cuando algo nos desagrada,
el tiempo en pijamas va
de la cocina a su cuarto.
Allí, se arrellana en el sofá
y viendo su película favorita
empieza a consumirnos
con pésimos modales
y coca cola.
Brinco, me zafo y ruedo
hasta el fondo del recipiente
en que nos contiene
cada vez que mete
su inmunda mano
para coger más puñados
de nosotros
y masticarnos.
¡Maldito!
Qué profundo este poema que nos dejas hoy, Sara
ResponderBorrar...y es que a veces, sí, somos como corderitos detrás de esa desidia de la que hablas. Sería bueno rebelarse de vez en cuando, ante nuestro propio "recipiente neuronal" ¿no crees?
Lindo jueves con un abrazo
Fina
Buen tema, el que comentas también.
BorrarLa desidia del escrito es del tiempo, no de nosotros, a quienes nos come como palomitas de maíz.
Besos.
Por eso lo de corderitos tras "ella/él", Sara, porque no nos queda otra. Es aquello del huevo o la gallina... el tiempo nos come a nosotros, o nosotros nos comemos el tiempo...???
BorrarUn abrazo
Fina
¡Buena aclaración! Muchas gracias, preciosa. Como siempre andamos corre y corre para hacerlo rendir, no pude asumir la idea de la desidia y lo de los corderitos. Bueno, pues porque son dos cosas que yo no conozco.
BorrarUn beso.
Aquí siempre las hemos llamado "rosas". Mueren transformadas con sus mejores galas de blanca pureza. Si fueron creadas para ello, pienso que la mayoría se sentiran satisfechas. Eso sí, lavaros antes las manos para no ofenderlas.
ResponderBorrarTan ricas, me encantan. Acá les llamamos palomitas de maíz. En este caso no hablo de ellas, sino de nosotros.
BorrarUn beso.
Siempre pensé que si su fin era mejorar una tarde de cine se sentirían felices y por eso se vestían de gala y saltibrincaban en la sarten. Un abrazo
ResponderBorrarDe ellas si... De nosotros no. Que usurpamos su lugar, en estos ocasión.
BorrarBesos.
Esas sucias manos para comerrr....hay que lavarse antes de cada comida...
ResponderBorrarUn abrazo.
El tiempo no sabe de higiene, ni buenos modales.
BorrarUn beso
plof
ResponderBorrarAsí explotados cuando nos come.
BorrarUn beso.
¿Y por qué será que al cogerlas, algunas se acaban acomodando también en el sofá? ;-)
ResponderBorrarBesos, Sara
Las palomitas sí, nosotros no quisiéramos compartir sofá con el inmundo tiempo que nos despedaza.
BorrarBesos.
Cómo me encantan esos pochoclos, así los llamamos acá, muy original Sara, un abrazo!
ResponderBorrarPalomitas les llamamos a los pochoclos, o pop corns, en inglés. Pero estos son humanos consumidos por el tiempo
BorrarUn beso.
A decir verdad puedo contar las veces que lo he comido y desde que me dijo el dentista que era muy malo para los dientes siempre lo he tenido muy presente pero reconozco que es bueno y hace parte del placer y el cine.
ResponderBorrarBesos.
A mí me encantan y no hay película que no sea con ellas. Si dañan los dientes, hay que comerlas despacio.
BorrarEsta vez, nosotros fuimos las palomitas, no te diste cuenta. No está nada tierno este poema.
Un beso.
Nosotros también nos trasformamos como lo hacen los maíces en palomitas ¿Los habrá como nosotros, buenos, buenísimo -como tu y yo :)- malos, regulares, o... malísimos?...jajaja
ResponderBorrarBesos y salud
Jajaja, es verdad, nosotros somos blancas palomitas!!! Pero aquí expuse que el tiempo nos come como si fuéramos palomitas de maíz.
BorrarUn abrazo.
Mmmmmmmmmmmmm que rico ¡me encanta el Pop lindo texto amiga,abrazo.
ResponderBorrarNooo, Fiaris... Es que no tiene nada de lindo, es algo de lo más cruel.
BorrarUn beso.
Genial!!!!!!!!!
