía, pues ella es la más rebelde de todas las que he conocido.
Es sobreviviente de la masacre de Tlatelolco en el año 68, y sigue siendo la misma rebelde. Muy amiga de la Tita Avendaño, que dice Nacha que era más rebelde que ella. La Nacha todavía vive (esperemos que por muchos años más) y aunque a veces le duele algo y a veces otro algo, porque ya no es una muchachita, pero lo que más le duele es el alma, pues ella a luche y luche y grite que grite toda su vida, y el mundo no avanza.
Estuvo en la cárcel, por gritar: Justicia, libertad, igualdad... y todas esas cosas que los auténticos rebeldes gritan. En el 68 en que decidió dejar su vida acomodada y privilegiada, para unirse a la raza... hasta el día de hoy.
La amedrentaron, la amenazaron, la lastimaron, la torturtaron, la encarcelaron... Luego le ofrecieron premios, privilegios, puestos, becas y cuantiosas sumas por su conciencia y ella ha dicho: ¡No!, mi conciencia no es negociable y no tiene precio. O sea que es una auténtica y eterna rebelde, una rebelde "de a madre".
Me siento muy orgullosa de conocerla, de que me diga hermanita, porque ella es como la hermana mayor, pero de tod@s, ella fue una mártir del 68 y es un ejemplo a seguir, aunque nos quede ¡tan demasiado enorme! Con ella ningún elogio es exageración.
Ahora, la invitan y la visitan de muchas partes del mundo, para homenajearla, para que adoctrine a jóvenes, para que narre su testimonio, para que sacuda conciencias. Se la pasa muy viajada, consentida, querida y admirada; cosechando algo de lo mucho que ha venido sembrado con su rebeldía genuina. Por consiguiente, tiene miles de amigos.
No se puede hablar de Nacha en pocas palabras, su trayectoria de vida es demasiada que merece muchos libros. Es la rebeldía personificada. Y espero que ni se entere de que estoy hablando de ella, porque es demasiado humilde, no le gusta ufanarse de su grandeza.
El 26 de julio fue su cumpleaños, sus amigos la celebraron como siempre con una gran fiesta, asistieron personajes de todas partes del mundo.
Gracias Nacha por tu lucha, fe y esperanza invencibles; por mantenerte rebelde, a pesar de todas tus experiencias. Por haber nacido en México, por existir. Es un gran honor conocerte.
Gracias Nacha por tu lucha, fe y esperanza invencibles; por mantenerte rebelde, a pesar de todas tus experiencias. Por haber nacido en México, por existir. Es un gran honor conocerte.