Late el tiempo
y se puede sentir
como el corazón
en el pecho
cuando tiene
una ilusión.
Como el reloj
de pared
que resuena
por la casa
cuando la noche
se "asilencia".
Silencio, ese lujo
muy escaso,
muy preciado,
para acceder a quienes
somos,
sin nada
que interrumpa
el descubrimiento.
Late mi corazón,
el reloj de la casa
y tú corazón también.
¿Escuchas?
Es un rato de paz.
Es la vida
como debiera ser
siempre.
El silencio en la noche nos hace escuchar hasta lo más mínimo, nuestros latidos, un abrazote Sara!
ResponderBorrarEsos momentos de silencio, donde sólo oyes tu respiración e incluso tu latido, son los más preciados y es cuando sientes que realmente la paz puede existir.
ResponderBorrarBesos, Sara.