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sábado, 13 de junio de 2020
Más infantil que qué
Tropezó el niño, con sus brazos llenos de juguetes. Obviamente, no los iba a soltar por detenerse.
Por eso, su corazón se volcó y al rodar, se le abrió su tapadera, dispersando todo su contenido.
Rodaron, brincaron, volaron todos los cariños y amores de ese niño, por el mundo entero, hasta tocar e iluminar las vidas de las personas más sensibles, que por cierto ya estaban de manos caídas y esperanzas esfumadas.
Pronto se reincorporó el niño con sus manos y corazón bien llenos, aunque una basurita en los ojos, le hizo derramar unas cuantas lágrimas, que fueron vida para aquellos otros que sufrían.
La magia de la vida así funciona. Un masmenos en cadena.
Un bajaysube, subeybaja.
Un correquetealcanzo.
Pero nunca sueltes tus juguetes. Luego qué te podría ayudar a levantarte.
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Comentarios de la entrada (Atom)
Hola guapa , que entrada más tierna y bonita , los buenos recuerdo y el cariño
ResponderBorrarde todo aquel que conociese a ese niño , sabe que ese niño y vuelve a caer , volverá a levantarse , ya que los tropezones y caídas de la vida , hacen fuerte a la persona ,te deseo una feliz tarde besos de flor.
Caer muchas veces es ejercicio de la vida.
BorrarUn abrazo grande, Flor, mi consentida.
Hola guapa ... Te comento , que el "Gazapo" es los armadillos de A. Mcqueen , era un famoso diseñador de zapatos , ya que falleció , besos preciosa de esta flor , que te estima , te deseo un feliz Domingo , besos de flor.
BorrarJajaja... Si no lo dices, no lo hubiera descubierto. Gracias.
BorrarUn gran abrazo, mi Flor consentida.
Un suspiro al leerte, una emoción y las gansa de abrazar a todos los niños. No deberian sufrir nunca ninguno. Abrazos
ResponderBorrarSin embargo, sufren y mucho. Algunos por culpa de sus mismos padres.
BorrarUn abrazo.
Hola qué linda entrada Sara, me encantó, enhorabuena.
ResponderBorrarTe dejo un beso al alma y que tengas un hermoso fin de semana.
Muchas gracias, Alma.
BorrarIgualmente, feliz fin de semana.
Un abrazo.
No sin mis juguetes. 😊 Besos.
ResponderBorrarJajaja. Un fuerte abrazo, preciosa Laura.
BorrarMe ha gustado lo que dices así que yo también me aferraré a mis juguetes cada vez que tropiece y caiga.Besicos
ResponderBorrarJajaja. Así te ayudan ellos a levantarte.
BorrarUn fuerte abrazo.
Muy tierno amiga Sara, a ningún niño deberían faltar sus juguetes, la vida de un niño discurre rápido y el niño tiene derecho a ser niño y jugar como un niño, todos tienen derecho a esa corta y linda infancia que es irrepetible.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo
Un derecho inalienable a los niños. Tal como lo has dicho.
BorrarUn abrazo.
Los niños tienen esa pureza en la que no se les debería permitir sufrir.
ResponderBorrarBesitos de finde Sara.
Ojalá, Ani. Tristemente si sufren y algunos verdaderas injusticias.
BorrarIgualmente, feliz finde.
Un abrazo.
Un ir y venir y estar de vuelta... Bonito cuento
ResponderBorrarSaludos Sara
Gracias Ángel. Constante movimiento.
BorrarUn abrazo.
La tierna imagen del niño cayendo sin soltar sus juguetes, nos deja una lección: ¿Somos capaces los adultos de arriesgar alguna situación de confort para lograr nuestros sueños?
ResponderBorrarUn beso, Pat
Pocas veces, Pat. Los niños siempre. Creen en sus sueños.
BorrarUn abrazo.
Bien bonita entrada,abrazos.
ResponderBorrarGracias, Fiaris.
BorrarUn abrazo.
Pobre corazoncito... :(
ResponderBorrarBesos y salud
Recuerda que se restaura con facilidad. Y con saliva se le borran los raspones.
BorrarUn abrazo.
Hasta grandotes tenemos esas referencias tierna y nos acompañan, guardo antiguas muñecas que me regaló mi madre, cuando viajo a mi hogar materno siempre me esperan y con todo es el recuerdo de lo mejor...
ResponderBorrarLinda alusión...
Me parece muy lindo lo que me cuentas. Yo no conserve ningún juguete.
BorrarUn abrazo.
