No sé la marca de los electrodomésticos, si acaso alguno había, ni que estuviésemos ansiosos por adquirir el mejor y último modelo de objetos. Ni cómo era la fachada de la casa, ni los nombres y la cantidad de estrellas de los hoteles
cuando vacacionamos. Ni la angustia de pagar cuentas por haber comprado de
más, o por presumir de lo que no podíamos tener...
Pero, recuerdo perfectamente, que ya fuera con frío o calor,
con lluvias o sequedades, bonanzas o escaseces:
-Nunca me faltó el mejor cuento, sueño, ilusión,
compañía, abrazo y beso de mi madre. Inolvidable
su aroma, dulzura, ternura, comprensión y también firmeza.
-Tampoco me faltaron los juegos, bromas, “chanzas” y ocurrencias, de los
hermanos, con que nos reíamos todos juntos.
-Así como la gran sensación de seguridad, respeto y
protección, de saber que mi padre estaba llegando a casa, después de trabajar
todo el día. Un gusto y un orgullo era recibirlo de vuelta.
No creo haber estrenado mucho, siendo yo la quinta y más
chica. Pero recuerdo como si hubiera
sido hoy, que al arreglarme mi madre cuando salíamos a pasear, mi papá me hacía darme una vuelta frente a él y que luego me decía: “¡Guau! Quedaste como una verdadera "estrella de cine”... Yo no
dudada que era esa "estrella de cine”, ¡si lo decía mi papá!... dándome con eso, toda la seguridad en mi misma.
Hoy, ningún objeto, ni todos los lujos juntos,
me levantarían más alto en cada caída, que aquellos momentos tan
felices, que se quedaron adheridos a cada partícula de lo que soy y, razón primera para
defender con la fuerza que sea necesaria, que
nada, ni nadie, me haga perder el sabor único, sutil y anisado que tiene la
felicidad.
La infancia nos lleva siempre de la mano hacia la felicidad.
ResponderBorrarBendita edad!
BorrarRecibe un abrazo, como cuando fuimos niñas!
Los padres siempre miran a sus hijas como estrellas o princesas y eso es tan grande para cada hija. Me encanta tu relato y ese sabor a felicidad que transmites.
ResponderBorrarFelicidades Sara.
Canjearía todos mis recuerdos infantiles, porque todos los niños del mundo sean amados por sus padres... Tristemente hay muchísimos que no.
BorrarBesos como de niñas.
Sara, que testimonio tan bonito, íntimo y entrañable, en verdad que fuste una niña muy afortunada ( y lo sigues siendo! :))
ResponderBorrarBesitos!
He sido muy amada... qué dicha tan grande!
BorrarBesitos, niña también.
Claro, yo seria feliz de estar abrazado a ti en esa idea por toda la eternidad :)
ResponderBorrarUna entrada preciosa, gracias.
Besos y salud
Bueno, pues estemos abrazados en esa idea por toda la eternidad!!
BorrarGacias encanto de hombre y besos niños.
Venir a la vida, asomarse a ella y encontrar unos padres que te esperan, unos labios que te besen, unos brazos firmes que te sostengan, es la única arma necesaria para poder enfrentarse a ella.
ResponderBorrarBesos.
Por eso hay tanto chico en la actualidad tan desubicado... No están naciendo así y es muy preocupante, pues toman otras armas.
BorrarBesitos, niñita linda!
El tiempo es incapaz de borrar ciertos recuerdos; donde él fracasa, encontramos una persona sensitiva.
ResponderBorrarQué bueno que fracase mucho en su empeño borrador. Porque es lo único que nos sostiene, cuando ya llegan los vedaderos catorrazos ¿No?
BorrarBesos, de niñas queridas!
Gracias por compartir esos grandes momentos. Todos los bellos recuerdos son parte de nuestra vida, y siempre los recordaremos y los llevaremos en nuestro corazón.
ResponderBorrarSara, que tengas un lindo fin de semana. Un abrazo.
