Con el éxito en una mano y la felicidad en la otra, me sentía invencible, infalible, en la cima, con todos mis anhelos cumplidos... Pero en un parpadeo, caí hasta el fondo.
La ciudad que era bella, tranquila y segura, se me convirtió en un infierno. Con las manos vacías, fui un fantasma y el entorno me rechazó con crueldad.
Al ser tan inapreciable, me inmaterialicé y enloquecí. Me acorralaban las almas en pena, por los callejones de los barrios. Sobre mi columpio invisible, me resigné al miedo constante y a la nada.
No tengo idea del tiempo que transcurrí en ese trance, ni cuánto perdí, pero se me escaparon los matices y la oscuridad borró sin resistencia alguna, todo vestigio de lo que fui.
Llegué a existir en un estado en que la muerte era rutina, así como la ceguera y la enfermedad; en donde las llagas del cuerpo, dolían más intensamente que las del mundo entero; los muertos cobijaban más que los vivos; la gente se quedó muda y petrificada, de tanto aguantar y el fuego consumió todos los buenos actos e intenciones. Habitando en los dominios de la maldad, luchando contra todo tipo de vicisitudes.
Allí la conocí, al final del negro y el silencio tan rotundos. Al otro extremo de la noche, en donde ya ni el miedo pudo sobrevivir. Allí estaba ella, sola y esperándome.
Acostumbrada ya a desconfiar, de entrada, no me agradó, pero sus palabras y su voz suave y acompasada, me serenaron, internándome en un letargo hipnótico, en que seguí todas sus instrucciones, de manera silenciosa, obediente, muerta, durante días, meses o... quizá nunca. Deambulé de su mano por algo parecido a una ciudad desierta, entre sombras, que yo jamás hubiera imaginado y que iban absorbiendo todas mis penas, miedos y angustias.
Hasta que subrepticiamente, como una ola que estrellara en mi pecho, me regresó el sentido, al decirme: ¡Confía, mírame, asómate a mis ojos!
Allí estaban mi luz, mi cuerpo, mi mente y mi vida, que ella me hizo entrar a recuperarlos, de tal forma que no podría explicar.
Luego, aquella anciana, me abrazó como una madre y con sus dos manos, tomó mi mano derecha, para darme tres semillas y me la selló con un beso, igual que el roce de una mariposa.
—Te serán imprescindibles para seguir, tú sabrás el momento propicio para usarlas o regalarlas a quien identificarás de inmediato que las necesita. Y las podrás dar todas las veces que tu corazón te lo pida porque te serán repuestas cada vez.
—¿Quién eres?
—Dorotea, me llamo Dorotea.
—Gra... No termine de agradecerle, cuando ella ya había desaparecido.
Amanecí junto con el día, radiante, llena de amor, con muchos sueños y aquellas semillas infinitas en mi puño.
Perder la vida siguiendo en este mundo, carecer de luz sin bajar a las tinieblas, es el abatimiento del alma y la perdida de las ilusiones. Nos conduces de la mano y por seguirte descubrimos que siempre hay quien tiene el poder de revivir si somos capaces de creer en ello. Me encantó tu relato que así lo he visto yo. Un abrazo
ResponderBorrarMuchas gracias, Ester. Le has dado una interpretación maravillosa. Me honras mucho con tú generosidad!
BorrarUn gran abrazo.
*En unas horas voy y hago todo el recorrido de la historia.
Geniales, que facilidad teneis para crear. Os admiro.
ResponderBorrarMuchas gracias, Marcos. Eres muy amable.
BorrarUn abrazo!
Entiendo tu relato como un deambular por las tinieblas por un alma afligida por la depresión, mal recurrente e inaceptado por sus connotaciones personales.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gran interpretación, Alfred... Encaja muy bien con ese significado.
BorrarUn abrazo!
Muy buen relato Sara con momentos en los que me sentí identificada.
ResponderBorrarUn abrazo
Muchas gracias, mana. Cuando atravesamos la oscuridad irremediablemente.
BorrarUn abrazo.
Benditas semillas!!
ResponderBorrarBesos, mi Chichuahua.
Como bendito sea Ibso, que nos puso a trabajar en su iniciativa.
BorrarUn beso, mi niña querida.
Precioso !!!!
ResponderBorrarBesos Sara
Gracias, Marijose.
