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domingo, 20 de marzo de 2011

Primavera en El Tajín


El Tajín recibe la primavera. Los indígenas totonacas, practican el Ritual del Litlán, en la majestuosa zona arqueológica, en Veracruz, México, que data del siglo I. Con el humo de inciensos de copal, música de violines y guitarras y danzas, los médicos tradicionales, hechiceros, parteras, a las 5 de la tarde del 20 de marzo, limpian y protegen las ruinas y agradecen por el ciclo que culmina.

En la plazuela ante la pirámide de Los Nichos, depositan su ofrenda a los dioses, que consiste en comida, bebida y flores, en una mesa de honor. Allí se sitúa El Consejo Supremo de Ancianos, para presidir y presenciar la ceremonia y 4 niños que representan a 4 ángeles, encargados de resguardar la ofrenda. La danza se desarrollas durante 12 horas, para pedir a los dioses salud, bienestar y paz.

La magia surge al caer la noche, bajo la luz de la luna llena y las estrellas, fusionándose el cielo con la iluminación de las pirámides, “lugar de los dioses”.

Con trajes típicos y rosarios de flor de Cempasúchil sobre sus cuellos, niños, mujeres, hombres y ancianos, portan una vela, una rama de gladiolas y su fe; mantienen su paso firme y sus rezos en lo más alto, durante la madrugada.

Se sacrifica un guajolote como ofrenda a los dioses y miembros distinguidos del Consejo beben su sangre con diferentes bebidas alcohólicas.

Hacen un breve descanso, para compartir una cena ligera y continuar los bailes hasta las cinco de la mañana. Finalizan el ritual, mediante una “limpia” entre todos los participantes, con rostros extenuados y satisfechos.

Es la zona arqueológica El Tajín, Patrimonio de la Humanidad y a partir del 2009, la UNESCO reconoció también el ritual de los Voladores de Papantla Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

Su ritual abre con  la danza de los pájaros, dirigida por un caporal con el sonido de su flauta. Luego 4 danzantes, mensajeros del sol, suben a un mástil de 35 metros de altura, desde donde descienden de cabeza, atados de la cintura por sogas, en el transcurso de 13 vueltas al poste. Descenso que representa la lluvia. Honran al Sol y a la Madre Tierra, pidiendo por una buena cosecha.

El número 52 de todas las semanas del año, resultan de multiplicar el número de los 4 participantes por las 13 vueltas del descenso.

Al llegar, mediante un giro tocan tierra. El caporal sentado en  la cima del mástil, toca la flauta durante todo el descenso de los Mensajeros del Sol y finalmente se desliza por otra cuerda. Allí termina el ritual.

Veracruz es uno de los Estados más bellos de México, bien denominado “El Estado que lo tiene todo”


El Tajín es una zona arqueológica muy cuidada, bien administrada y con buena infraestructura. Se celebró el festival Cumbre Tajín, con la participación de renombrados artistas  internacionales. Ente ellos Miguel Bosé.

2 comentarios:

  1. Nuevamente, en este artículo, asoma la América más antigua. Y surgen las bellas palabras que son especies desconocidas a este lado del océano.

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