Doce horas o quince...
Se me tuercen los dedos,
se me retuerce la espalda,
hasta que ellos solos
se vuelven a destorcer,
porque se acalambran,
y se desencajan,
huesos que se evaporan
y se van
¿A dónde se me van
los huesos
si yo creo que sigo aquí?
Después, nada,
está todo dormido,
muy dormido todo me está.
Polvo de telas,
mugre de telas,
goma de telas,
químicos de telas,
apesta,
apestan las malditas telas.
Ruido, rruido, rrruido, rrrr
taladran las máquinas,
A coser, a coser...
Rrr, erre con erre cigarro,
qué calor.
Aguanta, aguantaaaa,
qué penumbra.
Que aguantes
sin equivocación.
«¡Ni una pieza mal
o te la voy a descontar»
¿Cuántas malditas veces
me lo habrás dicho este mes?
Al revés, al derecho,
el hilo se rompe otra vez.
Y mis huesos te gritan:
¡Pinche Explotador!
—¡Calla, cá-lla-te,
que ái viene el patrón!
¡Que te calles ya!
Y lo peor es que es real. Y lo peor es que, muchas de las veces, el que cose es un niño o una niña en un sótano sombrío y mugriento. ¡Usureros!
ResponderBorrarUn abrazo,amiga.
Y lo peor es que es solo una parte de esas historias.
BorrarUn abrazo grande! Gracias.
Yo por eso no coso. Me da mucho stress. Saludos
ResponderBorrarAfortunada eres, te deseo que sigas ajena a esa realidad.
BorrarUn beso.
Esclavos en 2016.
ResponderBorrarLos ricos cada vez más ricos.
Los pobres cada vez más pobres.
Besos.
Esclavitud... y que solapamos de mil maneras.
BorrarUn abrazo.
Gostei muito deste seu poema, Sara. Parabéns.
ResponderBorrarAbraço.
Pedro.
Me alegro, Pedro. Es muy doloroso.
BorrarUn beso dulce.
Y lo malo es que esa esclavitud la fomentamos después los consumidores.
ResponderBorrarAh, claro!!! Los consumidores llevan su buena parte de complicidad, unos por ignorancia, otros por ignorantes.
BorrarGracias! Un abrazo.
Uf!
ResponderBorrarEsa es una esclavitud terrorífica de estos tiempos... :(
Besos y salud
Terrible, Genín!!
BorrarAtroz exterminio de los más pobres.
Un beso.
¡Tremendo! Yo ya miraba la esclavitud a otro nivel. Ya no del por el hombre. Pero seguimos igual.
ResponderBorrarBesos Sara.
Sólo le han ido cambiando de nombre. Pero sigue existiendo.
BorrarMuchos besos, Aída.
No te he visto por mi blog Sara.
BorrarBesos.
Besos.
BorrarPor aca los sindicatos no se lo permitirian
ResponderBorrarCariños
Me alegra muchísimo saberlo!! México es un país muy maquilador, nuestra gran corrupción en las autoridades, permite muchas cosas imperdonables a las compañías extranjeras, que quedan sin regulación normal, además que por ley les otorgan muchos privilegios, como por ejemplo, no permitir la formación de sindicatos y si los hay, los corrompen.
BorrarAdemás, es grande la necesidad de un sector importante, que acepta lo que haya de trabajo. Como sucede en tantos otros países maquilladores. Es un asunto demasiado complejo, como para entenderlo desde un país tan superado como el tuyo, tendrías que verlo.
Un abrazo!
Yo no resistiría mucho así, ojala nadie tuviera que vivir de tal forma.
ResponderBorrarSaludos
Es muy difícil de aceptar una realidad así, porque no vivimos esa circunstancia. Pero tristemente esas cosas existen todavía. La globalización ha intensificado la explotación de los pobres. porque también han aumentado los pobres.
BorrarUn beso.
Lastimosamente el plan de cada día.
ResponderBorrarBesitos
Así es, manita. Realidad que se padece en algunos países. Gente que es explotada en todos los sentidos, para beneficio de unos cuantos. Me rebasa esa situación, sufro mucho al saberlo.
BorrarUn beso, querida.
Y lo peor es que los consumidores contribuimos a esa explotación, porque pocas veces exigimos que lo que compramos no esté hecho con mano esclava. El segundo hombre más rico del planeta dicen que es Amancio Ortega (Zara), sus trabajadores que confeccionan la ropa que muchas veces compramos ¿ cuántas horas trabajan y qué salario tienen?. Todos o muchos somos responsables de esa explotación, una lastima ..
ResponderBorrarBesos
Claro que también somos responsables, deberíamos boicotear a todos los exploradores. No comprarles un solo producto jamás.
BorrarUn beso.
Al paso que vamos, no tendremos que ir al 3º mundo para ver algo así, las condiciones laborales están degenerando a marchas forzadas por nuestros lares.
ResponderBorrarBesos.
Ojalá no tengas que irte al tercer mundo para ver algo así, es muy lamentable lo que sucede. Y mi deseo es que no pierdan en tu país, su buen nivel de vida.
BorrarLuchen mucho por ello.
Un abrazo.
Buscador comenta:
ResponderBorrarEsto jamás se parará. El dinero es el rey allá por donde vayas...El poderoso se aprovecha de quien no tiene nada.
Conozco a quien no tuvo nada y con su esfuerzo hizo fortuna ¿qué ocurrió? muy sencillo se aprovecha igual del pobre...
Aqui tenemos un dicho sobre aquel que antes no fue rico y dice...No hay nada peor que un pobre rico, y es cierto.
Poderoso caballero es Don dinero.
