Puedo encontrar cada día
en diferentes lugares
en un parque
o donde sea, fuera de casa:
A viejos ejercitándose
Parejas jóvenes queriéndose
con amor "por siempre"
muy firme en lo profundo
de sus cándidos anhelos.
A una madre, a un padre
También padres y madres juntos, todos ellos
con sus hijos que apenas
inician su aprendizaje
de vivir
viviendo a todo dar.
Con pelotas, patines,
patinetas,
raquetas, bicicletas,
o tan solo con tenis y ganas.
Hacen un barullo que
¡Nomás vieran! O sea,
un gran desmadre
con las voces, risas y gritos,
caídas y llantos.
Al coincidir con
tantos desconocidos,
algunos ya conocidos
de tanto y tanto vernos
en el circuito diario
que andamos,
nos saludamos y nos correspondemos
la sonrisa
de la manera
que permite un instante
al cruzarnos.
Brevedad que nos regresa
a cada uno, los trazos
sencillos y simplones
del dibujo de lo que somos
y, que ya traíamos
muy difuminados
antes de salir de casa,
con la mano amable
de la interacción
social.
La sonrisa, tal cual la de la joven de la fotografía de más abajo. No pasan los años por ti, Sara!
ResponderBorrarQue me represente un trazo como ese a mí?... Va a ser que no! Algo más complejo soy! :))))))
Cada vez más "simple", ¡cierto! Dentro de la realidad que todo es. Y yo "soy".
Abrazos.
Eso es vivir, contemplar la vida como fluye y sonreír por alegrarse de ello.
ResponderBorrarBesos.
Salgo a correr cada mañana, y me encuentro con tus personajes, algunos me adelantan y los vuelvo a encontrar, me distraigo inventándoles vidas y es que la calle está llena de vida. Un abrazo poeta
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