El barco está varado. Andan en total anarquía, los segundos, y los minutos y las horas y los meses y los años, porque alguien olvidó desconectar el reloj.
Y olvidamos cómo se debe contar el tiempo. Además de que todo fue cambiando y cuarenta días, son entre un año o cuatro años. Y si le quitas el número que pensaste, te tiene que dar cuarenta.
En el barco se está perdiendo el buen humor y el aire y de todo. Y se tiene que pagar mucho más por seguir en él.
Nadie puede bajar por libre decisión. Nadie puede seguir arriba por libre decisión.
Es un juego que ya no quiero jugar más. Que ya me voy, porque me habla mi mamá.
Sutiles metáforas encuentro en tu linda prosa, Sara. Yo tampoco quiero seguir en ese juego...se ha cansado mi alma. Un abrazo.
ResponderBorrarMejor como al final infantil. Retirarse y buscar estar en otra frecuencia, hasta lograr sentirnos bien.
BorrarUn abrazo.
Estamos rarunos, entre lo que nos falta y lo que no podemos, el tiempo que se para o acelera, un juego en el que somos los peones. Nos queda la voluntad. Un abrazo
ResponderBorrarMencionas la palabra clave. La voluntad es lo que nos hace los días. Solo gracias a ella podemos enfocarnos en otros panoramas.
BorrarUn abrazo.
Cuarenta deben ser las maneras de interpretarlo.
ResponderBorrarAbrazos.
Creo que sí. Cada uno desde su perspectiva puede encontrar variantes.
BorrarUn abrazo.
No cultives la nostalgia,
ResponderBorrarpero la esperanza sí;
abrígate con sus pieles
y hazle al llanto un mohín.
Un abrazo.
Tienes razón. Por eso corté con la fórmula infantil de cuando ya no nos gustaba el juego en que estuviéramos. Retirarse y buscar algo diferente para sentirse mejor.
BorrarAbrazos.
Mejor poner música fuerte y bailar y cantar aunque sea en el jardín o balcón, así contagiaremos al resto con lo bueno, con el permiso de tu mami, claro, un abrazote Sara!
ResponderBorrarSí, Cristina. Mejor voy a dar ese giro, déjame ver si puedo lograrlo en la siguiente entrada.
BorrarUn abrazo enorme!
Esa fuga infantil... tan necesaria como sanadora a veces.
ResponderBorrarMuy bueno!
No sabes lo mucho que agradezco a la vida, por haber tenido a mis padres. Que me hicieron una niña tan feliz, que siempre que no puedo más sufrir, recurro a mi infancia por fortaleza. Mucha tristeza siento con personas que huyen fe los recuerdos de infancia, porque es un capítulo triste de du vida.
BorrarUn abrazo grande!
Me reí con esa escapada final típica de los niños.. Y a veces es así.. nos vamos cansando de todo, no encontramos respuestas y en el día a día da mucho trabajo sostener la esperanza.. Muy buen escrito Sara..Dios quiera esto vaya mejorando pronto, para el bien de todos. Besossss
ResponderBorrarQuerida Eli, llevo una racha de muertes seguidas de gente querida, que la verdad, ya no puedo más. Ya no tengo más espacio para el sufrimiento.
BorrarClamo al cielo por que pare todo esto tan difícil.
Un gran abrazo.
Muy bonita forma expresiva en estas metáforas llenas de un sentir de fortaleza muy a pesar de esas mareas que golpean el barco hasta hundirlo.
ResponderBorrarUn abrazo Sara. Se feliz
Muchas gracias, Jorge. Es muy prodigiosa tu imaginación.
BorrarUn abrazo grande.
Bonito y sugerente texto, en mi caso tampoco querría jugar más ya no lo aguanto, la vida se me hace excesivamente difícil y sin embargo habrá que esperar a que el vivir se vaya normalizando.
ResponderBorrarUn gran abrazo.
Estar detenidos mientras que el tiempo pasa implacable y arrasando, no es sencillo.
BorrarCuánto quisiera darnos eae abrazo de verdad!
Ante tantos sufrimientos, a veces quisiéramos abandonar el barco y perdernos en el infinito mar, pero la vida sigue y debemos cumplir con nuestro destino confiando en la bondad Divina.
ResponderBorrarUn abrazo.
Así es. Debemos soportar y confiar, fortalecer nuestra fe.
BorrarUn abrazo grande.
También se me hace difícil seguir avanzando. Demasiada incertidumbre. Tampoco me gusta este juego.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Ya queremos cambiar de juego.
ResponderBorrarVa mi abrazo también.
Como mi barco es de papel, es fácil salir de él, solo hay que dejarse llevar por el aire de la esperanza y la brisa de la voluntad.
ResponderBorrarTambién me he cansado de remar y quisiera acurrucarme en los brazos de mi madre, allá, en las estrellas.
Feliz día para ti 💙
Invítame a navegar con toda la voluntad posible, en tu barco de papel, por los mares de la confianza y la alegría, hasta sentir el abrazo de nuestras amadas madres.
BorrarFelicidades, hermosa.
Un abrazo inmenso.
Seguiré varada en mi barco hasta que el destino quiera pero manteniéndome firme.Besicos
ResponderBorrarFirmeza y esperanza, a prueba de todo. Siempre creer que Podremos!!
BorrarUn abrazo grande.
¿No será un pecio de lo que estás hablando y nosotros sombras diluidas en las lágrimas saladas de todas las madres que lloran a sus hijos naufragados?
ResponderBorrarbss
Eso mismo. Haces una excelente descripción.
BorrarUn abrazo.
Hay querida amiga,hoy hablamos de lo mismo,abrazo fuerte.
ResponderBorrarEs verdad... Acabo de leer tu entrada. Está siendo muy difícil y será más difícil la reactivación.
BorrarUn abrazo.
Me gustó la metáfora, me sumo a pedir tiempo fuera, y estudiar la estrategia a seguir.
ResponderBorrarAbrazo
Es muy necesario ese tiempo fuera, para poder desarrollar al máximo nuestra entereza y templanza.
BorrarUn abrazo.
Cuánto tiempo valoramos muy poco la libertad.
ResponderBorrarQuizá esto es todo un tema de autodescubrirse
Uno de los temas principales a valorar.
BorrarUn abrazo.
Hola. Aquí dejando rápido un saludo, que tengas buen inicio de semana.
ResponderBorrarMuchas gracias, Alexander. Igualmente. Hace mucho bien tu saludo.
BorrarUn abrazo.
Entran ganas de irme y al menos de mirar el tiempo de una forma más grata.
ResponderBorrarBesos.
Si encuentras la fórmula, te pido que por favor la compartas.
BorrarPorque yo veo al tiempo implacable y cruel.
Un abrazo.
No sé que pasa que cada día me gusta más la anarKía.
ResponderBorrarBesines utópicos.-
Desde la prohibición es muy atractiva.
BorrarUn abrazo grande.