-Será muy difícil, tendrán que ser
muy pacientes, atenderlo y no dejarlo nunca solo, nada de confrontaciones, ni pleitos, que lo confundan o provoquen ansiedad y enojo -dijo el médico a la esposa-
Él agradeció esas palabras. Fue tal su júbilo al escuchar Alzheimer, que ya no escuchó lo que siguió a “no está sola, señora”.
Rápido extravió su mirada en el
sitio más ilógico del consultorio, muy concentrado en demostrar su ausencia, para no soltar
la carcajada, al imaginar que posiblemente se viera como Jack Nicholson en ¿atrapado sin...?
¿El resplandor? ¿Mejor imposi…? En… No, no, no… No exageres, tienes que suavizar
tu papel, que es Alzheimer no esquizofrenia y gradual, a veces muy mal, otras
lucidez al 100%.
Luchó para disolver las carcajadas,
que se enredaron en su pecho, al querer salírsele a gritar ¡no es cierto, no le crean, está fingiendo! Pero
lo saca de ese embrollo inicial, el roce caliente de los dedos de la esposa
en su brazo y el tono maternal dulcísimo que aborrece: -Estarás
tan bien, mi cielo santo… vámonos cariño mío...
La casa se convirtió en una central de autobuses, con el ir y
venir de los hijos, todos los parientes, amigos, conocidos y uno que otro
desconocido que se enteró de su enfermedad, desde que ella no se aguantó de contarles a medio mundo.
En cuanto llegan las visitas, ella les relata a detalle el deterioro mental de
su amado marido, las ocurrencias y locuras que van surgiéndole minuto a minuto.
Él cuando se asegura de que estén
bien entretenidos, se retira para ver sus series y películas favoritas, leer, llenar
crucigramas, hacer ejercicios de respiración profunda y relajación, visita a algún vecino cercano, camina por el jardín o hace algún arreglo a su coche. Cuando regresa, siguen todos inmersos en la plática, entonces se escapa al muelle que ideó al pie
de su cama, a pescar recuerdos, que describe conforme los va sacando a su discreto
Sam, quien nunca le reprocha, quién diablos es Lucy, Olga, Paty, Connie,
Chlóe, o la de perfume penetrante y silueta voluptuosa, de la cual su nombre nunca
fue lo importante. Todas ellas serían lo de menos… pero cómo aguantar la
abnegación y los empalagos de su esposa, que lo ha estado esperando durante décadas, para ser
la única. Si aún viviera su amada Teresa, sería otra cosa, ella hacía siempre que todo pareciera fácil.
Cuando se acercan los nietos muy
dulces, les cuenta las hazañas de cuando combatió en la guerra de Corea. Lo más
falso, pues nunca estuvo en guerra
alguna… Ellos aunque se divierten mucho con sus historias, no duran mucho
tiempo con él, pues “les consterna” su deterioro tan acelerado.
Siempre los despide muy
confundidos, pues cada vez tiene que oponerse con nuevas armas a que ocupen en
forma definitiva su casa, lo que le piden a diario. -Cabrones, hijos de la
chingada… tendremos que pulir nuestra estrategia Sam, yo creo que mañana me
les encuero a media sala… piensa algo que impacte y me dices, para
hacerlo. Lo que sea más escatológico lo dejamos para mucho después, de
emergencia. Buenas noches amigo, descansa, porque no te va a robar el
sueño esto ¿verdad? Ni a mí.
Sara, es un texto absolutamente genial. No sabes cómo entiendo al hombre. Bssssss.
ResponderBorrarHay mujeres "abnegadas y sumisas" que le aguantan lo que sea al marido, para cobrarles la factura cuando envejecen y son a veces muy crueles con ellos. Pero, bueno... este señor se las ingenió para salir de esa tortura y poder vivir en paz. jajaja.
BorrarBesos.
Fantástico relato. Qué horror perder la cabeza... Y que nadie entienda nada de tí y te anden fastidiando. Besos alados, querida Sara. Eres genial.
ResponderBorrarGracias Campanilla... Yo creo que ha de ser muy difícil que el hombre, acostumbrado a mil cosas un día tenga que estar en casa todo el día, con una mujer medio fastidiosa.
BorrarBesos.
Mmmm. Me has dejado desconcertado.
ResponderBorrarQué bueno! porque yo también me quede algo desconcertada. Un abrazo Pepe.
BorrarAy! Sara. Que buen relato.
ResponderBorrarDe algo tan difícil, cuando se vive y se ve como se va de puntillas caminando a su pasado hasta ser pequeño, pero hay algo que es intacto a cualquier enfermedad, el sentimiento.
Un abrazo grande.
Cecy... los viejos, cuando entran en esos laberintos mentales, a veces me he preguntado que tanto es enfermedad o astucia. Conozco casos, que tienen una gran lucidez, pero les aparece la enfermedad solo en casos de emergencia, y es desconcertante, pues lo manejan a voluntad, me parece.
BorrarUn abrazo para ti también.
Excelente relato.
ResponderBorrarHay tantas personas que sufren esa enfermedad, que verdaderamente espanta.
Un besito, feliz semana
Sí, y a veces las familias que los rodean espantan más... que se justifica perfectamente al enfermo, son salidas de emergencia muy útiles en ciertos casos.
BorrarBesos. Que esté siento de lo mejro para ti tambien la semana.
