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jueves, 18 de noviembre de 2010

¡Qué Bicentenario... Ni qué Ocho Cuartos!

¿Qué celebramos?

Si Independencia es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, de desarrollo económico, social y cultural, así como la elección de sus estructuras, y la integridad territorial, sin injerencias externas, bajo el principio de igualdad, bla, bla…

Si Revolución es cambio decisivo y profundo respecto al pasado inmediato, con resultados trascendentales en los ámbitos económico, social, político, religioso, cultural, militar, etc. Por el bien común y erradicando las fórmulas de injusticia y falta de equidad de un pueblo…

Entonces ¡No tenemos nada que celebrar! Cierto, a través de nuestra existencia nacional, hemos tenido muchos tipos de revueltas y sucesos violentos. Ya lo han estado narrando todos los doctos en historia de México. No me ocupo yo de los personajes, ni de las fechas, ni de los acuerdos y tratados, ni de quien le dijo que a quién, ni quien conspiro, ni quien lidió.

Eso ya quedó más que documentado, tanto en los libros de historia, patrocinados y editados, por los ganadores de cada contienda; como de los nuevos investigadores, que han venido desmitificando a las figuras más idolatradas, a la par de la nueva idealización de quienes estaban en la oscuridad del olvido y falta de reconocimiento, según su criterio o el de los nuevos dueños de la verdad.

Todavía no alcanzo a ver que es lo que estamos celebrando, con miles de millones de pesos (también documentado por los periodistas de investigación), en propaganda y publicidad en todos los medios de comunicación, en monumentos, ceremonias, festejos, festines, agasajos y todos los sinónimos que nos llevan a lo mismo: Bodrio, engaño y distracción. Desde Iniciativa México, hasta el bailongo más ridículo del pueblo más abandonado.

Cuánto hemos defendido en discusiones con extranjeros, al mofarse de nosotros, refiriendo la figura del par de indios dormidos, escondidos en sus sombreros y recargados en un nopal. Pero si es la “puritita” verdad.

Eso somos los mexicanos, a pesar de que los españoles tienen rasgos muy positivos y sobresalientes, así como los indígenas también. Siendo ambas razas hermosas y admirables por separado, en la mezcla se obtuvo un maridaje genético malísimo.

Desde hace 3 años los políticos y los empresarios dueños del país, están celebrando el Bicentenario, para que no veamos:

Que a Ciudad Juárez lo tienen hecho mierda, y a casi todos los municipios del país, solo que aquí se nota más, porque siempre hemos sido más gritoncitos, a comparación de los demás poblados.

Que cada vez otorgan mayores privilegios a las trasnacionales, para que continúen saqueando.

Que todos los delitos siguen impunes desde la impunidad oficial, y que al haber un poco de ruido, nos inventan otro chisme conmovedor para que nuestro corazón blandísimo, resultado de nuestra cultura “telenovelera” y “ranchorámica”, como escribieran en un blog muy acertadamente; exculpemos, perdonemos, aunque nunca olvidemos y nos carcoma la impotencia, tan filosa, como las espinas del nopal en que estamos recargados.

¿Qué el IMSS nos está robando? ¡Qué nueva la traen! Si desde siempre han sido servicios deplorables, que pagamos al más alto costo, para que libremente disfruten de  sueldos y prestaciones inmerecidas, empezando por sus tres meses de aguinaldo, sus empleados déspotas, inútiles e inhumanos, quienes tratan a los derechohabientes como animales. ¿Será que los dueños de la Iniciativa México quieran imponernos otra modalidad de seguridad social?

Que no veamos a Peña Nieta muy orondo trepado en vehículos militares, ya ensayándose para saber como se verá cuando llegue. E impartiendo cursos y adoctrinamientos a todos los municipios del país desde su jurisdicción ¡¿?! (Signos de ¿what? de “mucho muy sacados de onda”)

Podríamos seguir con Pemex, Cfe, Issste, las Juntas de Aguas y todas las dependencias, bancos, aseguradoras, afores, sindicatos, escuelas, Ife, Profeco… Interminable la lista.

