¡Gracias Madre! |
Si hoy amaneciste vencido, sin respuestas y sin saber dónde obtendrás un poco más de futuro, ¡acércate!
Si crees que tus problemas no tienen remedio, que ya nada vale tu esfuerzo, ¡te hace falta verla!
Si amaneciste con un hueco, en donde tenías sentimientos, no pienses que ya te perdiste, ¡acude a ella!
Si todo lo que vives te hace llorar, necesitas que ella te alivie, pero si ya no sabes llorar, lo tuyo es muy urgente, ¡búscala!
Si el terror te tiene de rodillas, levántate con ayuda o solo, como puedas, no lo pienses, no pretextes ¡visítala!
Si ya compraste armas también, seguro de que es mejor defenderte así, ¡te urge verla!
Si ya vociferas, insultas, maltratas, odias y deseas ver también muertos a los culpables, a los indiferentes, a los creadores de nuestro caos: a los que apuntan, a los que disparan, a los que permiten y a los que no actúan, ¡corre a ella de inmediato!
Si te corrompiste y no quieres ver cuánto dañan tus permisos, es un deber que vayas ¡Ya!
Si estás indiferente, o fingiendo que todo está bien, porque a ti no te ha pasado nada malo todavía, ¡ve para que te enseñe a solidarizarte!
Si eres el empresario, que crees que has perdido tanto, que ya no puedes dar, ¡ve y permite que ella lije los callos de tu corazón!
Si eres delincuente, del tamaño que seas, ir con ella ¡Es vital! Para que te diga como perdonar a quienes te lastimaron tanto, para vengarte así.
Ella ama sin juzgar. Porque conoció la calle más que todos nosotros, buscando a los más pobres de todos los pobres, nos encontró en espíritu. Sabía lo mucho que la íbamos a necesitar.
Destinó al padre Angelo, para hallarnos a los chihuahuenses tan pobres como estamos por dentro. Tan pobres como nunca lo fuimos y trascender su obra en nosotros.
Vino a conducirnos en nuestra absoluta oscuridad y que conoce perfectamente ¡Cumplamos su deseo! Si no has ido, ¡ve! Si ya fuiste, ¡vuelve a ir! Lo necesitamos... ¡Hasta que aprendamos!
Madre: Pide a Dios nos ilumine, para aprender a vivir, luego a amar, después a dar. |
Madre Teresa de la Humanidad, se queda hasta enero en Chihuahua, para alimentarnos y despertarnos al amor. En La Casa Chihuahua, calle Libertad y Venustiano Carranza, edificio antiguo de Correos. Todos debemos verla. Entrada gratis los Domingos.
¿Cómo rellenar ese hueco vacío que la realidad nos va excavando dentro?
ResponderBorrarInstalados, cada día más, en la idea de la desesperanza, es difícil salir de esa especie de tristeza generalizada. Es una enfermedad que en el tiempo, a los que disponemos de él, nos atenaza y, a los que carecen de él, les insensibiliza en su carrera diaria del "deprisa, deprisa".
¿Cuántas Teresas de Calcuta nos harán falta?
Sin siquiera consagrarnos como samaritanos. Con que hiciéramos un poquito por las personas que necesitan ayuda, haría mis mucho entre todos.
BorrarAbrazo.