BorrarUn abrazo. Feliz semana.
Dan ganas de que no se acabe el relato.
ResponderBorrarFelicidades!!!
Besos.
Gracias, Toro.
BorrarUn abrazo.
Acavo de conocer el Blog Camino de la utopia que Autodidacta ha recomendado. Ese trance le lleva a descubrir a traves de sus semillas que siempre hay motivos para recuperar la ilusión, hay personas que dejan su huella en quien la necesita.
ResponderBorrarTu relato es muy bueno me ha encantado seguiré sus huellas.
Un cálido abrazo Sara
Me alegra mucho que conozcas a ibso, es un gran amigo al que aprecio muchísimo.
BorrarSiempre, aun en los momentos más oscuros, hay una puerta hacia la esperanza vital.
Un abrazo grande.
Como siempre, muy agradable disfrutar de tus letras. Escribes muy bien.
ResponderBorrarEnhorabuena.
Un abrazo
Más agradable es contar con tú compañía en esta travesía divertida de bloguear.
BorrarUn gran abrazo.
Ya falla mi perfil... lo siento.
ResponderBorrarNo importa, tú eres tú, aunque no salga.
BorrarUn beso.
Habrá que ir a seguirlo... :)
ResponderBorrarBesos y salud
Llevate tu mochila, posts Rull recorrido. Como el camino de Santiago, jajaja.
BorrarBesos.
Que bien has continuado la historia de Ibao, querida Sara.
ResponderBorrarHas reflejado magníficamente la desazón y angustia de quien ya todo lo cree perdido, y luego, como en las mejores historias, llega ese final mágico y tierno de la anciana regalando con sus semillas la esperanza y la vida.
Me gustó mucho.
Muchos besos
No sé si en la mejores, pero a mí no me gusta dejarlas sin final feliz, no me gusta cerrar las entradas con remordimiento, jajaja.
BorrarGracias, querido José. Un placer volver a las andadas juntos. Un abrazo grande.
La esperanza es lo ultimo que se pierda, es b ello saber que se creeen en ello
ResponderBorrarGrato leerte
Cariños y estupenda semana
La esperanza nunca debemos perderla, nos ganan las adversidades si permitimos.
BorrarUn fuerte abrazo.
Sara, que interesante tu historia, siempre es inspirador leerte...
ResponderBorrarSaludos,
Susy, qué gusto que ya te reportes. Deseo que ti cada esté radiante de felicidad, con la nena. Muchas gracias.
BorrarUn abrazo.
Me pasó como a Toro,quería que no terminara,cariños miles.
ResponderBorrarGracias, eres muy linda Fiaris.
BorrarUn abrazo grande.
Hola Sara he pasado todo el día trabajando y ahora tengo un espacio para leeros. Me gustaría escribir algo contigo veras que cosa mas chula nos sale. Tu enviame a mi correo lo que se te ocurra, un texto o tres frases sueltas. Me encantará y seguro que te gustará ¿ quieres?...
BorrarMe gustan los textos sencillos y profundos. Te animo a que escribamos algo.
Un beso
Hola, Buscador. Eres muy amable, muchas gracias por tu invitación. No dudo de que puedes escribir a partir de un escrito hasta de tres palabras, lo has demostrado desde que te conozco, tienes una gran facilidad para decir.
BorrarMás adelante lo vemos.
Un abrazo.
Me está gustando mucho el camino, no a a utopía que nos ha marcado Ibso porque estoy leyendo versiones absolutamente diferentes de lo que ocurrió entre sus dos historias. Me ha gustado ver como sitúas el foco en el hombre que recibe las semillas y me ha sorprendido, no por lo que cuentas sino por lo bien que cuentas la trayectoria de ese personaje.
ResponderBorrarMuy interesante visión, muy buen relato.
Besos.
Muchas gracias, Juan Carlos. Me hace sentir muy bien tu generoso comentario. con ibso siempre suceden cosas muy mágicas. Es muy inspirador.
BorrarBesos.
Muy bueno Sara eres mágica con tu pluma.
ResponderBorrarLas semillas son la esencia de la vida.
Un abrazo.
Mari Pi. Qué bien me haces sentir con tu comentario tan hermoso. Muchas gracias.
BorrarUn abrazo grande.
