Pocoyó es adorable… Su principal objetivo, como el de cualquier niño, es ser feliz y jugar. En compañía de sus amigos Pato, Elly, Loula, Pajaroto y Pajarito, a través del juego, va descubriendo el mundo, las sensaciones que le provocan sus hallazgos y la manera más conveniente de convivir con los demás.
Zinkia Entertainment, su casa productora, española, ha logrado vender sus dos series de cincuenta y dos capítulos cada una en cien países. Han ganado premios en abundancia y ya es todo un concepto, cuya marca cotiza en la bolsa de valores.
Tan sólo en YouTube, en el mes de mayo de este año, aquellos capítulos que tenían un record de 500 mil entradas, ya registran veinte o treinta millones de visitas ¿Impresionante no?
Ese nivel de aceptación, me permite creer que los niños, todavía aceptan lo más simple, que los hace reír, emocionarse e identificarse; sabiéndose protegidos, comprendidos y estimulados por los demás. Como centro del mundo que son, o debieran ser.
Sin embargo, muchos adultos opinan que los niños de hoy, son diferentes a los niños del pasado. Yo creo que hoy sus padres y madres, los someten a rutinas aceleradas, lo que junto con las hostilidades del entorno, les afecta enormemente. Por ello hay niños con ansiedad, gastritis, colitis, alergias, neurosis y un sinfín de síntomas más, como alerta de su rechazo hacia lo que están recibiendo.
También creo, que si cada padre y cada madre o tutor, los aman, cuidan y están pendientes de lo que reciben del entorno, los niños pueden reforzar sus recursos psicológicos y emocionales, para digerirlo, aprendiendo además a discriminar lo que no les conviene.
Es cierto que los niños ya no pueden estar ajenos a la información sobre los peligros a los que estamos todos expuestos. Por ello, hay que explicarles los acontecimientos con la verdad, pero con el suficiente cuidado, para disminuir el impacto negativo.
Un niño bien informado, que sepa evitar situaciones de riesgo, no necesariamente perderá su capacidad para jugar y reír.
Pocoyó es una creación muy oportuna, para divertir a los niños, y para que los grandes recordemos el objetivo primordial de vivir, que es la felicidad. Pues en ese personaje está plasmada toda la esencia infantil, que no debemos perder con los años, ni con las vivencias desagradables.
¡Sí podemos reconstruir Chihuahua! |
A mi hija le encanta Pocoyo, y a sus padres también.
ResponderBorrarUn abrazote.
Me alegra mucho... es una buena creación para los pequeñitos.
ResponderBorrarUn abrazo fuerte, para los tres.