Son demasiados los demonios con los que tenemos que lidiar en cada jornada. Si dejamos libre a nuestra mente, los hace crecer como la mala hierba, hasta invadirnos completamente.
Ni siquiera son los enemigos... para lastimarnos hondamente, podemos nosotros solos, con esos pensamientos nocivos, que luego convertimos en sentimientos.
Las puertas del infierno están cerradas, y las abrimos, en una obcecada autodestrucción incomprensible.
Siendo que también el cielo está: claro, enorme, azul, siempre diferente para recrearnos y dispuesto a cobijarnos. Nadie puede robarnos la posibilidad de permitirlo y, aunque estuviéramos en cautiverio, nos sentiríamos liberados.
¿Cuál es la utilidad de lanzarnos al abismo, si podemos elevarnos, o simplemente llorar al ras del suelo, con alguien de confianza, o solos?
Al carajo todos los delincuentes, rateros, políticos, timadores, tratantes, explotadores, terroristas, negociantes de carne, sangre y muerte, o todos los egoístas que conocemos, cuando pretendan boicotear nuestro derecho inalienable a la felicidad.
Porque todos, absolutamente todos merecemos ser felices.
Y no se trata de sustituir lágrimas por jajases -fingir alegría es patético- Sino decidir no arrojarnos al abismo.
Serenarnos, después de desahogarnos y luego seguir con la fuerza que podamos, la fuerza que nos quede después de la derrota, aunque no haya motivos externos a las cuales asirnos.
La satisfacción de no vencernos ni abandonarnos a la desgracia, es suficiente razón para seguir viviendo y confiar, porque todo lo que nos sucede, nos sirve.
Aunque de momento, por el traumatismo, solo podamos soñar que volveremos a soñar. Con eso, ya ganamos esta jornada y mañana será otra la lucha, si acaso despertamos.
Y si despertamos, será un privilegio enorme que agradecer y así comenzar el día, arrancando la nueva hierba mala, para impedir que nos destruya.
Buenos consejos para aplicar a diario.
ResponderBorrarSí deberíamos arrancar de nuestras vidas todas esas malas hierbas que nos amargan la existencia.
Intentar evitar su presencia en nuestro día a día.
Seguro que nos sentiríamos mucho mejor.
Besos.
Gracias, Toro.
BorrarNo hay que dejar que nos hagan daño. Crecen muy rápido y acaban con nosotros.
Un abrazo.
Verdades como puños, mi Chihuahua.
ResponderBorrarTodo lo que sucede nos sirve, ya lo creo, como lo de fingir la alegría con el patetismo que conlleva. Lo mejor tras haberle visto la verdadera cara a esa mala hierba, es arrancarla y dejarla atrás, y allá ella/s. Y una vez resuelto y serenarnos, seguir caminando mientras amanezca, que hay mucho por lo que vivir y soñar, y hierba de la buena, buena... y la vida no espera.
Besos, mi Chihuahua sabia.
Muchas gracias, Eva. Siempre queda camino por delante. Allí la vida nos espera.
BorrarUn beso.
Muy bien razonado. La vida siempre es lucha con sus luces y sombras. que bien lo has contado.
ResponderBorrarMuchas gracias, Marcos. Tenemos muchas luchas internas por librar cada día.
BorrarUn abrazo.
Muy buen consejo, Sara, las penas y los sinsabores tienen que pasar rápido de largo, una vez que hayamos llorado lo suficiente dar la cara a un nuevo comienzo, un abrazo!
ResponderBorrarGracias, María Cristina. Pasan muy rápido cuando las afrontamos, cuando no las evadimos. La evasión lo prolonga.
BorrarUn abrazo grande.
La felicidad es una conquista, Sara, y se ha de dominar al enemigo, y el primero somos nosotros mismos.
ResponderBorrarQué buena reflexión.
También habrá que eliminar las malas hierbas que nos acechan como navajas en la sombra. Llevas toda la razón mi niña. Abre bien los ojos.
BorrarEs que la mente es capaz de creernos películas de terror su la dejamos sin control, hay que limpiarla todos los días y ponerla en orden.
BorrarGracias, Tecla....extraer la mala hierba que no nos deja ver con claridad y nos enferma las emociones.
BorrarUn fuerte abrazo
Todos tenemos derecho a ser felices y tanto que sí!
ResponderBorrarBesos.
Es el objetivo principal de nuestra vida. Pocos la logran.
BorrarUn fuerte abrazo.
