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miércoles, 30 de junio de 2010

Hacer Patria


Es levantarnos muy temprano para ser productivos, solidarizarnos con el prójimo cuando sufre, aunque en ese acto de solidaridad nuestros intereses personales se vean perjudicados, porque en las épocas en que son las mayorías quienes están lamentándose, es porque nuestra Patria ha enfermado.

Si la Patria pudiera expresarse por sí sola, en este momento estaría llorando, por el curso que le hemos dado a nuestras decisiones, consentidas o no. Se que todos tenemos muchos compromisos y actividades, pero si decidimos mantener la venda en nuestros ojos, para sólo quejarnos pasivamente, la caída hacia la profundidad del pozo de la disminución, injusticia y desigualdad, será más veloz y terminará abarcándonos a todos.

Hacer patria, es actuar cada persona, dentro de la familia, entre vecinos, hasta abarcar a toda la sociedad que conforma nuestro territorio, en un sólo lazo de unión, de amor, de confraternidad, con un profundo sentido de humanismo, en la defensa de la vida y la salud como lo más importante.

Estamos a tiempo para reforzar la amabilidad, la buena vecindad, a través de los valores. No podemos fastidiarnos, dejando nuestra vida en lo circunstancial, en los errores ajenos.

Todos merecemos un mundo con gente linda, confiada y feliz, en un ambiente de paz, cuando era usual transitar nuestras calles a cualquier hora, con la seguridad de que nadie podría hacernos daño. Súmate a defenderlo, como si solo tuvieras este día para hacerlo y sé perseverante, hasta que veamos que hemos mejorado nuestro mundo.

3 comentarios:

  1. Sara, siempre escribiste muy lindo. Estoy de acuerdo contigo. Algunas personas ponen de disculpa que no se puede arreglar el mundo, porque ellos si hacen lo que pueden, si algunos hasta van a salvar las ballenas, pero antes de eso fastidiaron a la familia, a los amigos, a los vecinos.
    Y yo me digo muchas veces, ¿ se fastidias lo cercano ya que más te dan las ballenas?
    Es un placer leerte ,siempre

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  2. Parece, señora, que en este artículo dejó usted la ironía y se puso a hablar coloquialmente y casi al oído, como se habla, en la intimidad, a los que se ama.

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  3. Mientras más bajito hablemos, más probabilidad de encontrar la disponibilidad de ser escuchados.

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