Me has devuelto a la infancia al leerte, Sara. Eran poco los juguetes, pero por esa misma razón muy amados.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muy amados. Los defendíamos a capa y espada, jaja.
BorrarUn abrazo.
Sara , que bonito , donde hay un niño reina la alegria , para mi son lo mas tierno y amoroso del mundo .
ResponderBorrarbesinos
Sin niños, no hay esperanza para el mundo.
BorrarUn abrazo.
Esa escasez de juguetes los hacía muy valiosos.
ResponderBorrarBuena reflexión.
Abrazos.
Había más juegos que juguetes.
BorrarUn abrazo.
Veo varias lecturas para tu texto, pero todas llenas de ternura... sean juguetes, tesoros, sentimientos universales o emociones compartidas. Preciosa parábola. :))
ResponderBorrarLos buenos lectores, como tû, sin duda, enriquecen los escritos. Muchas gracias.
BorrarUn abrazo.
Muy dulce y lindo.
ResponderBorrarVolver a la infancia sería maravilloso.
Y nunca soltar esos juguetes...
Un abrazo.
Nunca soltarlos. Conservar el alma juguetona y niña, nos ayuda a ser alegres.
BorrarUn abrazo.
Tu relato me trajo la imagen del Principito, Sara, conmovedor, un abrazote!
ResponderBorrarMuchas gracias. Eso es demasiado e inmerecido para mi humilde escrito.
BorrarUn abrazo.
Qué bonito. Un beso
ResponderBorrarGracias, Susana.
BorrarUn abrazo.
Qué puede haber en el mundo más cálido que la sonrisa de un niño?. Nunca deberíamos dejar de serlo, todos deberíamos tener algo de locos y algo de niños.
ResponderBorrarDe ahí tu estrella con sabor a anís.
Un cariñoso abrazo, amiga.
Nada debería ser tan rudo en la vida, como para perder la capacidad de seguir siendo niños.
BorrarY locos... Pues todo el que es auténtico es tildado de loco.
Un inmenso abrazo, querida.
nada coo el mundo inventado
ResponderBorrarbesos
Cada día tendremos que inventarlo un poco más, a como se ha puesto.
BorrarUn fuerte abrazo.
Que lindo Sara!!!
ResponderBorrarEs un dulce al alma, volver a leerte.
Abracito :)
Y una gran alegría, verte publicar otra vez. Me encantó descubrirlo.
BorrarUn abrazo.
Tener algo o alguien a quien cuidar es un buen aliciente para levantarse las veces que haga falta...
ResponderBorrarBesos
Cierto. A menudo nos levantamos más rápido por algo o alguien, que tan solo por nosotros.
BorrarUn abrazo.
En la vida se cae muchas veces, cuestión de no quedarte tirada. Saludos Sara
ResponderBorrarSiempre debemos volver a levantarnos.
BorrarUn abrazo.
¡Qué ternura! Necesitamos momentos tiernos y bonitos, estamos rodeados y rodeadas de ellos, solo hace falta saber verlos.
ResponderBorrarCuídate mucho, besines utópicos.-
Sirve para recuperar la salud emocional. Que si solo vemos la realidad enloquecemos, Irma.
BorrarUn abrazo.
"Un bajaysube, subeybaja.
ResponderBorrarUn correquetealcanzo".
Ojala andaramos por la vida como niños con sus juguetes bajo el brazo. :)
Un abrazo!
Y con su inocencia que los libra de la amargura.
BorrarUn abrazo.
Cuantas veces caemos, mejor nos levantamos, ya las rodillas no duelen tanto, vamos aprendiendo a caer.
ResponderBorrarmariarosa
Cierto. Es un ejercicio constante a través de la vida.
BorrarUn abrazo.
Aunque parezca mentiras existen adultos con el espíritu de niño. Yo no, ahora me caigo y me cuesta levantarme.
ResponderBorrarUn abrazo y a seguir siendo un poquito niño.
A veces con los años se va teniendo menos confianza en que valga la pena.
BorrarUn abrazo.
He regresa do contigo a mi niñez, y ahora me siento más niña todavía.
ResponderBorrarMucha ternura en tu entrada.
Un beso enorme.
Me alegro mucho. Gracias.
BorrarUn abrazo grande.
Qué ternura de entrada!
ResponderBorrarEse abrazo apretado a los juguetes... a la vida.
Precioso!👏
Caerse y rodar, pero no soltar su tesoro, jaja
BorrarUn abrazo.