Hola Sara, todos tenemos el poder para cambiar falsas creencias, ellas son como muletas para muchos humanos, por eso no hay que quitárselas de golpe, pero si demostrarnos que todos podemos andar sin ellas. El hombre está y vive programado para creer en todo y en todos..., menos en el mismo. Creer en nosotros mismos, es lo único que nos permitirá comprendernos y comprender la razón de la existencia...
ResponderBorrarQue tengas un lindo día de Domingo!
Un grande abrazo.
Muchas gracias, Cristina. Es verdad, sin ello quedamos con toda nuestra capacidad desnuda y no podemos tan ligeros y sin a quién echarle la culpa. Nos hacemos adictos al drama.
BorrarUn abrazo grande.
No has dejado títere con cabeza. Todo sea por nuestra libertad.
ResponderBorrarBesos.
Gracias, Paco. Me brotó el demonio tajante, debo trabajar en eso mucho más, es un enemigo que allí tengo todavía.
BorrarUn abrazo de anís.
Siempre hay que examinarnos a diario de nuestros hechos.
ResponderBorrarUn abrazo
Ya lo creo, que ninguno somos blancas palomitas, a la hora de esa revisión. Gracias, Mari Pi.
BorrarUn abrazo grande.
La libertad de abrazar es lo primero
ResponderBorrarEs lo máximo, sí! Muchas gracias y yo te abrazo grandemente.
BorrarLas acciones de los malos no triunfarían sin la indiferencia, tibieza, egoísmo y cobardía de los 'buenos'.
ResponderBorrarUn beso.
Una máxima siempre digna de ser considerada.
BorrarUn gran abrazo y te agradezco muchísimo, te prometo domar mis demonios, porque me has hecho mucha falta.
ResponderBorrarES habitual culpar a los demás de todo lo negativo que nos pasa, pero sin embargo, pienso que somos nosotros mismos los culpables en gran manera de la mayoría de las cosas que nos pasan, sobre todo de esas cosas que nos afectan el interior. Nos dejamos llevar muy a menudo por esos " demonios" que nos acechan, y nos dañan la psiquis. Es cuestión de equilibrar esa balanza interior o más que equilibrar poner el peso mayor en el lado que nos hace ser mejores y más felices..
Es demagogia pura, lo se, porque a la hora de actuar, a todos nos cuesta mucho hacerlo.
Un abrazo, Sara, y linda tarde de domingo
Fina
Sobre todo en hechos sorpresivos, nos gana el instinto, es muy honesto y cierto tu comentario.
BorrarMuchas gracias, Fina... Igual para ti feliz resto de domingo.
Un abrazo grande.
Tu texto me recuerda a una canción sobre la seguridad en si mismo. Se titula la ciudad interior, de mi grupo favorito: Radio Futura. Es esta.
ResponderBorrarPura inquietud
más veloz que la luz.
Recorriendo la ciudad.
Tu seguridad depende tan sólo de ti
perdona, no tiene importancia
te he clavado mi navaja
estoy acostumbrado a morir.
Sortea los fantasmas.
Pura inquietud
más veloz que la luz.
Recorriendo la ciudad.
Tu seguridad depende tan sólo de ti
perdona, no tiene importancia
te he clavado mi navaja
estoy acostumbrado a morir.
Perdona, no tiene importancia
te he clavado mi navaja
estoy acostumbrado a morir
acostumbrado a morir
acostumbrado a morir.
Perdona, no tiene importancia
te he clavado mi navaja
estoy acostumbrado a morir
acostumbrado a morir
acostumbrado a morir.
Radio Futura.
Sí llega el momento en que nos acostumbramos a morir matando. Somos tan trágicos!¡ Muchas gracias por dármela a conocer y te abrazo en domingo.
BorrarHay un tiempo para cada cosa, al menos es lo que creo, y que todos luego de un buen aprendizaje sabemos valorar lo que tenemos y lo que es en realidad la felicidad
ResponderBorrarA la mitad de nuestra vida se nos presenta la oportunidad de transitar por varios senderos, en nosotros esta la eleccion
Pero es mas facil culpar a los otros, a todo el mundo
Pero..... somos humanos por eso estamos aca, viviendo lo que nos corresponde-
Cariños Sara y buen domingo
Gracias, Abu. Es muy importante e interesante tu comentario, la vida es un constante aprendizaje y me agrada mucho saber que los has ido viviendo muy adecuadamente para convertirte en la mujer plena y sabía que eres.
BorrarUn abrazo grande.
