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jueves, 14 de abril de 2016

Pop human corns

Lento... como se mueve
cuando algo nos desagrada,
el tiempo en pijamas va
de la cocina a su cuarto.

Allí, se arrellana en el sofá
y viendo su película favorita
empieza a consumirnos
con pésimos modales
y coca cola.

Brinco, me zafo y ruedo
hasta el fondo del recipiente
en que nos contiene
cada vez que mete
su inmunda mano
para coger más puñados
de nosotros 
y masticarnos.

¡Maldito!


54 comentarios:

  1. Qué profundo este poema que nos dejas hoy, Sara

    ...y es que a veces, sí, somos como corderitos detrás de esa desidia de la que hablas. Sería bueno rebelarse de vez en cuando, ante nuestro propio "recipiente neuronal" ¿no crees?

    Lindo jueves con un abrazo

    Fina

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    1. Buen tema, el que comentas también.
      La desidia del escrito es del tiempo, no de nosotros, a quienes nos come como palomitas de maíz.
      Besos.

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    2. Por eso lo de corderitos tras "ella/él", Sara, porque no nos queda otra. Es aquello del huevo o la gallina... el tiempo nos come a nosotros, o nosotros nos comemos el tiempo...???

      Un abrazo


      Fina

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    3. ¡Buena aclaración! Muchas gracias, preciosa. Como siempre andamos corre y corre para hacerlo rendir, no pude asumir la idea de la desidia y lo de los corderitos. Bueno, pues porque son dos cosas que yo no conozco.
      Un beso.

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  2. Aquí siempre las hemos llamado "rosas". Mueren transformadas con sus mejores galas de blanca pureza. Si fueron creadas para ello, pienso que la mayoría se sentiran satisfechas. Eso sí, lavaros antes las manos para no ofenderlas.

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    1. Tan ricas, me encantan. Acá les llamamos palomitas de maíz. En este caso no hablo de ellas, sino de nosotros.
      Un beso.

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  3. Siempre pensé que si su fin era mejorar una tarde de cine se sentirían felices y por eso se vestían de gala y saltibrincaban en la sarten. Un abrazo

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    1. De ellas si... De nosotros no. Que usurpamos su lugar, en estos ocasión.
      Besos.

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  4. Esas sucias manos para comerrr....hay que lavarse antes de cada comida...
    Un abrazo.

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  5. ¿Y por qué será que al cogerlas, algunas se acaban acomodando también en el sofá? ;-)
    Besos, Sara

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    1. Las palomitas sí, nosotros no quisiéramos compartir sofá con el inmundo tiempo que nos despedaza.
      Besos.

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  6. Cómo me encantan esos pochoclos, así los llamamos acá, muy original Sara, un abrazo!

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    1. Palomitas les llamamos a los pochoclos, o pop corns, en inglés. Pero estos son humanos consumidos por el tiempo
      Un beso.

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  7. A decir verdad puedo contar las veces que lo he comido y desde que me dijo el dentista que era muy malo para los dientes siempre lo he tenido muy presente pero reconozco que es bueno y hace parte del placer y el cine.
    Besos.

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    1. A mí me encantan y no hay película que no sea con ellas. Si dañan los dientes, hay que comerlas despacio.
      Esta vez, nosotros fuimos las palomitas, no te diste cuenta. No está nada tierno este poema.
      Un beso.

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  8. Nosotros también nos trasformamos como lo hacen los maíces en palomitas ¿Los habrá como nosotros, buenos, buenísimo -como tu y yo :)- malos, regulares, o... malísimos?...jajaja
    Besos y salud

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    1. Jajaja, es verdad, nosotros somos blancas palomitas!!! Pero aquí expuse que el tiempo nos come como si fuéramos palomitas de maíz.
      Un abrazo.

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  9. Mmmmmmmmmmmmm que rico ¡me encanta el Pop lindo texto amiga,abrazo.

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    1. Nooo, Fiaris... Es que no tiene nada de lindo, es algo de lo más cruel.
      Un beso.

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  10. Genial!!!!!!!!!
    Me encanta este poema.
    Y sí, nos come a diario, y a algunos para siempre.
    Esperemos que tarde en devorarnos.

    Besos.

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    1. ¡Bingo! Ya estaba pensando en cerrar el blog e irme a hacer bordados o macramé, ante el rotundo fracaso de esta entrada. Llegaste a salvarme!!
      Te lo agradezco infinitamente.
      Besos.

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  11. Yo soy como aquellas que nunca se abren y permanecen en el fondo del recipiente, así sin atractivo alguno, quizá el tiempo no se fije en mi. :)

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    1. No te creas, el tiempo no perdona a nadie, a todos nos consume por igual.
      Gracias, Ale... Ya me parecía que no lo iba a notar nadie.
      Un abrazo.

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  12. Sara: Me encantó descubrirte tanto como tu poema, el que está excelen temente logrado. Te invito a visitarme. Claudio

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  13. Seria bueno que empezaran higienizandose
    Seria mejor semilla
    Cariños

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    1. El tiempo no sabe de higiene, es asqueroso, nos consume maleducadamente.
      Un beso.

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  14. El tiempo y las palomitas de maíz que vuelan como soles, un sofá.
    El cielo es posible, Sara, y dejemos el tiempo que vuele a su antojo.

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  15. Digamos que todos tenemos nuestro tiempo para abrirnos y algunos ni en toda su vida consiguen dar ese paso muriendo encerrados en si mismos.
    Besos

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    1. Bueno, eso también, pero igual nos consume a mis abiertos y a los cerrados.
      Un beso.

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  16. Nos devora el tiempo como si fuésemos palomitas de maíz.

    Por cierto, están muy ricas.

    Un beso grande

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    1. Sí están muy ricas, de doble mantequilla, para mantener la línea... curva, jaja
      Besos.

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  17. Es verdad, el tiempo consume y aja, no me gusta la frase que leo en el copete del reloj de pared: "Tempus fugit". leyéndote me dan ganas de coger un buen rotulador y añadir: "Como efímeras palomitas de maíz".
    Un abrazo Sara.

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  18. adoro las palomitas! podria comer todo el dia eso...


    bueno que mal no?
    jaja

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  19. ¡Jajaja! Qué bien lo has contado Sara.
    Un beso.

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  20. Perfecto, con una gran diplomacia has contado como se comen las palomitas, -al menos así es como se llaman en España-.
    Un abrazo

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  21. Sabes ¿cuándo siento que me mastica el tiempo?, cuando miro al espejo y veo una arruguita que muerde los ojos...Tiempo, tiempo, tan difícil de comprender, tan complejo en su actuar...Felicito tu lúdica forma de escribir, es distinta y me gustaros los versos finales.
    Un abrazo.

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    1. El espejo es el vocero del tiempo transcurrido, el y yo perdimos la amistad hace tiempo.
      Gracias, un abrazo.

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  22. Humanizamos al tiempo, otorgándole nuestros errores, como antaño humanizábamos a los dioses, pero al final la desidia es nuestra, y sólo nuestra.

    Maravilloso poema, y maravillosa metáfora.

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    1. Sin duda, Alfredo. Y en esa proporción, nos deshumanizamos también.
      ¡Muchas gracias!

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