Wowww cuanta ternura en tus
ResponderBorrarbellas letras.
Besitos dulces
Siby
Gracias, Siby. Jaja.
BorrarUn abrazo.
Eso es lindo y divertido. Agudizando la imaginación de los niños será más amplio.
ResponderBorrarBuena idea 👍
Muchas gracias, Himawan. Los niños son la alegría del mundo.
BorrarUn abrazo.
Cuánta ternura inspira la infancia.
ResponderBorrarBesos.
Sí, Amapola. Es la mejor etapa del ser humano, en que no existen los imposibles.
BorrarUn abrazo.
Relato que inspira ternura y que nos trae aquellos recuerdos que se quedaron para siempre en nosotros pasaditos en años.
ResponderBorrarMis saludos.
Gracias, Guillermo. Soñemos como niños.
BorrarUn abrazo fuerte.
El relato es tierno pero permíteme que te comente otros detalles que subyacen en tu linda entrada. Me refiero a que desde que nacemos comenzamos esta andadura del sube y baja o del baja y sube... Lo cual supone un contínuo aprendizaje en nuestra existencia.
ResponderBorrarSi todo fuera perfecto y bonito jamás nos perfeccionaríamos como seres humanos y jamás afrontaríamos los embates de la vida.
Es muy habitual en estos tiempos de tantos cambios en las conductas familiares respecto a los hijos, que se confunda amor con consentimiento, es decir concederle al niño todo tipo de caprichos y exigencias, puesto que le estamos negando su aprendizaje al autocontrol de sus impulsos irracionales.
Un fuerte abrazo estimada Sara.
Muchas gracias, Estrella. Es sumamente importante lo que expresas, para no echar a perder a los niños.
BorrarUn gran abrazo.
Entrañable relato Sara. El corazón de ese niño llevaba encerrado un tesoro que quiso compartir con otros muchos. Su caída le hizo enfrentarse con esa otra realidad de infancia. Es el despertar al sufrimiento, el dolor y la desesperanza. La alegría y el dolor conforman una polaridad necesaria para nuestras emociones y sentimientos, pero sobre todo para nuestro crecimiento personal.
BorrarGracias por visitarme. He comprobado que cuando te escribo desde el ordenador no salen en tu blog, así que he optado por hacerlo desde el móvil.
Un abrazo amiga
Gracias, Ardilla preciosa. Es de gran riqueza todo lo que aportas a esta publicación. Sin duda lo mejor de un blog surge en comentarios.
BorrarEs extraño lo que me cuentas sobre que no aparecen tus comentarios desde tu pc. ¿A qué se deberá?
Un abrazo muy grande.
Ojalà y alguien pueda aconsejarme. Solo sé que todos mis comentarios he de hacerlo desde el móvil si quiero que lleguen.
BorrarPues yo no sé... Ni siquiera imaginé que algo así pudiera pasar. Es cosa de sincronizar tus datos en ambos dispositivos, pero ignoro cómo.
BorrarUn abrazo.
Te guiño un ojo, Sara.
ResponderBorrarEl final, qué verdad.
Abrazo.
Gracias, Verónica. Eres muy amable.
BorrarUn abrazo.
¡Hola amiga Sara! Cuanto tiempo, verdad. He estado mucho tiempo ausente de este medio y lo he añorado.
ResponderBorrarIntuyo que tú texto encierra una enseñanza que aún estoy por vislumbrar. Algo me dice que ese niño es un poco el deseo de muchos idealizado para compartir, ayudar y crecer en este camino llamado vida. Es algo así cómo recordar esos "juguetes" que nos hicieron felices y que nunca debimos soltar al crecer, como una metáfora de las ilusiones y esperanzas que se van perdiendo cuando te haces adulto. Y no sólo recordarlas, sino ayudar a otros a recordar las suyas, a hacerlas presentes y posibles entre todos.
Un abrazo "manita".
¡Ibso!!! Enorme alegría que vengas, jajaja. Espero que estés de maravilla y también tu familia.
BorrarPues eso, mi manito... Nunca perder nuestras razones (nuestros juguetes) para seguir luchando. Y saber que nuestras lágrimas a veces son las alegrías de otros, en otra parte. No desesperar. Volvernos a levantar cada vez. Que la vida da muchas vueltas. Ser agradecidos y pacientes.
Un grandísimo abrazo, con todo cariño.
En los niños reside la mejor magia... no necesitan trucos para iluminar el mundo...
ResponderBorrarAbrazo
Son como son... Auténticos. No fingen.
BorrarUn abrazo.