Desde luego que todos tenemos derecho a la felicidad, por mucho que algunos se empeñen en arruinarnos la vida, vale la pena luchar por ella con uñas y dientes-
ResponderBorrarAbrazos
Nunca dejes de luchar por mantenerla, Julia. Muchas gracias por tu comentario.
BorrarUn abrazo fuerte.
Me ha encantado tu relato tan lleno de matices muy interesantes.
ResponderBorrarYo, me agarro con enorme fuerza a ese deseo de felicidad al que tengo derecho como muy bien tu dices.
Y aunque haya muchos demonios sueltos, les voy sorteando como buenamente puedo, porque amo la vida apasionadamente.
Un beso, querida Sara.
Muchas gracias Maripaz. Es una gran bendición poder vivir y hay que aprovechar al máximo cada momento para que sea de la mejor manera posible. Así que nunca te sueltes a tu deseo de felicidad, que yo creo que eres feliz.
BorrarUn abrazo grande.
Gracias Sara por tu entrada que acaricia el alma por su contenido... hacen pensar y es muy cierto que nos dejamos invadir por las malas hierbas en momentos de dolor o soledad, pero como tu dices, al carajo, vivamos el presente que es lo único que tenemos.
ResponderBorrarMi cariño con un abrazo.
Ángeles
Qué linda Ángeles. No permitas nunca que te invada. Has limpieza todo lo necesario, para mantenerte feliz.
BorrarUn grande abrazo, también lleno de cariño.
Me ha gustado mucho esta entrada. Me parece muy profunda y hermosa.
ResponderBorrarLa felicidad es privilegio de todos, sin duda.
Besitos y muy feliz semana,
Muchas gracias, Amalia. Que siempre tengas felicidad!
BorrarUn gran abrazo, feliz semana.
Bueno, menos mal que nosotros somos mucho mas poderosos que las malas hierbas y nunca podrán con nosotros, eso seguro...
ResponderBorrarBesos y salud
Nunca podrán, porque sabemos muy bien lo que queremos para el resto de nuestras vidas.
BorrarUn abrazo grande!
A veces vivimos en una jungla de mala hierbas que no no dejan ver con claridad todo lo que existe a nuestro alrededor, por ello de vez en cuando hay que pasar la podadora.
ResponderBorrarBesos
Gracias Ilesin, estoy segura de que tú tienes un interior muy limpio de hierba mala. Y que has sabido encontrar la belleza de la vida.
BorrarUn abrazo muy grande!
Lo has clavado, amiga Sara. Y es que no nos queda otra. No podemos permitir que la mala hierba nos seque la sonrisa, porque va a seguir saliendo cada día. Hoy la arrancamos y mañana volverá a estar ahí nuevamente. Sólo nos queda seguir arrancándola día tras día para que no inunde nuestros campos, pero sin que eso, como tú muy bien has dicho, no nos robe ni un ápice de nuestro derecho a ser felices.
ResponderBorrarBravo, mi aplauso más enfervorecido por un texto tan lúcido.
Besos.
Muchas gracias, Alfredo! Sabes qué me encanta de tí? Lo expresivo y emotivo que eres. No cambies, eso te hace vivir con intensidad (creo yo).
BorrarBeso de lunes.
es entrada me gusto mucho , te mando un abrazo
ResponderBorrarMuchas gracias, mde alegro.... abrazo recibido y correspondido.
BorrarMuy buena entrada. Es así , es corazón o mente. Usemos para sentir el primero y que la segunda se use para lo que sirve. Para crear.
ResponderBorrarClaudio, muchas gracias por tu comentario tan preciso y bien dirigido.
BorrarUn abrazo.
Muy bella entrada Sara. Siempre me llevo bellas sorpresas con tu blog.
ResponderBorrarCreo que llego a tiempo para arrancar la mala hierba.. que crece cada vez mas rapido. jajaja
La mala hierba nunca dejara de crecer, a nosotros de saber luchar conel corazon abierto para que no nos puedan destrozar nuestra felicidad. Y si es unido mejor..
Un beso preciosa.
Isa
Hola Isa, qué milagro que te dejas ver. Espero que te encuentres muy bien. Claro que llegas a tiempo, nunca es tarde para ponerse a trabajar en eso. Te deseo buenos resultados.
BorrarUn abrazo grande!
Quitemos la mala hierba según va pasando la vida. La felicidad, dice Kant, es un deber y, como tal, una obligación.
ResponderBorrarTenemos derecho a ser felices y a tener aspiraciones, aunque la necesidad sea pequeña.
Un abrazo contento.
Muchas gracias, Airblue! Qué bien que citas a Kant.
BorrarUn abrazo también contento.