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viernes, 4 de octubre de 2024

De trivialidades, qué más

Blogger sigue con sus errores operativos. Me alegró que compusieran la sección "seguidores" hace unas semanas, y ya todo mundo aparece con sus fotos de perfil, pero ahora las actualizaciones de lo que publican, a veces sale, a veces no. Igual que los comentarios. Ya es rutina ir a buscarlos al bote de la basura, así sean de los amigos de tantos años. Ah, pero la porquería de la loca desatada de "Mi-a-mi" sigue colándose sin ninguna restricción, hasta en los blogs más serios. La basura va en primer plano y lo valioso, escondido. Me siento con frecuencia como la madre de San Agustín, cuando le dijo: Hijo, ya me quiero morir... el mundo ya me rebasó". Así me pasa. 

Será que los blogueros, los tenemos aburridos con nuestras romantiqueces que a nadie fuera de los del club les importan, en un mundo donde la violencia, el irrespeto, las adicciones y la locura es lo que prima. 

Las armas, las violaciones a la autonomía y a la dignidad de los pueblos, y toda esa miseria, es lo que está de moda, porque es lo que les da negocio a naciones decadentes como "usa te usa".

Hoy vi un poema en casa de Ester, que ganó no sé quién un premio muy cuantioso en euros. Mi comentario después de leerlo fue "hay que tener amigos entre los jueces de los premios" (muy amargado mi comentario) pero, eso, pues he visto entre mis amigos blogueros poemas muy por encima de la calidad de ese poema "premiado". Jajaja.  

Así, amigos. La corrupción es la llave de oro de todos los escaparates y con los que se acomodan los más tramposos. 

Los que no somos, ni corruptos, ni tramposos, seguimos ocultos. ¿Y saben? ¡Qué bueno! ¿Quién quisiera lucir en este mundo de cabeza?

Ciao, luego regreso positiva, me voy con mi amargura a que el viento la desperdigue, en un paseo con Cuca, que anda convaleciente, después de sustazo que nos dio, que ya no la contábamos y el cielo se nos iba a caer encima.  

Luego los iré visitando. 


jueves, 26 de septiembre de 2024

Liberar


Volar hacia aquellos pensamientos idílicos, 
que nos impulsaron 
para llegar hasta aquí.
Es nostalgia. 

¡A volar, pensamientos! 

¿Acaso hay algo más idílico
que volar sin valorar,
sin comparar,
sin ir hacia atrás?
Es libertad.