Este capítulo inicia después de los tres puntos suspensivos, que habían dejado el relato en el aire, suspendido, igual como se queda la ropa en el alambre, esperando a que regresen el sol y el viento, para secarla suavemente, hasta hacerla recuperar su forma y guapura natural, con que enmarcará la silueta de aquella vida que se quedó estancada y sin alma, por un golpe a morir.
Tal vez el capítulo no contendrá punto y seguido, ni punto y aparte, ni punto solo, mucho menos puntos suspensivos --toco madera--, porque deberá ser un capítulo en una narrativa seguida, acelerada y fácil, tan fluida como de escritura automática, con ciertas comas si acaso, pues recuperar lo que ya se daba por perdido requerirá rapidez y no precisamente pautas, ni pausas. La elegancia es la historia que ya existe, pero que se había quedado en suspenso.
Puede ser la vida.
Mientras que no se llegue al punto final en toda vida hay esperanza de mejorar.
ResponderBorrarBesos.
Deja tú de mejorar, a veces puede tratarse de recuperar lo que ya se había ganado, pero que alguien o alguienes echaron a perder con toda la saña posible, ¡vaya!, con las tres agravantes de ley: premeditación, alevosía y ventaja.
BorrarBesos.
La vida que a veces es mas de una, no en el tiempo pero si en las situaciones, la vida es lo que hacemos y si alguien tiene dudas que lea tu exposición y vea donde van los puntos. Un abrazo grande
ResponderBorrar¡Hermosa! Gracias. Eres una gran lectora. Encontraste todo el significado de este texto. Hay que ir por esa vida que quedó en pausa, "por causas ajenas a nuestra voluntad".
BorrarGracias por ese abrazo tan necesario para el camino.
Esa vida fluida que se Vive con mayúsculas, que merece ser vivida.
ResponderBorrarUn abrazo, Sara
Con mayúsculas y letras muy firmes. Porque es la vida que se ha ganado a pulso y cuyo recorrido uno conoce a ojos cerrados.
BorrarUn abrazo, Milena.
Pongámosle un voto de confianza a ese chico que empieza a vivir, un abrazote Sara!
ResponderBorrarEn este texto no cabe el chico. Trata de recuperar una vida que se quedó en la nada.
BorrarAl chico, sé que no le va a ir bien, de antemano. No habrá quien le tienda la mano para regresarlo al redil. Abundan los niños muy listos que nacen en las familias equivocadas que les mochan sus buenas posibilidades.
Pero claro, Dios, si podrá encargarse de él. Hay que encomendarlo con mucha fe para que lo vea a tiempo.
Un gran abrazo!
Sin un punto final, casi todo es recuperable en esta vida. Y pongo casi, porque la salud no siempre está en nuestras manos.
ResponderBorrarBesitos, Sara.
¡Ay, Paula, la salud! ¡Ay! Cuando menos se espera, falla el organismo y se siente que es tan injusto. Pero como decimos acá: "¡Hay que echarle muchas ganitas!" Y como quiera y se recupera con una buena dosis de tesón y disciplina, mucha disciplina.
BorrarÁnimo, amiga!!
Un gran abrazo.
Bajo mi parecer SARA, la VIDA, siempre esta llena de puntos suspensivos :(((
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