Intentar conocer profundamente
a otra persona,
es como pretender llegar
a la línea donde el cielo y la tierra
se juntan.
Es andar y andar
siguiendo un rumbo inacabable,
hacia ese "horizonte ilusión",
sin posibilidad de reorientarnos.
Porque la estrella guía, se esconde,
o la brújula se nos pierde,
cuando más necesitamos de su ayuda.
Y nos quedamos ante lo único
que sí es posible:
enfocarnos en conocernos
a nosotros mismos.
Solo eso se puede hacer,
con cierta esperanza de lograrlo
y que sea productivo.
Yo todavía no acabo de
conocerme. A menudo hago
lo contrario a lo que hubiera
querido, y rompo mi propio
esquema.
Y eso sería lo de menos,
ajustaría cuentas conmigo.
Lo trágico es, herir a esa persona
sin desear hacerlo.
Amiga Sara, creo que no nos conocemos lo suficiente a nosotros mismos, así que intentar conocer a los demás es un acto en el que se puede caer a no apreciar ciertas realidades de aquel al que intentamos conocer.
ResponderBorrarUn abrazo y te deseo buen domingo.
Podemos aceptarlos como son, más no conocerlos. Somos variables.
BorrarUn abrazo.
Soy tanto o más partidario de aceptar que de intentar "diseccionar" cómo son las personas. En el camino a ese horizonte inalcanzable nos dejamos trozos de piel propia y, aun sin quererlo, ajena.
ResponderBorrarBss
Coincido contigo. Aceptar y muy conscientes de que se presentarán muchas variables a través del tiempo.
BorrarBesos.
Hola Sara, tu bien lo dices, somos nosotros mismos y no nos conocemos del todo como para pretender a los demás, podemos conocerlos pero nunca a fondo.
ResponderBorrarBesos.
Es que podemos ser de muchas maneras, según las circunstancias y los desafíos.
BorrarAbrazos.
A las personas, querida amiga, nunca se las llega a conocer, lo he pensado muchas veces y jamás deberíamos idealizarlas porque te llevas muchas sorpresas. Incluso pasa con tus propios hijos. Sin embargo conocerse a sí mismo es más fácil, aunque a veces no damos la talla que creemos a los demás
ResponderBorrarY entonces me gustaría saber en qué he fallado.
Un tierno abrazo, Sara.
Así es, hermosa. Las personas nos dan cada sorpresa, que nos quedamos helados. Al igual que nosotros también. Saberlo, puede hacernos más comprensivos y empáticos. Porque somos proclives de lo mismo como humanos que somos.
BorrarBesos de anís.
¿Cómo conocer a los demás si nos cuesta conocernos a nosotros mismos? Porque seamos honestos, somos imprevisibles...
ResponderBorrarTengo toda la vida conviviendo conmigo y te confieso que no me conozco. Detestaba el helado de chocolate y vieras como me lo estoy saboreando ahora mismo. Por ponerte un ejemplo simple. No se diga en otros aspectos.
BorrarUn abrazo.
Para conocernos en verdad debemos trabajar tanto cuenta sombra oscura como con nuestra sombra blanca. La sombra oscura es todo aquello que negamos y ocultamos de nosotros, incluyendo traumas, carencias, falencias y lo que consideres como "defectos" que sólo son particularidades. La sombra blanca son tus potenciales ocultos, las virtudes no exploradas o no aceptadas, todo aquello que no crees ser, pero que sí eres. Es un trabajo arduo, profundo, pero sinceramente hermoso.
ResponderBorrarConcuerdo en que sólo podemos conocernos bien a nosotros mismos, pero eso a la vez también te dará una llave para comprender más a los demás. Piensa que existe un inconsciente colectivo que nos une, somos todos parte de lo mismo, estamos unidos (nos guste o no).
Si actúas de forma incongruente a veces, no seas tan dura contigo, a veces pasa. Estamos llenos de contradicciones, pero podemos mirarlas, escucharlas e intentar descifrar por qué existen. A veces no es cosa de tener que tomar partido en una posición determinante, te puede gustar tanto el color negro como el blanco, si es que me entiendes.
Gracias por hacernos reflexionar.
Hermoso y sustancioso comentario que no tiene desperdicio. Ojalá que lo lean muchas personas.
BorrarGracias a ti.
Un abrazo.
Ni siquiera me conozco yo a mi mismo, pensaba cuando leí el titulo de tu entrada, lo importante es que en el camino recibamos agradables sorpresas... :)
ResponderBorrarBesos y salud
Y eso que vives contigo... Imagínate con los que no.
