Me gustan las historias con finales felices, ese tipo de finales que dejan imaginar que serán el principio de algo muy bueno, después de mucho luchar por alcanzarlo. La llegada a una meta muy deseada. Ese dulce momento.
Después de un proceso en que se fueron superando todo tipo de pruebas y sacrificios para llegar hasta "allí", hasta "aquí". A veces cayendo, a veces casi desfalleciendo, con la idea de lo que puede ser como única fuerza para seguir avanzando, como el conejo tras la zanahoria, como el galgo tras el conejo, sin siquiera considerar que se podría no llegar.
Me gustan esos finales que son el principio deseado, que para permanecer en el estado de cosas alcanzado, sin duda, requerirá otra larga serie de esfuerzos de todos tipos y magnitudes, pero con un significado supremo: el bien colectivo.
Me gusta cuando el pueblo se levanta a demostrar que es más.
¡Bien! Siempre será posible darle un bofetón a un sistema que ha demostrado todas sus desventajas. Ya no se puede tapar el sol con un dedo. Ya las propagandas no someten, ni manipulan, porque todo se sabe al instante y el pueblo unido... hace milagros.
Ojalá todos tuviéramos esos finales felices, Sara, como en las novelas, como en las películas, los malos tendrían su castigo, los buenos su premio, un abrazote!
ResponderBorrarEl despertar del pueblo es un proceso muy largo y complejo.
BorrarUn fuerte abrazo.
Cada meta supone sacrificio y llegar es una explosión de júbilo, pero nunca se tiene que quedar ahí, debe mantenerse y crear nuevas metas. Es un peligro quedarse apoltronados en esa victoria, casi tanto como no haber llegado.
ResponderBorrarEs cierto también que hoy el "pueblo" no es ignorante de cuanto sucede... de la manipulación no estoy tan segura... Don dinero puede seguir haciendo mucho daño. Lo que sí estoy segura es de que, cada vez que el pueblo se levanta, sale victorioso.
Besitos, Sara.
Cierto, no podemos negar que son estratosféricas las cantidades de dinero que se gastan con ese propósito.
BorrarBesos, Paula.
A mi también me gustan esos finales, porque es un incentivo que todavía se puede, porque la esperanza muere siempre en frente a las realidades.
ResponderBorrarUn abrazote Sara de anís :)
Se logrará, Cecy. No hay que desesperar. Y hay que seguir en la lucha constante.
BorrarUn gran abrazo!
Hay que seguir caminando con lo que nos toca, quizás al final del camino haya luz y bienestar.
ResponderBorrarBesos Dora
Mantenernos en la marcha, con constancia, hasta lograrlo.
BorrarUn abrazo.
Los finales felices me encantan pero a veces se nos escapan de las manos y nos tenemos que resignar y volver a empezar. Besicos
ResponderBorrarAsí es, Charo. Insistiendo una y otra vez. No es fácil, pero sí es posible.
BorrarUn abrazo.
Ninguna confianza, el pueblo unido solo puede gritar pero no tiene el poder, las democracias estan cayendo unas a la derecha y otras a la izquierda. Y me gustan los finales felices pero de momento solo los veo en las novelas. Un abrazo
ResponderBorrarEs la cruda realidad, pero no hay que desesperar ni dejar de luchar por los ideales.
BorrarUn abrazo.
El poder del pueblo se llama democracia directa, crear espacios de apoyo mutuo, solidaridad de clase, sin conciencia social estás destruido, subyugado, manipulado... El poder del pueblo es redistribuir radicalmente la riqueza y salir de la barbarie capitalista... No hay otra. En un mundo donde cada cinco segundos muere un niño por enfermedad curable es un mundo enfermo, cautivo, sin corazón...
ResponderBorrarSalud y lucha
Hay que mantener la lucha y hacer del mundo un sitio más justo.
BorrarUn abrazo.
Sara, el pueblo lucha, el pueblo sueña y el pueblo espera que se vuelvan realidad sus sueños y sus gobernantes sirvan al pueblo, sean honestos, leales y generosos...Ojalá que esos gobernantes sean justos, dignos y no se dejen llevar por el poder. Que cumplan su cometido y el pueblo siga orgulloso de ellos, ojalá Sara...Mi abrazo entrañable y felices días de julio, amiga.
ResponderBorrarMuchas gracias, Ma. Jesús. Ojalá!
