- Ya regresan, Alma Gracia, están muy cerca, siente cómo vibra el suelo. A cerrar ventanas. Ve y ordena a los criados que cierren todo y que echen bien las trancas. Por Dios, muévete, no te quedes nada más viéndome.
- Tranquila, Bis. No te alteres, son los insurgentes, luchan por el pueblo... andan haciendo justicia.
- No digas tonterías, no creas en cuentos. Son bandidos, desgraciados criminales. Y realiza ella, lo que pidiera a la bisnieta.
Alma Gracia la sigue y la observa apresurando a los empleados, para que aseguren la hacienda.
- Hay que encerrarnos, conduce a Alma Gracia hacia su recámara. Prepara un rifle, arrastra un sillón hasta la puerta, saca su rosario y se sienta a rezar.
Alma Gracia, se queda frente a su bisabuela, al borde de la cama. Es enloquecedor el trotar de caballos que zanjan la noche, más los gritos y relinchidos alrededor de la hacienda... y cuando finalmente dinamitan la puerta principal, despierta.
. . .
Alma Gracia, se levanta sudorosa y desde la ventana de la cocina de su pequeña vivienda, deja al tiempo en la libertad de arrastrar por media calle, la negrura nocturna con su sueño recurrente, con la bisabuela que ella no conoció.
El chirrido de la cafetera la hace estremecer. Se alista y sale a la esquina donde aborda el transporte a la fábrica, construida en los terrenos de aquella hacienda que usurparon a su bisabuela, donde ahora Alma Gracia, no obstante contar con estudios universitarios, es una obrera más.
Como que no entendí mucho,me voy a pensar,cariños.
ResponderBorrarMuchas gracias, Fiaris. Fíjate que cometí un error, al corregir, omiti un detalle muy importante que lo dejo confuso :| Pero creo que ya quedó. :)
BorrarBesos.
son como esos viajes en el tiempo, en donde uno se transporta en base a la energía y a lo que sucedió en algún momento, de esas historias donde la gente se queda en el viaje sin consumir nada, no hubo algo que lo sacará de su trance, la vida es igual, uno deja su energía regada por donde pasa, en algún momento alguien nos va a recordar sin si quiera conocernos...
ResponderBorrarUn abrazo Sara, me gustó leer algo distinto...
Hola Krudios, te agradezco mucho tu amable y generoso comentario.
BorrarUn fuerte abrazo hasta Edomex :)
Regresa cuando gustes.
Un sueño dentro de un sueño, el despertar te lleva a la realidad ni las trancas los sujetaron. Un abrazo preciosa
ResponderBorrarLlegan unos y hacen justicia, los siguientes la desmadran y así la vamos...
BorrarPero un abrazo si hay, favorablemente los sentires sobreviven a todo.
Un gran guión para una película.
ResponderBorrarHa sido fácil visualizarla 👏👏👏
Besos
Jajaja, gracias, Vero. Eres preciosa.
BorrarUn abrazo 🎶
Conste que me ha llegado el olor a café.
ResponderBorrarBesines utópicos, Irma.-
Pues entonces, bébelo conmigo. :)
BorrarBesos.
Las duras situaciones de la vida acumulan recuerdos que ya no son sueños recurrentes, son negras pesadillas.
ResponderBorrarMenos mal que la cafetera la despertó, me gusta el aroma a café, más que el amargo sabor.
Gracias Sara y un abrazo.
Ambar
Hay hechos tan extremos, que marcan para siempre a varias generaciones.
BorrarEso tiene el café, como la vida muchas veces.
Un abrazo gigante, muñeca.
Tuvo suerte si la dejaron vivir un beso
ResponderBorrarSusana, fíjate que había omitido que A. Gracia, no conoció a su bisabuela. Lo corregí y creo que queda más claro.
BorrarUn fuerte abrazo.
un sueño recorrido doblemente
ResponderBorrarbesos
Pesadillas históricas y las secuelas en los pueblos.
BorrarBesos de anís.
Pienso que en algún momento de la vida estas injusticias se compensan, si no tuviéramos esa esperanza qué sería de nosotros, Sara, conmovedor relato, un abrazo!
ResponderBorrarSeamos pacientes, que por ejemplo a la familia protagonista, en dos generaciones, no le ha compensado nada.
BorrarUn abrazo grande!
Un relato triste por ese final tan injusto......Me he identificado con Alma Gracia en lo referente al trabajo.Besicos
ResponderBorrarAy, Charo... y lo mucho que te comprendo. Que los hechos políticos, llevan a unas encrucijadas, tan difíciles de comprender y soportar.