BorrarFuerte abrazo, Genín.
La ventana de Johari explica muy bien sobre nuestro conocimiento y el de los demás.Besicos
ResponderBorrarAsí es, Charo. Allí se aborda de excelente forma.
BorrarUn abrazo.
Me ha gustado mucho ese parangón de dificultad que haces comparando conocer a otra persona (incluso a uno mismo) con alcanzar la línea del horizonte. Enhorabuena.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias, Paco. Me haces sentirme contenta con tu generosidad.
BorrarUn abrazo.
Pasamos toda nuestra vida intentando conocernos a nosotros mismos, y no sé si lograremos hacerlo o nos faltará otra vida para ello (y ni aún así).
ResponderBorrarUn abrazo, Sara!
Somos un infinito, Meli.
BorrarRecibe mi correspondiente abrazo.
Es muy cierto lo que dices, cómo vamos a conocer a los demás, si la mayoría, no nos conocemos a nosotros mismos.
ResponderBorrarSaludos.
Si lo comprendemos, podremos suavizar nuestras exigencias hacia los demás.
BorrarUn abrazo.
El conocernos es un trabajo de toda la vida, ahora, conocer a los otros, esa sí es ardua tarea, solo basta a veces aceptarlos en casi total ignorancia, mientras no nos hagan daño ni se los hagamos a sabiendas, un abrazote SARA!
ResponderBorrarExcelente como lo has dicho
BorrarUn fuerte abrazo, Cristina.
Cuando herimos a alguien sin querer siempre podemos pedir perdón.
ResponderBorrarYo ya he renunciado a intentar conocerme completamente, sobre todo porque sigo cambiando. Me conformo con estar atenta a qué me pasa, qué siento y qué pienso, y observar qué me hace sentir bien y qué no, para poder cambiarlo.
Besos
Cierto. Pedir perdón nos da paz. Y lo segundo, sabio y asertivo.
BorrarFuerte abrazo.
Es tan difícil conocer como conocerse y siempre hay momentos para sorprendernos a nosotros mismos con nuestras propias reacciones. Feliz semana
ResponderBorrarMe identifico con lo que has expresado.
BorrarGracias, igualmente, feliz semana.
Un abrazo.
¡Hola Sara! Es cierto, nunca podemos llegar a conocer totalmente a una persona, porque esa persona no siempre será la misma, porque cambiará de acuerdo a las circunstancias, porque reaccionará de un modo u otro según cada situación que esté viviendo, porque las experiencias la llevarán a sentir cosas que quizás jamás sintió y eso la llevará a replantearse incluso a sí misma la forma de ser y de ver la vida.
ResponderBorrarMuchas veces nos sentimos decepcionados por el actuar de esa persona, porque no esperábamos que reaccionara de una u otra forma. Eso sucede porque hemos idealizado su imagen, o la hemos mirado superficialmente, sin detenernos en aspectos negativos o simplemente evitamos reconocerlos.
Frente a todo esto lo mejor es primero conocerse a sí mismo. Aceptarse. Intentar cambiar lo que no nos permite ser felices y alcanzar nuestros sueños. Luego de eso darnos el tiempo de conocer al otro. Aceptarlo e intentar congeniar con los defectos y virtudes de cada uno.
Me encantó tu texto, disculpa si me excedí con mi comentario, son los temas que más me gustan. Besitos!
Muchas gracias por tu interesante comentario. Enriqueces esta publicación.
BorrarUn abrazo.
Nadie nos conocemos realmente.... Saludos Sara.
ResponderBorrarNadie, Sandra. Un abrazo.
BorrarNo nos llegamos a conocer a nosotras mismas y pretendemos, pecado de soberbia, conocer a los demás que encima el tiempo los va mutando, modelando. Mejor empatizar que conocer.
ResponderBorrar:))
Empatizando más, si estamos conscientes de todos somos más o menos diferentes, de lo que creemos que somos.
BorrarUn abrazo.
Una gran realidad... ¿Quién se conoce realmente?
ResponderBorrarMuy profundo Sara y para pensarlo largamente.
mariarosa
Gracias, María Rosa.
BorrarUn abrazo.
Difícil conocernos a nosotros mismos y tal vez imposible conocer a los demás.
ResponderBorrarUn abrazo.
Es imposible. Somos muy complejos.
BorrarUn abrazo.
es que el cambiar es sabio... por eso no nos conocemos del todo... saludos!
ResponderBorrarAsí es.. Nuncs terminamos de conocernos.
BorrarSaludos.