Quizás has vivido una experiencia cercana, no sé, pero es tan cercano el relato.
ResponderBorrarSara, me asombras, siempre.
Gracias por tomar cada tema con la seriedad que corresponde, y el sentimiento... Mejor dejo de escribirte, porque otra vez, la muy tonta de mi neurona, la única que aún está despierta, se pone llorona.
Tremendo abrazo
Jajaja, eres un amor! No he tenido experiencias cercanas. Pero adoro a los viejos y me encanta cuando ponen a girar a toda la familia en torno suyo con las enfermedades y las ocurrencias de "la edad" Son geniales y adorables!!
BorrarAbrazo grande.
¿Viste la película "Iris", sobre ese mismo deterioro en Iris Murdoch? Me impactó muchísimo. Besos
ResponderBorrarSí, si la vi. Es muy triste!! Besos y anises en la presentación que más te guste.
BorrarOmitía de antemano cualquier palabra que le confundiera, andando de puntillas con el léxico escogido y más sencillo, como se le habla a un niño cuando aún no comprende el significado de ideas complejas y abstractas. Aquel que antaño fue el resuelto varón entre mis juveniles amantes, aquel que conquistó mi corazón con tesón y caricias auditivas de una voz tan cálida como el sol del verano, aquel... era ahora solo un sueño, un espejismo ante mi mirada compasiva. Y resulta extraño que es ahora cuando más le amo, quizás porque entiendo, a través de su mirada, a esta muerte tan cruel que deja vivo el cuerpo y mata lentamente la mente, su brillante y eminente mente.
ResponderBorrarUn abrazote
ibso
Hay que estar listos para todo lo que nos llegue, cuando nos llegue. Y a los viejos, adorarlos y mimarlos, como ellos cuando fue su turno de cuidarnos... ¡Mejor! porque les debemos mucho más. Tristemente todos mis viejos ya no están. Cómo me gustaria consecuentarles lo que fuera, con tal de tenerlos todavía conmigo.
BorrarUn abrazo Ibso.
Que lástima llegar a viejos!!!, la vida tendría que ser al revés, como dice mi amigo J.Carlos...
ResponderBorrarSe debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.
Luego te despiertas en una residencia de ancianos mejorando día a día.
Después te echan de la residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos 9 meses te los pasas flotando tranquilo.
Y al final...abandonas este mundo en un orgasmo.
Un abrazo Sara
Suena estupendo, así debiera ser! Gracias por tan buen comentario. Abrazo, Amparo.
BorrarSara, magnifico relato, no sabes como rehuyo yo al alemán ese, que no quiero aparezca ni en pintura....y si aparece alguna vez espero darle esquinazo y mandarlo a paseo.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
El esquinazo es lo más efectivo, así le haremos cuando nos toque a nosotros, claro que sí!
BorrarUn abrazo grande.
Querida Sara, ¡qué hermosas palabras! Sin duda es una imagen perfecta del resultado de dicha enfermedad. Produce tanta ternura tu historia. Un besote
ResponderBorrarJajaja, si tiene un toque de ternura. Gracias Susana!!
BorrarUn beso grande.
Hay tantas personas con la enfermedad de Alzheimer, y tantas familias que sufren ver así a sus seres queridos…
ResponderBorrarUn cálido saludo
Si niña, va creciendo la población con ese padecimiento terrible. Un abrazo.
BorrarLamentablemente cada día es más común tener algún familiar con esa terrible enfermedad que te roba lo más preciado de la vida, el recuerdo de haber vivido.
ResponderBorrarUn relato magistral amiga Sara, saludos.
Hola Jorge, no se si sea por regiones geográficas o qué cosa, porque en toda mi vida solo me ha tocado un caso del abuelo de una amiga, cuando éramos niñas... En cambio el cáncer si se presenta mucho, a todas las edades. Gracias por tu comentario tan amable! Un saludo de anís.
BorrarCuan cierto la respuesta que le diste a Emejota.
ResponderBorrarEs una etapa dificil Sara.
Pregunte a una persona cercana a la salud, bueno trabaja en ella pero con metodologia china,respecto a "Enfermedades irreversibles de la tercera edad" y me contesto: "Necesitan ensoñar"
Te dejo un fuerte abrazo!!!!
Así lo peinso Abu... Lo de la respuesta y lo de las enfermedades de la tercera edad. Gracias por ese abrazo lindo.
BorrarBuenas noches. Paso solo a darte las gracias, yo tambiémn me emocioné con THONY
ResponderBorrarUn beso grande
Sor.Cecilia
Si, pues Thony tuvo un detalle muy lindo y emotivo hacia ti. Has sembrado mucho amor por el mundo, que te estará llegando de regreso a cada paso que des.
BorrarYa te tengo más cerca y eso me alegra mucho. Ojalá que tengas una estancia maravillosa, que me adelanto a decirte que así será, por como sé que es Alma.
Besos.
Mil gracias querida y admirada escritora por emocionarnos con tan bello y profundo relato. Horrible enfermedad tanto para el que la padece como para los que se encuentran a su lado. Muchos besinos de esta amiga admiradora que te quiere un montón.
ResponderBorrarGracias Ozna, yo tengo la duda de si sea muy difícil para el paciente también, o más para la familia.
BorrarQue bueno que me has visitado. Un beso asturiana!!