Me ha provocado mucha angustia cuando me he quedado en penumbras y no estoy preparada. Empezar a tantear para encontrar alguna fuente de luz. Y aunque no es seguido, procuro siempre tener a la mano algo con que crear luz, por si acaso la llegara a necesitar, por descompostura o apagón.
Tener en un lugar fijo una lámpara de pilas, de combustible, velas, encendedor, cerillos, el móvil con su linterna es muy útil, etc. (*Importante: Nunca quedarse sin un mínimo de luz, que nos permita encontrar el camino).
Ahora, previendo más, también tengo a la mano, un frasco abierto de luciérnagas, que suman su efecto luminoso en caso dado. Ellas están dispuestas a servir a cualquiera que las necesite. Por ello, las pongo a su disposición.
A recordar, para otro tipo de oscuridades:
Perro que ladra, no muerde.
Mientras más vacío está el cántaro, más ruido hace.
Quien más atemoriza, es quien más miedo tiene.
La unión, hace la fuerza.
El más débil, aparenta ser el más temible.
Nada puede contra el amor verdadero. Hoy es tiempo de practicarlo y fomentarlo.
Si tiene remedio, no te preocupes. Si no tiene remedio, no te preocupes.
Las luciérnagas siempre me parecieron mágicas.
ResponderBorrarVale, no me preocupo de nada...
Besos.
Me gusta ese frasco de luciérnagas. y la última frase la repito muchas veces. Abrazossss
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