En este 20 de noviembre, se conmemorarán las distintas revueltas e inconformidades empezadas desde hace 200 años, sin desencadenar todavía en revolución,  o sea, en el cambio  necesario de nuestra mentalidad, porque en cuanto nos llegan al corazón o a los intereses personales, damos carpetazo a las condiciones para rebelarnos por trascendentes que sean y nos dispersamos e individualizamos. Manteniendo una crisis inalterable, que rebasa por mucho más a los 200 años multicitados.

Si los personajes de aquellos levantamientos fueron leales al pueblo, que vergüenza lo inútil que fue derramar su sangre y si no fueron leales, que vergüenza seguir estancados y hasta en retroceso.

Revolución en México, nunca hemos tenido. Seguimos dormidos, recuperándonos de “la resaca” del teatro que nos han montado, al son de “que si Adelita se fuera con otro…” y nuestros mejores corridos, con todos los rebozos, moños, trenzas, cartucheras, tequilas, tamales, pozoles, champurrados, mariachis, banderitas, por cierto, enviadas a domicilio, de la misma oficina presidencial, ¡órale! para envolver entre tanta utilería nuestra estupidez “patriotera” mexicana.

Así que adecuándonos al Bicentenario, como dijeran los mexicanos de antes… ¡Ni qué Ocho cuartos! y si alguien sabe el origen de la expresión, que nos lo explique, Y también ¿Por qué nos gusta tanto que nos den atole con el dedo?

"La Tierra es de quien la trabaja"... ¡Ajá!

3 comentarios:

  1. Históricamente, en plena guerra contra los ejércitos de Napoleón, se convocaron las Cortes de Cádiz. En ellas hubo representantes de los territorios americanos porque la consideración que tenían entonces no era la de colonias, sino la de parte de España en ultramar.
    Se produjo la primera Constitución Española de 1812. Al tiempo que se luchaba contra el invasor francés, se aceptaban las ideas francesas que cambiaron el mundo tras la revolución de 1789. Con la ayuda de ingleses y portugueses y, gracias a que los recursos del emperador Napoleón se retiraron de España y se dedicaron a la campaña de Rusia, España ganó aquella guerra. El país quedó desolado. El proceso de la lenta sustitución del absolutismo por el liberalismo constitucional dio lugar al inestable siglo XIX en España, lleno de guerras civiles y de vaivenes.
    Pero los representantes americanos volvieron a América con las nuevas ideas. Y en pocos años se independizaron. En algunos casos los líderes de la liberación americana lucharon en España contra los franceses.
    Así que a partir de entonces las historias se bifurcaron y la evolución de lo que había sido la España americana se hizo ya propia de cada país.
    Cada una de las naciones nuevas tenéis ahora una historia de más de doscientos años y, como nos pasa a nosotros, tenéis que construir vuestra propia nación con todas las consecuencias.
    Desde España siempre se ha seguido con preocupación especial lo que pasa en América, como también desde allí lo que ha ocurrido en España. Por ejemplo, el presidente Cárdenas abrió, tras la Guerra Civil, México para los exiliados españoles, amén de otras ayudas, y Argentina mandó grano a España durante los años de las postguerra civil y del hambre...
    Pero ahora leo con tristeza las cosas que escribes de esa conmemoración y no sé qué decirte.

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  2. Los ocho cuartos era una moneda popular en la España del siglo XVII con la que se podían adquirir casi todas las cosas de primera necesidad. Cuando esas cosas empezaron a subir los ocho cuartos seguía siendo la referencia y en las discusiones quedó la expresión que ha llegado a nuestros días de "¡Me importa ocho cuartos!" o "¡Ni qué ocho cuartos!" (cada peseta tenía cuatro reales o cuartos) de los cuartos viene también la expresión: "Ese tío tiene muchos cuartos" (por dinero). Perdona, a lo mejor ya lo sabías.

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  3. Ilustrativo, algunas cosas las sabía. Nunca está de más el saber detalles de lo que dábamos por conocido. Refuerza y refresca el conocimiento.
    Muchas gracias.
    Un abrazo más.

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