Ojalá que muchos tengan recuerdos felices de niños. Más sensibles podríamos ser.
BorrarFeliz dinde también, Universo infantil!
Qué tierno. No hay nada como el sabor dulce de los recuerdos que construimos con quienes queremos. Es la mejor medicina a cualquier pena :)
ResponderBorrar¡Un beso!
De verdad que si Ana, restauran...
BorrarBesos, niña!
Los mensajes recibidos en la infancia nos marcan más que muchas otras cosas...si fuéramos más conscientes de ello habría menos problemas futuros. Suertuda!
ResponderBorrarSi es una gran suerte!
BorrarBesos, Fedora, nunca pierdas tu alma niña!
Precioso Sarita, me emocionan esos detalles que describen lo que hace de las personas reales, descubrir ese pedacito inmenso de ti, cuando las personas que nos rodean son hermosas, no hacen excepcionales. Gracias por compartirlo. Un abrazo enorme!!!!
ResponderBorrarRaquel: Que palabras tan dulces y bonitas! Me gusta sacar lo infantil, en lo cotidiano soy muy niña, en casos difíciles, con mayor razón. Creo que limpia el corazón.
BorrarUn gran abrazo de mi parte más niña!
Para mi sigues siendo una estrella, a tal punto tu magnitud que el brillo llega hasta acá.
ResponderBorrarCariños
Tú eres una estrella primorosa! Muchas gracias Abu del alma. y muchos besos con cariño!
BorrarHola, Sara
ResponderBorrarLas vivencias de la infancia nos marcan para siempre. Tu hermoso relato me trajo el recuerdo de mi padre que siempre me decía: “estás preciosa”, ello me ha servido muchísimo pues me dio seguridad.
Feliz fin se semana
Hola Rud! Me alegra mucho tu comentario y me da el doble de alegría saber que pudiste evocar recuerdos bellos con tu padre!
BorrarRecibe un fuerte abrazo y mi correspondencia en buenos deseos para tu fin de semana.
¿cómo atraparé, me pregunto, esos anises,
ResponderBorrarsabor de infancia
que me dejó?
Guardaba solo en el 'cajón de prohibido tocar' el recuerdo de mi padre, cada tarde llevándome de la mano a ver los trenes, chacachaca, trepidantes...!
Y mi madre, contemplando a 'mi sol', que era yo, la séptima de los doce herhermanos. ¡Ay, hermosura e infancia!
Un abrazo, Sara
Ya los atrapaste... solo saborealos muy despacio, para que te duren toda la vida y sea lo que te endulce siempre. Me causa mucha alegría que hayas evocado esos recuerdos tan maravillosos de tus padres. Gracias también por compartirlo.
ResponderBorrarBesos!
Una infancia feliz, a pesar de los tirones inmerecidos de una sociedad injusta, es el pasaporte para poseer buen espíritu y mejor ánimo. Los cobardes que atenazan a quienes no pueden disfrutar de una familia unida, deberían saber que la personalidad se forja con miles de pequeñas escenas cotidianas de esa tan cacareada familia que dicen defender. ¡Hipócritas, mal nacidos! Me alegro de tu infancia.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, querida Sara.
Es que lo saben!! y porque eso les causa demasiado malestar por la envidia de que ellos no tuvieron esa infancia feliz, es que hacen lo que hacen, roban, mienten, matan, en el acto vengan su insatisfacción y su falta de amor. ¿Cómo te explicas, que se compran los lujos, con cuyos gastos, podrían vivir pueblos enteros? ¿Cómo te explicas que en mi país hay gobernadores, con peculados de miles de millones de pesos, cuando una casa para los más pobres cuesta 200 mil pesos y esos pobres tienen casas de cartón? ¡Una casa de un pobre, cuesta lo que ni siquiera paga una pequeña fiesta de esos que mencionamos! Cuando les ves esas sendas panzas, que ni Sancho... en sus discursos cruzadas pro pobreza y erradicación del hambre...¡Dios! Cuánto cinismo!!! Aquí está por salir un Presidente de municipio que antes de serlo, era como cualquier hijo de vecina... Hoy para trasladarse a 1 km. Usa su helicóptero. Y el pueblo pintado. Se roban todos los monumentos y joyas históricas y antropológicas, para adornar sus casas de campo... A mi se me llenaba la boca para presumir lo hermosa que ERA mi tierra ¡La acabaron!