BorrarIgualmente, feliz verano.
Fuerte abrazo.
Sara, dejando al margen los "finales felices", no tengo tan claro que las "propagandas" no alcancen sus objetivos. No manipulen.
ResponderBorrarLa prueba del algodón está en que el exceso de "todo se sabe al instante", la ingente información/desinformación de toda índole que hoy pulula por redes sociales, plataformas huecas, algoritmos, IA, etc., hace que no sea fácil, nada fácil, a la humanidad centrarse en el objetivo primordial...
¡El despertar en cada uno!
Cierto es que ello, no se consigue en multitud... Es más bien trabajo interior y en silencio.
Abrazos Sara.
Muchas gracias, Ernesto. La realidad es opuesta a lo que me gusta, a los finales felices. Sí lo sé. Quise dejar un recordatorio de mis sueños, por si un día ni eso queda.
BorrarUn abrazo.
Hola Sara, a mi también me gustan los finales felices, pero no siempre son posibles no?
ResponderBorrarEs cierto que cada vez hay mas información a la mano y mas gente dispuesta a levantar la voz y oponerse a lo que considera injusto. Pero también es cierto que hay manipulación de parte de quienes informan. Hay que estar siempre centrados y claros.
Fuerte abrazo
La realidad es muy distinta a lo que me gusta. Lo expreso antes de que ni soñar, no pensar sea permitido. Hacia eso vamos.
BorrarFuerte abrazo.
Algo de Historia he leído. El pueblo solo se une cuando pasa hambre (hambre de verdad) o vive como una rata. Con el estómago lleno o medio lleno el pueblo nunca pelea, y si en proporción los que se mueren de hambre son menos que los que no, se morirán de hambre y se acabó. Ya nadie es valiente.
ResponderBorrarDices la verdad.
BorrarMe gusta algo muy diferente a lo que hay y lo expreso a manera de recordatorio de que fuimos humanos.
Un abrazo.
A mi también me encantan los finales felices de cualquier historia, pero actualmente para conseguirlo hay que taparse los oídos, porque como bien dices, nadie cumple las propagandas, y sobre todo si el dinero está por medio, las necesidades de los demás quedan rezagadas para el final si es que llega.
ResponderBorrarUn abrazo y muchas gracias por tu visita.
Gracias a ti por corresponder a mi visita. Es un honor recibirte.
BorrarLa codicia y el egoísmo de unos cuantos que son muy poderosos, nos lleva a nuestra destrucción, pero todavía albergo sueños y la esperanza de que logremos lo inalcanzable,v por eso lo llamé milagro.
Mi abrazo.
Así avanza la humanidad.
ResponderBorrarDesde la prehistoria hasta el día de hoy.
Luchando, luchando y luchando.
Besos.
Sí, solo luchando continuamente.
BorrarBesos.
cada día es un comienzo y una muerte desde eones
ResponderBorrargracias por tu huella
buen comienzo de semana
Gracias por venir y comentar. El mismo deseo para tu semana.
BorrarUn abrazo.
Todo cuesta un esfuerzo y aún así hay muchas cosas que no son como deberían.
ResponderBorrarBesos, Sara, buena semana 🌞
Demasiadas cosas. Luego damos un paso hacia adelante y dos había atrás. Apenas se anima uno y viene la decepción. Las guerras, por ejemplo. Insoportables.
BorrarBesos.
Los finales felices siempre dejan una sonrisa en nuestros labios... pero a veces se cambia el final de la historia para quitarnos el placer de sonreír...
ResponderBorrarUn abrazo Sara y feliz semana!
Son más los sucesos para llorar, que para reír. Pero no podemos darnos por vencidos, antes el caos que crean. Como parte del pueblo, debemos seguir luchando. Nacimos para amar, no para destruir.
BorrarUn abrazo.
Hay tan pocos finales felices, que soñar con uno y conseguirlo, es algo espléndido y vale la pena creer en ello.
ResponderBorrarUn beso.
Que nada nos robe la capacidad de soñar. Es nuestro motor.
BorrarUn beso.
Habrá que tener fé, aquí necesitamos a ese pueblo unido. Siempre esperamos esos finales felices!! Un beso
ResponderBorrarMás que fe. Organización, es lo que se necesita, Hanna.
BorrarUn fuerte abrazo.