No tenía a nadie,
Y el día que me fui,
hasta las piedras
me extrañaron.
Ahora sí,
hasta "te quiero"
recibo en mensajitos.
Así es la vida:
Nadie sabe lo que tiene,
hasta que lo ve perdido.
Ya no me tendrán,
porque no tengo pensado
regresar.
Amigos, cambié el desierto
por la selva y el mar.
Aunque todavía me siento así, como ese pajarraco, jajaja:
Por eso no había venido.
Deséenme suerte, que la voy a necesitar,
no es fácil...
Saludos!!!