La sonrisa, es el sol de nuestro rostro.
Porque es cuando el alma se asoma, demostrando su existencia desnuda.
Es el amor con todo su poderío.
Es la fuerza que impulsa y resuelve y da paso a nuestra capacidad de vivir.
Siempre y cuando sea verdadera, espontánea y franca. Nunca de otra forma.
Y la risa,
ah, la risa,
esa es...
un concierto de cascabeles de ángeles, desde nuestro pecho.