BorrarEs por eso que hay que invocar los buenos recuerdos... antes de que todos esos putos (ay! perdón! legislaron... y ya decirles ¡putos!, a esos putos, es motivo de cárcel) dejaran esto en ruinas.
Uno se imagina que cada año por lógica una ciudad debe ser mejor ¿no? pues esta, a través de las décadas ha ido siendo carmomida, roída, destruida... junto con la sociedad, que nos tienen hechos trizas, sin alternativas de nada para vivir por lo menos tranquilamente, como cuando los niños podían jugar en la calle!!!
El mejor abrazo, Antonio!
Me encantó esta entrada, Sara, por lo tierna y porque me trajo un recuerdo de algo que nunca tuve: una infancia feliz. No al menos dentro de mi casa. No es para mostrar sensiblerías, es que fue realmente así.
ResponderBorrarUn beso enorme.
HD
Sé lo que es una infancia no feliz, porque lo veo todos los días... Y creéme que canjearía de mil amores todos mis buenos recuerdos de niña, porque los que son niños hoy no sufrieran. Y en tu caso, te invito a explotar todavía más... ¡al máximo! tu niño interno, intacto y preciosísimo que eres, desde toda tu adultez, que te brinda tan maravillosos sueños que ns compartes, para recuperar todo ese tiempo, a voluntad, de niño que las circunstancias te robaron. Lo lamento mucho! Yo no podría sin aquel recurso, que es el que me impulsa todas las veces que caigo.
BorrarYo te dejo un beso con sabor a dulce, después de haber comido muchísimos y un poco de tierra con sudor, que escurre por mis mejillas... de quien toda la tarde estuvo jugando con sus amiguitos del barrio. Bueno, regresando un poquito el tiempo! así hubiera sido... Jajajaja!
Se me han aguado los ojos al leer esta entrada. me has hecho acordar de mi infancia, de mi padre que era mi idolo y mi madre que tanto me mimó. (esta viva, Dios gracias con 94 años) Esos años verdaderamente son el cimiento que nos sostiene y no alivia la carga. Te felicito!
ResponderBorrarun abraxo!
Marilyn, que dicha tan grande saber que esta entrada te ha hecho evocar esos momentos tan íntimos. Más dichas el saber que cuentas todavía con tu mamita... que diera yo por ello!
BorrarUn gran abrazo para dos. Que siga mucho tiempo a tu lado.
ResponderBorrarQué bello puede llegar a ser el día
Cuando la amistad lo ha iluminado...
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Hoy día del amigo golondrina quisiera ser,
Para acercarte desde la distancia mí estimado aprecio.
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Aquel que se crece con el silencio de las palabras,
Cuando a tu paso vas dejando en el alféizar del viento,
Semillas de cariño que han sido engalanadas
Por el mágico sentimiento de la amistad…
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Deseo pases una tarde de sábado esplendida,
Descansando sobre nubes de algodón
Y acuarelas de estrellas…
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Hoy más que nunca
Un fuerte y sentido abrazo
De mí para ti!!
Atte.
María Del Carmen
Ay gatita, cómo me gustaría a mi también ser gata, para correr por todos los tejados del mundo, repartiendo amor como haces en tus faenas.
BorrarMuchos besos y mucho agradecimiento. Algún día, dime que me has leído y déjame un comentario, de que lo has hecho. Me harás muy feliz también con ello. Pero si no... No importa, de todas formas aprecio tus visitas un montón.