BorrarMuchos besos anisados... y ya está listo el café, ven a que lo compartamos.
Lo que a uno le cuesta sudor y lágrimas conseguir, incluso con años de lucha, luego llega otro, y en un instante lo manda al garete.
ResponderBorrarBesos.
Suceden tantas cosas más raras, que nunca se sabe.
BorrarBesos.
La injusticia campa a sus anchas en cualquier época. Arrastra tras de sia los más débiles. Lo has descrito magníficamente.
ResponderBorrarBesos.
La injusticia es algo terrible. Muchas gracias, Mari Paz.
BorrarUn abrazo grande.
Tras de si, quería decir.
ResponderBorrarY muy bien que se entendía como quedó.
BorrarBesos.
Triste.
ResponderBorrarAbrazo
Gracias, Rosario. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderBorrarMuy injusta la vida.
ResponderBorrarUn abrazo
Muy injustos loa despojos y las promesas incumplidas en algunps movimientos sociales.
BorrarUn abrazo.
Precioso relato, en ocasiones los sueños son partes desagradables de lo vivido en alguna época pasada y cuando se despierta uno, da un suspiro de alivio.
ResponderBorrarEn mi caso como en la mili no lo pasé excesivamente bien, la hice en Sidi Ifni, hasta hace relativamente poco me despertaba, con una sensación muy desagradable, como si todavía estuviera allí.
Besos.
P.D. ¿Sabes algo de Genín? Va a hacer un mes que no publica nada en su blog, ni he visto que comente en ninguno.
Te resultó muy difícil asimilar esa experiencia. Me alegro que ya no lo sueñes.
BorrarEn su blog dijo antier que ha andado de familia. :)
Un abrazo.
HOlaaaaa mi Sarita guapa una historia que cruje en noches negras, pero que al despertar ya solo queda su bisabuela en sus sueños o pesadillas diría yo mas bien, pero al fin supe de ella y su bisabuela la guerra trae eso miseria, desamparo y cuando todo ha sido un sueño llega la paz bendita sea me ha gustado tu relato niña aprendí algo con el, feliz comienzo de semana que ya estoy por estos lares besitosssssssssssss de con cariñoooooo
ResponderBorrarCuando surgen grupos justicieros, a veces se llega más fácilmente a la injusticia.
BorrarMuchos besos, Embrujo.
La realidad supera a la ficción o a los sueños, como en este relato. Creo que hay que seguir echando las trancas, muchas veces nos fiamos y vuelve la pesadilla, la miseria... SÓLO abriría la puerta a la bondad y me compraría la llave más fuerte para que el mal pasado jamás entre.
ResponderBorrarUn ramo de violetas enorme para ti.
Perfecto, con esa llave especial, sólo cosas positivas podrán alcanzarte.
BorrarHermoso ramo. Te envío besos y estrellas lindas.
Esos sueños recurrentes de un suceso que sin duda solo escuchó contar, pero que se hacen tremendamente vividos. La azoranza de su bisabuela y la pédida traumática de la Hacienda.
ResponderBorrarLa realidad casi siempre es dura y fría.
Es un relato triste pero de calado.
Muchos abrazos querida amiga.
La realidad suele superar las peores pesadillas, Por fortuna nos toma despiertos y actuamos para afrontar y superar en lo posible.
BorrarUn gran abrazo, amigo.
Se palpa la tensión, "el trotar de caballos que zanjan la noche, más los gritos y relinchidos alrededor de la hacienda..." Todo es tan visual y plástico que en vez de leerlo lo vivimos porque nos encontramos en el lugar junto a Alma Gracia.
ResponderBorrarEl final, desolador.
Te felicito, Sara, por esa agilidad que le das a tu pluma.
Me alegra mucho tu comentario, por el hecho de que tú escribes muy bien. Me estimula tu generosidad. Gracias.
BorrarBesos.
Pues si antes como ahora ,si uno hace ese enganche
ResponderBorrares como decir que en nuestra Latinoamérica episodios así se repitieron por tantas partes
y se siguen hoy repitiendo en el abuso del poder...
pero como ocurre en mi patria , sucede que son muchos los que hoy buscas esa reivindicación necesaria , pero que por desfortuna no siempre termina bien y está costando para algunos solo tragedia.
Así de injusta es a veces la historia.
Gusto leerte
un abrazo.
Gracias, amiga. Eso quise decir con esta entrada. Por lo menos en mi país, movimientos que de origen fueron muy buenos, degeneraron con los usos que les dieron.
BorrarBesos.