Desencanta, derrumba, duele muchísimo que sucedan cosas tan terribles. Hace unas horas estoy invitando en la entrada anterior, a emitir más y más ondas de amor sobre el mundo... Curar las heridas provocadas, sanear, luchar, sumar, flexibilizar, aceptar... resurgir como humanidad, en la que confío, en la que creo, porque soy humanidad y creo en mí.
Muy sublime me puse, muy segura de que desde el más pequeño gesto influye y contagia y sella y repercute: Ni siquiera quise pensar o adentrarme en los actos negativos, los rodee, me centré en el amor, desde lo más profundo de mi alma... Le di toda la fuerza al amor, deseando muchos ecos por doquier....
No sé como fuera en lo íntimo y privado, pero sus letras, sus palabras, sus risas, sus bromas, sus ironías, sus carcajadas, siempre me inyectaron ganas de luchar, ganas de seguir, ganas de levantarme de cualquier situación adversa, ganas de sonreír, de vivir y de amar, de amar intensamente, profundamente, incondicionalmente.
Yo, como la ínfima partecita de humanidad que represento, le pido millones de disculpas, de perdones, quiero que se vaya con una sonrisa, con la satisfacción de que a mí me tocó muy profundamente el corazón y a mi familia y a mis amigos y a mi comunidad, y a gran parte del mundo, con todo lo que dijo durante su trayectoria, que siempre seguí y sentí hasta por los poros.
Él me llevó a Cortés y a Serrat y a Carlos Chávez y a Silvio y a Pablo y a Chabuca Granda y a Violeta y a Mercedes Sosa (que hoy cumpliría años) y a Tania Libertad y Guadalupe PIneda y a todos los decidores, trovadores, juglares, poetas, cantadores... amorosos del mundo.
Mi luto y mis condolencias para el pueblo argentino, para su familia, amigos, para quienes le conocieron más de cerca, y decirles que yo como mexicana siempre lo tuve cerca de mi vida, de mis oídos y de mi conciencia y que me duele mucho y que ese dolor hoy está repercutiendo en todo el mundo y ha provocado otra herida más, enorme, porque nadie se merece una muerte por asesinato y mucho menos alguien dedicado en cuerpo y alma a cantar y decir y crear amor como él.
También enviar demasiado, todo el amor posible a Guatemala, a los hermanos de ese país, para que puedan cicatrizar sus heridas tan sangrantes, capaces de orillar a un ser humano, tan humano como tú o como yo, a arrebatar la vida, a un dador de amor como Cabral. Que puedan perdonar y reconstruir.
¡Descansa Facundo Cabral! Hazlo en un sitio con paz... muy lejos de la tierra, que ya se ha hecho indigna, la hemos hecho indigna....Y, gracias infinitamente, por lo que a mi me enseñaste, sin que me conocieras.
Dile por favor a Dios muy cerquita, que ya mande un ejército de ángeles a contener tanto odio desperdigado en la tierra, que los que sentimos amor, no podemos contener ni transformar solos. Que nos hace falta, que nos urge demasiada luz. Divinidad... Y cántale mucho, para que le restaures también a Él su corazón, que de seguro está muy triste, por tanto que hemos fallado.
Esto se agrega a mi sufrimiento por las decenas y decenas muertas a diario en México, por la sinrazón, la ignorancia, la codicia del poder, la represión, la intervención, la locura... como los 20 que murieron a la misma hora que Facundo, pero en la ciudad de Monterrey, México, en un mismo lugar. Y las decenas que mueren a diario afuerita de mi casa, en cualquier calle, gente querida y conocida también... ¿Dónde meto tanto sufrimiento que ya no me cabe?
El amor debe ser más fuerte... Lancemos mucho, todo el amor, que seamos capaces de sentir, al mundo. Hay que parar esto.
* * * Y las "Y" excesivas son intencionales.
Sara, muerte inexplicable y dolorosa por donde lo mires, igual que todas aquellas muertes que tan tristemente cuentas. Necesitamos con urgencia ese ejército de ángeles sanadores y rebosantes de amor.
ResponderBorrarUn abrazo,
Soñadora, muy ligado a lo que comentamos en el post "eres muy importante" Quien está abierto a amar incondicionalmente, recibe las bofetadas, que no precisamente van dirigidas a él. Hay mucho mal y parece que el bien ni se nota, parece que el odio está haciendo de las suuyas por doquier, necesitamos más ángeles, ni duda quepa de esto.
ResponderBorrarAbrazos.
Lástima que sólo el mal se haga evidente, el bien parece que es discreto. Pero ahí está, por todas partes, pero sin hacer ruido.
ResponderBorrarOtra leyenda. Una pena que muriera de esa forma. Le tocó estar en el lugar equivocado.
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