Bueno,como ya nos concemos desde hace años y hay confianza te voy a contar algo personal (ahora que no nos lee nadie). Desde muy pequeño recuerdo que tenía la curiosa manía de imaginarme dentro de otras personas (niños y mayores), de preguntarme cómo se sentiría el mundo desde su piel, ¿que pensarían?, ¿que les hacia feliz o les entristecía?, ¿a que tenian miedo?
ResponderBorrarCuando crecí descubrí que a esto se le llamaba empatía y que era (y debe ser) una parte muy importante del desarrollo cognitivo y emocional del ser humano.
A veces con los blogs, con determinadas personas y entradas me pasa lo mismo.
Este reto no hubiera estado completo sin tu participación.
¡Mil gracias, Sara, por todo!
Un abrazote inmenso y con cariño.
Ibso
Ah! Del relato decir que me ha encantado y que suscribo cada uno de los comemtarios anteriores en cuanto a calidad, belleza y emotividad.
BorrarAh, mira!! Ahora que estamos en las confidencias secretas... Yo también he tenido esa manía desde niña, ahora a veces me cuesta algo de trabajo regresar a mí, cuando me siento muy bien en otra persona, jajaja.
BorrarTú eres empático, telepático y sincrónico. Cuando viniste a decirme que habías regresado, estaba leyendo un comentario tuyo, que me encantó, de hace muchos años, en una entrada que me resulta muy especial por ti comentario, aunque fueron muchas, que tú embelleciste. Y cuando iba a decirte, qué te piensas que no regresas, llegaste, en ese mismo momento.
Muchas gracias, fue un placer participar!
Un abrazo gigante.
Que sin tu estimulo tampoco hubiera sido posible, así que no tienes nada que agradecer, al contrario, yo soy la agradecida.
BorrarUn beso.
No sé de qué va esto, supongo que tengo que pasarme por el blog de Ester, pero sea lo que sea, tu manera de escribir es sutil y dejas una estela de misterio que se convierte en un enigma. Termina tu historia con mi abrazo azul y sabor de anís.
ResponderBorrarUn abrazo Sara.
Es una historia entre varios amigos, que inicia ibso de Camino a utopía y regresa a él. Ojalá los leas a todos.
BorrarUn abrazo grande muy azul.
Ya me he enterado, son relatos sin final por una idea de Ibso. Reitero lo dicho antes, me ha gustado el giro que le has dado y te digo lo mismo que a Ester, si tu corazón lo permite, pon en mi mano esas semillas. Solo unos minutos.
ResponderBorrarAirblue, son tuyas, querida, te harán encontrar todo lo que necesites para sentirte muy muy bien, y darte cuenta de que todo el camino recorrido por difícil que sea, vale la pena, para llegar a este punto presente, que es más maravilloso de lo que se puede apreciar a simple vista. Que siempre hay problemas, pero es mayor la fuerza y la luz para resolverlos.
BorrarDe todo corazón, te doy estas semillas que tengo para que así sea.
Un abrazo muy grande.
Gracias Sara, me vienen muy bien.
BorrarGracias a ti, que eres un sol!! Y eso se nota a leguas.
BorrarTienes mi cariño.
A mi me gusta plantar bellotas de encina todos los años y, en primavera, ver como van naciendo las pequeñas encinitas. Es una forma infantil de sumarme a ese milagro que es la vida. Saludos.
ResponderBorrarQué hermoso es tener bellotas para sembrar. Sería muy bueno que todo aquel que vaya a caer, tenga su buena dotación de bellotas para que no caiga.
BorrarUn beso.
Un bello relato que nos ayuda a renacer y a no perder la esperanza.
ResponderBorrarBesos
Muchas gracias Ilesín, entregó de la oscuridad, siempre aparece una luz.
BorrarUn beso.
Una historia preciosa y llena de esperanza. Me encantó.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias, Josefa. Qué amable eres.
BorrarUn abrazo.
Una manera de caer para salir confiada, con Dorotea o sin ella. Abrazos, Sara de mi alma.
ResponderBorrarPues sí, hay que tener siempre la conciencia de que tras la caída, hay que levantarse.
BorrarUn beso, vecina consentida.
Preciosa historia. Creo que es la forma para manatener en una mano el éxito y en la otra la felicidad.
