Traductor :

sábado, 22 de noviembre de 2025

Quien escuche

Hace tiempo, cuando un amigo me preguntó cómo estás, me atreví a decirle, estoy mal, muy triste. Antes de que le dijera más, me aconsejó buscar un terapeuta. 

Después recurrí a otro amigo, "muy sensible, empático y humano" y en vez de escucharme, me mandó a rezar. 

Como pude, fui paliando mi sentir. Pero de todas formas no estaba del todo bien... Funcionaba con el corazón resquebrajado, entre resignada y acostumbrada.  

Pero sucedió que una tarde, en un parque un hombre viejo, aceptó que me sentara junto a él, y fluyó la comunicación. En unas cuantas de horas, al estilo Sócrates con su mayéutica, reacomodó todo mi estado interior. Bendito desconocido que me sacó a flote. 

Ni terapias, ni rezos, son más efectivos que alguien con mucha vida recorrida, voluntad de escuchar y dar un buen consejo para recuperar la brújula. 


*A propósito escribí hombre viejo. Porque viejo es viejo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario y tu alegría!