El dinero corrompe, la ambición es capaz de hacer que las personas pierdan valores, convicciones, maneras de ser y de pensar. Hace insaciable al ser humano.
BorrarBesos.
p.d. Disculpa que por borrar el comentario que eliminaste. Borré el que dejaste sin querer, pero lo copié de la notificación.
así es en todos los lados
ResponderBorrardeberían unirse los oprimidos
ellos tienen el poder
No se pueden unir, porque siempre están exhaustos, y sus 3 horas de descanso las usan para tratar de reponerse y regresar a su jornada.
BorrarAcá se ha comenzado a desmantelar la explotación, pero está tan enquistada y disimulada que llevará tiempo, una vergüenza mundial, un abrazo Sara!
ResponderBorrarDifícil!!! Después de los terribles daños que provocó doña CK. Tendrán que trabajar muchísimo para reinventarse.
BorrarUn beso.
Una cruda realidad. Me parece terrible.
ResponderBorrarBesos
Se ve como imposible frenar la explotación del hombre por el hombre.
BorrarUn abrazo, Amalia.
Y la mayoría de las prendas que usamos son hechas por esas manos de niños y mayores con salarios de apenas el sustento necesario.
ResponderBorrarAunque real es bonito tu verso.
Un abrazo
Ojalá que fueran pagadas con el equivalente al sustento necesario. Pues ni eso.
BorrarUn beso.
Un mundo tristemente corrompido Sara , lamentable. Buen texto un beso enorme
ResponderBorrarMuchas gracias Demian, un beso.
BorrarUna realidad tremenda que por desgracia suele pasar desapercibida si no lo ves con tus propios ojos.
ResponderBorrarUn rotundo no a la indignidad del hombre, a la explotación del hombre. Un NO al asesinato de lo que hay más humano en el hombre: la libertad.
Para ti mi abrazo azul.
Gracias, Airblue por siempre irradiar sensibilidad, agradezco mucho a la vida y al cielo, el haberte conocido y poder estar cerca de ti.
BorrarUn abrazo muy grande!
Se sabe, pero, se sigue explotando impunemente.
ResponderBorrarDenunciarlo, protestar manifestando, y más... nunca está de más.
Y sin cansarse...
Besos, mi Chihuahua.
Nunca debemos casarnos.
BorrarUn beso, querida Zarzamora Salvaje!!
sara es triste, pero la vida por desgracia es asi, tenemosque lucar mucho para cambiar esto, un abrazo
ResponderBorrarHola, Icue. Hay tanta desigualdad e injusticia.
BorrarUn abrazo.
Las injusticias sociales con el obrero
ResponderBorrara este tiempo está muy lejos de desaparecer...
es bueno levantar la mirada pidiendo justicia social y económica
los pocos siempre consumiendo el sudor de los muchos
para llenar sus bolsillos...
no a la injusticia!
Muchas gracias, Magdeli. No deberíamos comprar ninguno de esos artículos.
BorrarUn beso.
Espero vaya todo buen.
ResponderBorrarTe dejo un fuerte abrazo
Gracias, Amalia!! Todo bien por acá, espero contigo también.
BorrarUn gran abrazo!
Cuanta explotación existe y ha existido y no se ve que se acabe. Vi un documental sobre la explotación en la India y otros países. Uno no cree que exista tal cosa porque tal vez no estamos tan cerca de esas zonas de trabajo.
ResponderBorrarUn beso mana
Eres sumamente afortunada al ignorar que existen aquí en México también, iguales o peores que lo que ves en la tele de otros países.
BorrarUn beso.
No lo ignoro Sara, sé lo que existe en el país, mencioné el documental porque lo recordé pero de eso a que lo ignore hay un gran trecho.
ResponderBorrarQue no lo vea de cerca porque la verdad es que en mi entorno -no hay ffábricas ni maquilas- no quiere decir que nomlo sepa.
Nomás porque eres tú sino ya habría explotado mana.
Chau
Ni en mi entorno inmediato, mana. Alrededor sólo veo casas... Pero México compite con China y con India en manufactura.
ResponderBorrarY tú, explota cuando quieras, no porque seamos manas, te contengas. De todas formas me pareció muy gracioso y sorprendente que comentarás eso, viviendo aquí.
Un beso.
Lo que describes, Sara, muy bien, por cierto, con alta calidad literaria, me ha hecho, la esclavitud textil ya me lo hacía y lo seguirá haciendo, reflexionar; por eso he tardado tiempo en hacer un comentario, porque creo que es algo que no se debe despachar, tan solo, con una palabra de reproche y pasar página. Creo que es un problema a observar desde varios ángulos, tratar de entenderlo en su totalidad y, cada uno, obrar en consecuencia. La dignidad de la persona, que no debe sobrevivir a cambio de su esclavitud, y el exceso consumista de las sociedades en que vivimos, creo que son elementos capitales a tener en cuenta para empezar a arreglar esta situación.
ResponderBorrarUn beso.
¿Ves ahora lo importante que es tu permanecía en este mundo de blogs? Yo sí lo veo. Y valoro mucho que mi simple entrada, te valga una reflexión tan profunda, como seguramente has hecho. Es un problema demasiado complejo, como eliminar la miseria, para dar una buena educación, que los esclavos, dejen de serlo, que defiendan su dignidad.
ResponderBorrar¿Crees que los capitalistas lo permitan? Yo no lo creo.
Un beso, ¡¡muy contenta de que estés!!
Tremenda y triste realidad . Genial tus letras. un beso
ResponderBorrarMuchas gracias, Hanna. Un verdadero halago tu comentario.
BorrarUn beso.