Un cactus, que vivía a mitad de la nada, fue visto por un animalito, quien quiso acompañarlo. Pero el cactus hosco y desagradable, se negó a recibirlo. Ni te acerques, le dijo y lo espinó.
El animalito, al saberlo tan solo, regresaba, encontrando siempre al cactus esquivo y de mal genio. Habrá sufrido mucho, pensaba el animalito y justificaba sus desplantes y agresiones. Pues cada vez, recibía terribles pinchazos.
Así, hasta que el cactus le tendió una emboscada junto con otros seres muy venenosos, para deshacerse de él.
Casi muere en ese ataque. Saca ciertas conclusiones, pero sigue confiando y regresó en cuanto pudo, a platicarle al cactus lo que le sucedió.
El cactus molesto por su supervivencia, logró que el animalito fuera atacado por otros, recurrentemente. Él resistía y no dejaba su empeño de relacionarse con el cactus... "Tan solo y en medio de la nada... Me necesita."
Mas el cactus le dijo que no quería volver a verlo. Que le irritaba su forma de ser. Con muchas espinas clavadas el animalito se fue.
Pasó mucho, mucho tiempo. El animalito pensaba en el cactus con frecuencia. En lo mucho que le hubiera gustado tener una buena relación con él y que fuera tan feliz como él.
En eso estaba cuando se enteró de que estaban derribando a todos los cactus de la zona. Con el corazón en la mano fue a visitarlo, para ofrecerse a ayudarlo a salvarse.
El cactus, estaba ya muy envejecido y muy enfermo, se mostró dulce y bastante afable y entre abundantes lágrimas, le dijo al animalito que lo había extrañado mucho, porque se dio cuenta en su ausencia de lo mucho que lo quería y el dolor inmenso que le significó perderlo... etc.
El animalito se conmovió, "al fin el cactus lo estaba apreciando, al fin se estaba sincerando"... Lo defendería como fuera preciso para que no lo derribaran y vivirían muy cercanos, compañeros y felices.
Enjugó las lágrimas al cactus y al abrazarlo para sellar su cariño y reanudar su relación, que sería mejor que nunca antes, maravillosa... el cactus, aprovechó el momento de sensibilidad del animalito, para con toda saña, enterrarle una gran espina en el corazón.
El animalito todavía pudo alejarse, pudo sobrevivir y pudo curarse de esa herida. "Fue accidental", pensaba, mientras se disponía a regresar con el cactus.
En el camino lo cercaron parte de los seres maléficos que habían perpetrado aquella emboscada, para impedirle llegar. Confesaron su responsabilidad y le advirtieron: no te acerques, es malo, muy malo. Igual que nosotros. Se ha estado burlando de ti. Nos dijo que cuando fuiste...
El animalito no confió en esos seres malignos y los esquivó.
Cuando llegó a donde estaba el cactus, con maquinaria ya lo estaban arrancando. Lárgate. Hipócrita. Odio tu alegría, tu inocencia, tu tenacidad, tu fe, tu bondad, tu resistencia, tu amor, tu ceguera. Estás mal. Te odio. Fueron las últimas palabras que alcanzó a decirle el cactus.
El animalito lloró desconsolado aquella muerte y por no haber podido ayudar al cactus a vivir feliz. Su cactus... hermoso, elegante, distinguido, inteligente y muy espinoso, al que tanto admiró y quiso. Por el que hubiera dado la vida por salvarlo y que fuera feliz.
Pareciera el amor de una amistad no correspondida.
ResponderBorrarBesos.
Puede ser, Amapola.
BorrarMuchas gracias.
Un abrazo.
El mundo está lleno de seres rencorosos que no aceptan la felicidad ajena.
ResponderBorrarAbrazos.
No son felices y no dejan a otros ser felices.
BorrarUn abrazo.
Dentro nuestro hay una esencia que puede revertirse para bien o para mal. algunas veces se revierte, otras queda como está. Muy triste el relato, pero sucede. cuando se tiene buenos sentimientos cuesta aceptar que "el otro" no pueda aceptarlos y compartirlos. Un abrazo Sara, buen sabado
ResponderBorrarLa tenacidad del que ama, irrita al que odia.
BorrarUn abrazo.
La vida da muchas puñaladas y al cactus se le veía venir. Va con la artillería encima...
ResponderBorrarAbrazo
Era predecible. Solo el animalito no quería aceptarlo.
BorrarUn abrazo.
Desgraciadamente hay personas que son auténticos cactus.Besicos
ResponderBorrarHieren a todos los de su entorno.
BorrarUn abrazo.
Hay mas cactus de los que pensamos, pero tambien hay muchos "animalitos" mas todavía. por eso la vida es maravillosa porque hay mas bueno que malo. Un abrazo
ResponderBorrarHay más animalitos. Falta organizarse para no permitir a los cactus.
BorrarUn abrazo.
