La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Hermoso poema para empezar el día.
ResponderBorrarA veces actuamos como avestruces por miedo a la verdad...Bueno o malo que más da...
Y, Sara, claro que dejo el comentario. Siempre lo hago porque cuando llegan a mi espacio me parece una suerte enorme pero, si además comentan lo aprecio como un tesorito.
Feliz domingo
Un comentario, como tu lo has dicho es un tesorito para quienes tenemos un blog, gracias por el tuyo.
BorrarFeliz comienzo de semana, que empieces por todo lo alto, como tu avatar.
Un excelente poema de Salinas. Posiblemente los versos son tan elocuentes como la terrible verdad de la pasividad. Dejarse querer sin demostrar a su vez que se ama de igual forma es dejarse arrastrar hasta el infinito por caminos desconocidos pero que se saben seguros. De vez en cuando, la seguridad es vencida y...
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, Sara.
Híjole, Antonio. No sabemos si es pasividad o ese dejarse querer con premeditación, alevosía y ventaja, de quien se sabe con la ventaja en su mano. Pero cuando la seguridad es vencida, quiza ya se esté en posibilidades de una correspondencia... o gran complicación, jajaja!
BorrarAbrazo anisado.
Querida amiga. Hasta la piel se me ha puesto escarchada, cuando he recordado este poema.
ResponderBorrarGracias por traerlo de nuevo a la memoria.
Besos grandes.
Es el suspenso de no saber que pasará, de un dar deseando un resultado, pero seguros de que no será. Duele ¿verdad?.
BorrarBesos alegría de mucho anís.
Hermoso poema donde Salinas manifiesta el temor a descubrir no ser correspondido por esa amada que se muestra tan indiferente y que sólo se deja querer. Estamos ante una amada que sólo se intuye a través de augurios, mapas, hojas blancas, etc pero en definitiva una amada no presencial, ajena al amor del poeta.
ResponderBorrarGracias Sara por traer aquí este hermoso poema del gran poeta del amor Pedro Salinas
Un abrazo