ResponderBorrarMe encanta este poema.
Y sí, nos come a diario, y a algunos para siempre.
Esperemos que tarde en devorarnos.
Besos.
¡Bingo! Ya estaba pensando en cerrar el blog e irme a hacer bordados o macramé, ante el rotundo fracaso de esta entrada. Llegaste a salvarme!!
BorrarTe lo agradezco infinitamente.
Besos.
Yo soy como aquellas que nunca se abren y permanecen en el fondo del recipiente, así sin atractivo alguno, quizá el tiempo no se fije en mi. :)
ResponderBorrarNo te creas, el tiempo no perdona a nadie, a todos nos consume por igual.
BorrarGracias, Ale... Ya me parecía que no lo iba a notar nadie.
Un abrazo.
Sara: Me encantó descubrirte tanto como tu poema, el que está excelen temente logrado. Te invito a visitarme. Claudio
ResponderBorrarGracias, Claudio, claro que sí, por allí paso.
BorrarSaludos.
Seria bueno que empezaran higienizandose
ResponderBorrarSeria mejor semilla
Cariños
El tiempo no sabe de higiene, es asqueroso, nos consume maleducadamente.
BorrarUn beso.
El tiempo y las palomitas de maíz que vuelan como soles, un sofá.
ResponderBorrarEl cielo es posible, Sara, y dejemos el tiempo que vuele a su antojo.
¡Qué vuele, sí y que nos deje en paz! Gracias.
BorrarUn beso.
Digamos que todos tenemos nuestro tiempo para abrirnos y algunos ni en toda su vida consiguen dar ese paso muriendo encerrados en si mismos.
ResponderBorrarBesos
Bueno, eso también, pero igual nos consume a mis abiertos y a los cerrados.
BorrarUn beso.
Nos devora el tiempo como si fuésemos palomitas de maíz.
ResponderBorrarPor cierto, están muy ricas.
Un beso grande
Sí están muy ricas, de doble mantequilla, para mantener la línea... curva, jaja
BorrarBesos.
Es verdad, el tiempo consume y aja, no me gusta la frase que leo en el copete del reloj de pared: "Tempus fugit". leyéndote me dan ganas de coger un buen rotulador y añadir: "Como efímeras palomitas de maíz".
ResponderBorrarUn abrazo Sara.
Qué linda.Debieras hacerlo, jaja.
BorrarUn beso
Vivan las palomitas! ja ja ja
ResponderBorrarsaludos
Jajaja, que vivan!
BorrarSaludos.
adoro las palomitas! podria comer todo el dia eso...
ResponderBorrarbueno que mal no?
jaja
No, nada mal. Son muy ricas.
BorrarUn beso.
¡Jajaja! Qué bien lo has contado Sara.
ResponderBorrarUn beso.
Gracias, María Pilar,
BorrarUn abrazo.
Perfecto, con una gran diplomacia has contado como se comen las palomitas, -al menos así es como se llaman en España-.
ResponderBorrarUn abrazo
También acá se llaman palomitas.
BorrarGracias.
Un beso
Sabes ¿cuándo siento que me mastica el tiempo?, cuando miro al espejo y veo una arruguita que muerde los ojos...Tiempo, tiempo, tan difícil de comprender, tan complejo en su actuar...Felicito tu lúdica forma de escribir, es distinta y me gustaros los versos finales.
ResponderBorrarUn abrazo.
El espejo es el vocero del tiempo transcurrido, el y yo perdimos la amistad hace tiempo.
BorrarGracias, un abrazo.
ERES MUY INGENIOSA!!!!
ResponderBorrarABRAZOS
Y tú eres muy amable!
BorrarUn beso.
Espectacular tu poema!! Besos
ResponderBorrarMuchas gracias, Abril. Qué bella.
BorrarUn beso.
Humanizamos al tiempo, otorgándole nuestros errores, como antaño humanizábamos a los dioses, pero al final la desidia es nuestra, y sólo nuestra.
ResponderBorrarMaravilloso poema, y maravillosa metáfora.
Sin duda, Alfredo. Y en esa proporción, nos deshumanizamos también.
Borrar¡Muchas gracias!