¡Qué cuento tan precioso, querida Sara! Ya me quedo esperando al próximo.
ResponderBorrarUn dulce abrazo.
Muxhas gracias por tu estímulo. Me haces dentirme muy bien.
BorrarUn abrazo grande.
Uno lleno de sus dolores provocados por su propio egoísmo y el otro de esos dolores que le provocó aquel se engrandece sin dudas a los ojos del Creador.
ResponderBorrarMuchos son los que viven así en este tiempo así , pero a veces es causa delas propias malas decisiones las que nos perturba el espíritu y no otros seres.
Un enseñanza muy noble.
Tengas una buena semana!
Muchas gracias. El que no es feliz, trata que los demás no lo sean.
BorrarUn abrazo.
Linda historia pobre cactus. Te mando un beso
ResponderBorrarPobre... Nadie es maligno porque sí.
BorrarUn abrazo.
Esto me recuerda a un versículo que está en la Biblia, que dice: SE MOSTRARÁ PIEDAD AL MALVADO Y NO APRENDERÁ....y es la pura verdad, Sara...así hay gente perversa al igual que el cactus, que odian al que le lleva y le ofrece amistad, cariño, o el evangelio de salvación. Por eso también la Biblia nos advierte diciendo: ALÉJATE DEL HOMBRE MALO Y SANGUINARIO, ALÉJATE DE LOS VIOLENTOS...NO SEA QUE TE DEVOREN. Gracias por esta hermosa historia que tiene gran enseñanza. Un abrazo grande y feliz domingo.
ResponderBorrarMuchas gracias a ti, que lo enriqueces con generosidad y me encanta.
BorrarUn abrazo grande. Igualmente.
Una realidad muy triste para muchos en la vida humana, no se aprende ni a pinchazos, un abrazote Sara!
ResponderBorrarNi a pinchazos cuando el corazón es muy terco.
BorrarUn abrazo.
Una historia triste y muy emotiva. Encierra una gran verdad.
ResponderBorrarComo la vida misma.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
BorrarUn fuerte abrazo.
Seguro que mucha gente pensará que el animalito era un rematado imbécil...
ResponderBorrarA mi me conmovió la historia, hasta se me hizo un nudo en la garganta por el pobre animalito...
Besitos y salud
Eso seguro. Pocos considerarán al animalito un ser noble. Hasta a mí me causa pena leerlo...
BorrarBesitos de anís.
En verdad que la historia tiene una moraleja muy clara, la tenacidad del animalito a muchos les parecerá una manera de ser tonta y débil, en lugar de ser todo bondad e inocencia.
ResponderBorrarHay demasiados cactus en el mundo, todos pinchan y hacen la puñeta, otros en cambio vuelven a poner la otra mejilla tanta veces como pueden y solo les importa la amistad.
Cuento que entristece.
Ahí te mando un ramo de violetas que tengo en mi ventana. No dejan de brotar .
Gracias por tu profundo mensaje y esas violetas estupendas.
BorrarUn gran abrazo.
Que tierna y adorable historia nos relatas amiga Sara, de estas desdichas la vida suele estar llena, incomprensiblemente y por naturaleza el ser humano es su protagonista, aunque debo reconocer que, existen muchos como en el cuento dispuestos a colocar la otra mejilla.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo y buena semana entrante Sara.
Si hay muchos que ponen la otra mejilla, podemos ser optimistas respecto a la bondad humana.
BorrarUn gran abrazo. Buena semana también.
Hola Sara,
ResponderBorrarUma história muito triste e emotiva, que provoca uma grande angústia.
Mas também é uma grande verdade!
Un abrazo!
Gracias A.S. una ficción que parece verdad.
BorrarUn abrazo.
Triste historia con un final impredecible. El animalito hizo todo lo que pudo para salvar a su amigo, pero este no aceptó las muestras de cariño que le daban.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias, Jubi. Hay quienes no saben recibir ni dar amor.
BorrarUn abrazo.
Como em todos os relacionamentos, para o sentimento vingar tem que haver reciprocidade.
ResponderBorrarAbraço amigo.
Juvenal Nunes
Sí, Juvenal... No siempre se logra reciprocidad entre los seres.
BorrarUn abrazo.
Que triste y cuanta verdad en tu historia, hay personas así de amargas a las que les damos muchas oportunidades y las desperdician, solo a veces cuando el verdadero amor toca su corazón cambian. Un abrazo
ResponderBorrarEs muy triste desperdiciar el sentimiento más puro que hay. Pero sucede.
BorrarUn abrazo.
Sara, triste y real lo que nos dices,
ResponderBorrarmi amiga,un mensaje que nos llega
profundo, a veces que los animalitos
tienen mas cerebro que los humanos
y nos ensenan el amor real.
Besitos dulces
Siby
Sería bueno aprender de ellos en muchos sentidos.
BorrarUn abrazo.