Desbordantes y desbordados, como si de “veritas” ganaran, celebran trepados desde los templetes, envueltos y mareados de gritos, coros, aplausos, porras, loas, de aquella multitud, bajo sus pies…Su multitud ¡Suya! por que ellos la inventaron, ellos la pagaron, ellos la compraron, con nuestro dinero, que ellos gastan, como se los hemos permitido.
Lograda con hordas, familias enteras, de quienes desde la inopia absoluta, se dejan acarrear, porque si no se dejan, de todas formas los acarrean, desde lo más profundo de quien sabe que pueblos, todavía más escondidos que el infierno, que antes estaba bien lejos, pero que ya todos sabemos donde queda, pues cada vez está más a la vista y a la mano... Nos ha ido alcanzando.
No por decir lo que son, significa que los desprecie, jamás lo haría. A los que si desprecio y mucho, es a quienes les han convertido en éso. Estrangulándolos, para que no tengan la posibilidad, ni la fuerza, ni la idea siquiera, de que pueden y tienen derecho a vivir.
Ellos hacen la comparsa, y los votos y las decisiones de este PAÍS FICTICIO, con las instrucciones de sus líderes vitalicios, en forma de amenazas de: quitarles terrenos, trabajos, créditos, becas, donaciones, despensas, subsidios, servicios médicos, escuelas, centros comunitarios, si no apoyan. Porquerías todas, sin las que podrían estar mejor, si fueran productivos.
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Chon Prieto |
Mientras: Los pobres de las ciudades, que están hartos, no votan. La disque clase media, harta, no vota. Y con ese no votar, se permite que una manga de rateros sigan enriqueciéndose, con los políticos más inmundos, apoltronados por ellos, 6 años en el poder.
Porque en México: Todavía no se reglamenta que deba existir por lo menos un 50% más 1 de votos, como se hace hasta en las cooperativas escolares, para que unas elecciones sean válidas. Y ellos muy orondos se carcajean sentados en nuestra inoperancia legal ciudadana, aunque tengan un 10 o un 20 porciento de votos. Ridículas minorías con las que nos dejamos pisotear.
A pesar de contar con un Instituto Federal Electoral, que se creó, para defender los intereses del pueblo, cuando nos hartamos del PRI y de la falta de democracia. Pero que al paso del tiempo, en que todo se corrompe en esta patria, se constituyó también en un nido de rateros, en que nuestros representantes, ganan sueldos ofensivos y trabajan también ya, para el PRI.
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Rius |
El partido al que Rius (Eduardo del Río, caricaturista, historietista y escritor y ahora también marchador de protesta),
bautizara como RIP, en su memorable revista semanal:
“Los Supermachos”. En el pueblo llamado
San Garabato. Que corresponde con cualquier pueblo miserable de los años cincuentas-setentas, hacia donde hemos retrocedido nuevamente.
Partido que aun teniendo presidentes del país del PAN por dos veces, nunca dejó de estar en la mayoría de los gobiernos de provincia y en los congresos legislativos, desde donde han mantenido su función, de hundir a México, desde la estructura de absolutamente todas las instituciones: entorpeciendo, frenando, robando, saqueando, no permitiendo ningún cambio positivo.
Gracias a lo cual, lograron demostrar a la población ignorante, que el PAN no supo gobernar. Y le crearon una guerra a Calderón, a la que denominaron guerra de Calderón. Y la criminalidad aumentará todavía a niveles muy por encima de los ya vividos, hasta que ellos retomen el poder, para mágicamente controlarla, según ellos. Aunque la anarquía que crearon, ya se les salió del control.
Todo esto sucede, a nuestra vista, ya convertidos en, ni más ni menos que unas estatuas, inservibles y grotescas, incapaces de rebelarnos todavía de verdad, con todo y lo que nos está pasando.
* En el Estado de México, que es donde mayor población se concentra del país, acaban de elegir gobernador. Ponen al candidato del PRI, con el 60% de votos, de una votación total del 40%.
O sea que un 20%, casi analfabeta, de un Estado, porcentaje logrado con todas las trampas existentes, sin las cuales nadie hubiera votado, definió quien nos tiranizará por los próximos 6 años a los 110 millones de mexicanos, que dice el último censo que ya somos.
Porque a partir de todos los dineros de todos los gobiernos del PRI de los estados, que son casi todos, se orquestarán las elecciones presidenciales, para imponernos a un tipejo, que desde hace 6 años estamos diciendo que no lo queremos en la silla grande, pues desde hace 6 años que lo sabemos y que es el gobernador saliente de ese Estado. A quien aborrecemos, por lo que hizo con su entidad, a la que deja en condiciones infrahumanas.
Hemos regresado hasta San Garabato. A no ser, que reventásemos antes en una guerra civil. Lo que sería imposible, porque estamos demasiado vapuleados, hambreados, desvelados, sometidos, desunidos, desorganizados, confundidos, desilusionados, incapaces y muy cansados y apendejados...
* * *Sin embargo, ante una situación tan grave: Estamos a tiempo y obligados a hacer una verdadera revolución de conciencia. Desde la base de la sociedad, empezando por:
No sentirnos vencidos.
Triplicar el esfuerzo, o quintuplicarlo, lo que sea necesario.
Dejar de deberle a USA, y a quien sea... Y no permitirle más intervencionismo en nuestras decisiones.
Unirnos comercial y culturalmente, con los países de latinoamérica, que lo permitan.
Destruir las mafias de la educación, sindicales, etc, que impiden a través del sometimiento de las voluntades cualquier muestra de rebeldía hacia la clase política.
Exigir, a gritos, sartenazos o como sea: que se hagan ¡Ya!, las adecuaciones legales que garanticen en serio nuestros derechos ciudadanos, empezando por una verdadera democracia, no solo una alternancia, que no nos ha conducido a ninguna mejora.
Desaparecer un buen número de diputados y senadores que no trabajan para nosotros y solo gastan y desgastan nuestro presupuesto.
Procesar legalmente a los políticos que nos defrauden. Y revocarles su mandato en los casos necesarios. Exigirles cuentas y que sea necesaria la aprobación ciudadana de sus proyectos.
Fortalecer las familias y la buena vecindad, para cuidarnos, vigilarnos, apoyarnos en erradicar la delincuencia menor y dejar de ser clientes de la delincuencia mayor.
Descentralizar a los Estados de la República, para ajustar las políticas públicas a las necesides regionales y ser más productivos, para que nadie tenga necesidad de emigrar a ninguna parte.
Y, seguir luchando, hasta que los políticos entiendan que son nuestros empleados y que para eso les pagamos y muy bien...etc, etc, etc.