Rojos de cielo

Sisoguichi, Chihuahua, México

En la Sierra Tarahumara. 

Fotos del Profr. Wicho Ramírez. 

A nacer

Después de cada cierto tiempo,

sea una época, temporada o instante,

cualquiera que sea la dimensión,

hay que volver a nacer. 

Y cada vez con más coraje, 

porque lo que era muy fácil

como si de un simple ponernos 

de pie, se tratara,

va pidiendo mayor esfuerzo

conforme avanzamos.

Hay cosas que se convierten

en nuestra mayor odisea

y damos tumbos por culpa

de las circunstancias

tan odiosas como las piedras

en los zapatos

o como una losa en la espalda,

según. Hasta dagas en el corazón. 

Ni se diga ya de los grandes desafíos

por los que nos derribaron alguna vez. 

Y que, cuando ya parecía

que no respiraríamos más,

renacimos. Erguidos, orgullosos

y más fuertes. En busca de lo que sigue. 

Hay que nacer y renacer cada vez,

mientras podamos. 

¡Rompe de nuevo el cascarón!

¡Date prisa y vuela! 

Antes de que te vean nuevos depredadores. 

*Amigos de Valencia, España. Reciban todo mi cariño y solidaridad. Estoy con ustedes.  

Roble

Furiosos soplaron los vientos,

las aves buscaron otros cielos

y en aquel suelo árido, 

vencida y sin sentido,

con el alma repleta de tristeza,

queriendo ser Venus, 

tuve que ser roble otra vez.

Oh, destino. 

Oh, desamparo.

Oh, muerte ventajosa,

envidiosa y cruel,

que siempre quieres lo que yo quiero

y siempre me ganas y me lo arrebatas, 

¡tramposa infeliz!

Así siempre eres. 

Quisiera odiarte. 

pero, ya vamos casi de la mano, casi amigas,

de tanto y tanto citarnos

y retarnos en los mismos terrenos, 

a lidiar por lo que las dos queremos.

Sin aves... pues se fueron a buscar otros cielos

huyendo de la furia de los vientos,

a pesar de tanta fealdad circundante, 

asfixiante,

llegó hasta mí la perdiz 

para darme la mala noticia con su canto.

Tal vez en los siguientes

cielos, cuando yo no sea roble, 

ni tú, Adonis, ni demasiado tarde. 

*La perdiz nos advierte

la muerte de seres queridos. (Mito).

**A: C.P.A. el más. 

Flor de cerezo

Nuestra sola presencia, no resuelve las circunstancias cruciales de nuestras personas queridas. Pero nuestra compañía, firme y sincera, si puede aligerar su sufrimiento o ser una dotación de la determinación que necesiten para tomar las decisiones más adecuadas, sin siquiera tratar de influir, con solo estar allí. 

Se considera a la flor de cerezo la imagen de la solidaridad. Me gusta que así sea. Son tan dulces, delicadas, unidas... Que bien personifican esa demostración de cariño tan tierna de acompañar. Hacer sentir que "no estás solo" en los momentos más tristes y también en los más alegres. 

Gozar el gozo de otros, también es un acto de nobleza y demostración de amor, creo.