ResponderBorrarHasta pronto Sara.
Pero a veces se despeña uno y vamos a dar al fondo. Lo importante es volver a levantarnos.
BorrarUn beso, amiga.
Bonita historia, pero lo bello y hermoso, cuesta conseguir, y no sale siempre como uno lo desea. Ahora está claro, que si de antemano, ya se desespera uno, no hay nada que rascar.
ResponderBorrarBesos.
A veces el camino es plano y asfaltado con florecitas escoltándonos y a veces unos laberintos que parecen sin salida, pero luego aparece una pequeña luz para guiarnos.
BorrarUn beso, Rafa.
Vengo a tu casa a saludarte tras mis vacaciones y me encuentro este bellísimo relato, con un poso triste, pero es la misma vida. Y es cierto, no hay que perder de vista los detalles.
ResponderBorrar¡Un beso, Sara!
Muchas gracias, Chelo. Una gran alegría al saber que has regresado. Que se te echa de menos con la alegría que siempre trámites.
BorrarUn beso.
Sara, si que transmites con tus palabras. Angustia, vacío, zozobra, desolación, pero al final del túnel esa chispa de esperanza que ilumina y siempre llega!
ResponderBorrarUn beso y felicitaciones!
Muchas gracias, Soñadora. Todo es posible mientras haya vida.
BorrarUn beso.
Eres una magnífica orfebre de las palabras.
ResponderBorrarTe lo había dicho?
Besito.
Eres muy generosa y bella, muchas gracias.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Mi querida Sara, hace tiempo que veo nada tuyo, acabo de verte en un comentario y paso de inmediato, todo esto junto a qué voy muy lenta, hace que os vaya perdiendo.
ResponderBorrarGracias por este relato y el amor que en el pones, muy profundo y reflexivo.
Tres valiosas semillas, de esas que cuanto más se siembran más crecen.
Un abrazo.
Ambar
Es verdad, Ámbar. Te he echado mucho en falta. No te preocupes, que poco a poco se logra.
BorrarUn abrazo!
Mi querida Sara.
ResponderBorrarProcuraré pasar cada vez que te vea en comentarios.
El teléfono, tablet o bien el ordenador no andan muy bien con la actual tecnología, sería un milagro que fuera la conexion perfecta.
Al menos nos guardamos en el recuerdo.
Un gran abrazo.
Ambar
Muchas gracias!! Yo también estaré muy atenta tus publicaciones, que son verdaderos regalos de vida.
BorrarUn beso.
Ains sarita, que bien llevado, y que manera de transmitir la angustia de estar en los bajos fondos...menudo nudo tenía ya en el estómago...menos mal que tu magia final me ha salvado... Te ha quedado fetén fetén!!!!
ResponderBorrarBiquiños aniseros, aunque ahora me he pasado al hinojo, jeje.
No quise dejarte mal si venías a leer y mejor terminó feliz. Jaja.
BorrarQué milagro que apareces, muchachita, gran alegría de verte.
Un abrazo de hinojo, jajaja.
Nunca me fui del todo, pero a veces me gusta pasar desapercibida.
BorrarNunca te vayas del todo, porque tu alegría es contagiosa y hace mucho bien a quienes te conocemos.
BorrarUn beso.
Gracias lindérrima!!
BorrarGracias, a ti. También lindérrima. Verás que hermoso será que logres todo eso que te propones.
Borrarlo inaudito son todas esas cosas que nos enfrentan y que podemos manejar quizá... o al menos tratar de resolver
ResponderBorraraprender
aun desde el fango donde se cae
Muy buena definición, Jo. Es verdad, eso puede ser.
BorrarUn beso.
Lo más importante es la lección que sacamos de nuestra vida...y que de ella tomamos para seguir luchando
ResponderBorrarmientras se viva , no queda otra ...
besos.
Y lo lindo que es cuando en algún intento, de los muchos posteriores, logramos lo que deseamos, en armonía.
BorrarUn beso, Magdeli.
Hola Sara, que tengas un lindo fin de semana! Todos los día si así lo eliges, pueden ser bellos y positivo.
ResponderBorrarUn cariñoso y grande abrazo!
Igualmente, Cristina, que sea muy bello tu fin de semana. Y sí, uno elige, que no quede por nosotros.
BorrarFuerte abrazo!