La tristeza se hizo para que hubiera poetas que transformaran con su ingenio lo que apachurra el corazón en belleza. Como hoy hizo Paula de Sa Lluna, esa mallorquina con mirada de lince cada vez que toma su cámara y va por el mundo captando realidades.
Los desamores se inventaron para que surgieran las mejores canciones y para saber que las lágrimas tienen voluntad propia y brotan como el agua de manantial.
La muerte vive, para que Xavi, de Toro Salvaje, desde Barcelona, nos ponga a temblar de miedo o a desternillarnos con su relación tan estrecha con ella. Como hoy que ríen sin parar en su cama.
Los ladridos nocturnos de los perros de mi barrio se inventaron para que yo esté viendo para qué sirve todo lo que molesta y cómo se puede transformar en belleza y así apreciar los dones creativos de esos buenos amigos de blog.
Entonces, lo malo tiene sus grandes beneficios, es mi conclusión.
¡Buena semana, familia!