Nieto: ¿Qué más hacían en tus tiempos abuelo, además de jugar a esos juegos tan... tan... de correr y brincar y eso?
Abuelo: Teníamos deberes en la casa, ayudábamos.
Nieto: ¡Pobres! ¿No tenían robot?
Abuelo: No teníamos. Leíamos. Siempre leíamos. A veces en voz alta, para analizar y comentar con quienes nos reuníamos, amigos, hermanos.
Nieto: Yo tengo una aplicación que hace todo eso y solo reenvío el resumen a la profa, sin tener que leerlo, ni juntarme con nadie.
Abuelo: Nosotros leíamos por gusto, por aprender, por imaginar, por soñar. No solo por la escuela.
Nieto: ¡Qué pesado sería, abuelo!
Abuelo: Escuchábamos música, nos aprendíamos las canciones que nos gustaban. Traducíamos las que estaban en otros idiomas. Bailábamos.
Nieto: Yo tengo traductor simultáneo.
Abuelo: Leíamos para ampliar nuesta cultura, para mejorar nuestra redacción, ortografía... Para...
Nieto: Pobres... No tenían autoredactor y corrector automático. Aquí dictas un tema y en segundos te hace un poema como lo pidas. Libros, los que quieras y los puedes vender en mil plataformas.
Abuelo: También charlábamos, bromeábamos, reíamos, convivíamos siempre.
Nieto: ¿Quéee? ¡Qué desperdicio de vida, qué riesgoso y qué asco, abuelo! ¡Todos juntos! ¡¿sin mascarillas, ni vacunas, sin desinfectarse?! Debió ser terrible... Y... Parece que... no tenían nada más qué hacer en tu antigüedad. ¿Tan rudimentarios?
Con eso cierra la conversación, el chico, sin mover jamás su atención del teléfono inteligente, en el que persigue y aniquila dragones y extragalácticos, por premios en criptomonedas, que gasta en bonos para viajes o artículos accesorios cibernéticos.
El abuelo escapa al jardín, para esconder unas lágrimas detrás de unos lirios. Luego, va y desconecta el wifi desde el exterior...
2 minutos después...
Nieto: ¡A-b-u-e-l-ooooo! Me prestas tu celular, que el mío se gastó los datos. Se cayó el Wifi. Repórtalo urgente.
Abuelo: (Fingiendo consternación) No, cariño... Mi celular se descompuso y lo deseché. Y no tendremos Internet, porque no lo pagué y suspendieron.
Nieto: Nooo, no puede ser. Es una desgracia. Estamos en el año cero. Háblale a mi mamá que venga de inmediato por mí. O a papá que venga ¡ya! Enrojecido de ira y con los puños cerrados, el cuerpo rígido y todo lo que le pasa a quien está por colapsar.
Abuelo: Imposible, amor... Sabes bien que regresarán por ti en 15 días y... no tendremos Internet. Lo siento.
Nieto: Y ¿cómo vamos a sobrevivir hasta entonces? (llorando a gritos).
Abuelo: podrías ayudarme en el jardín o a dar mantenimiento a la casa. Hay mucho qué hacer.
Nieto: ¡Qué infierno eres! Malo... Malo... Eres un maldito. Te odiooooo.
El abuelo lo contiene con fuerza, cuando se le acerco el chico a golpearlo. Quedaron tirados en el pasto abrazados, hasta que salieron las estrellas, que fue cuando el chico recuperó la consciencia.
Abuelo: ¿Quieres que observemos estrellas?
Nieto: ¿Para qué, abuelo... Para qué serviría esa tontería?...
*Ejemplo de "Quien te quiera te hará llorar" de la entrada anterior.
Me ha encantado el texto, y desgraciadamente es tan real como la vida misma. Yo me quedo con la vida rudimentaria.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias, Rita. Sin dudarlo, me encantó la infancia de esfuerzo.
BorrarUn abrazo.
Sabio y didáctico, amiga, deberían leerlo quienes se les cae el mundo encima si no pueden conectarse y ahí vamos a incluir a todas las edades. Cuánto se ha perdido... aunque parezca lo contrario.
ResponderBorrarBesos, buen día 🌞
Gracias, Vero. Yo veo más contras que pros.
BorrarBesos 🌸
Que pena de realidad la que vivimos con estar tan apegados a internet al extremo de no poder vivir sin él, es otra forma de droga pues se crea una grave adición.....que bien se vívía sin él en esos tiempos del abuelo que son los mios también.Besicos
ResponderBorrarSi que es penoso. Todo lo cambió la tecnología. Me gustaba la vida sin todo esto.
BorrarUn abrazo.
Un relato muy bien construido y de manera didáctica. Las nuevas tecnologías usándolas bien, son magníficas, pero todo cambia cuando se llega al absurdo de estar pegados a una pantalla como único medio de comunicarnos con los demás.
ResponderBorrarY además, crea adicción que puede hacer nuestra vida un tormento.
Regreso a la blogosfera ilusionada y encantada de poder saludarte y leerte.
Besos.
Bienvenida. Me encanta que estés de regreso, porque haces mucha falta cuando te ausentas.
BorrarEstamos atrapados por aparatillos. Todo cambio.
Un gran abrazo.
Da mucho de decir y de pensar.
ResponderBorrarEl futuro que tienen los jóvenes no lo veo como futuro sino retroceso.
Besos
Tienes razón... No se les ve más felices que como fuimos a su edad.
BorrarUn abrazo.
Te cuento Sara, cuando se corta la luz o cae internet tengo cinco minutos de pánico, luego voy buscando alternancias, un libro, las sopas de letras, la radio portátil, y si es de noche levanto bien las persianas para ver el cielo, un abrazo!
ResponderBorrar¡Nooo! Jajaja. Te imagino y me divierto contigo en esos 5 minutos.
BorrarMejor veamos estrellas.
Un abrazo.
Así es, preciosa, el abuelo y su mundo de sueños hace llorar a un loco por la tecnología y no aprende, no entiende y le importa todo un bledo.
ResponderBorrarBuen relato explicativo.
Estrellas azules con sabor anís compartidas con ese abuelo.
Nada que no pueda un abuelo con ganas de corregir. Jajaja.
BorrarAbrazo de cuento.
Absolutamente cierto.
ResponderBorrarUna sociedad sin grandes valores, dependiendo siempre de la tecnología. No digo que no esté bien pero, en exceso, todo es malo.
Así va el mundo...
Un fuerte abrazo.
Es en donde quedó atrapado el hombre. La nueva droga.
BorrarUn abrazo.
Siempre se da la incomprensión entre generaciones y esta que aquí nos presentas es novedosa en la historia. Me ha hecho pensar en aquel otro tiempo donde no existían los libros, donde estos eran manuales y tan caros que solo estaba al alcances de poquísimos; entonces el enfrentamiento sería entre el muy raro lector y la tradición oral, lo acumulado en la memoria como saber. La humanidad siempre va adelante, pero hay unos precedentes que no pueden ser olvidados.
ResponderBorrarUn abrazo.
En vez de ser cada vez más libres, por gusto y pereza han elegido ser más esclavos hoy.
BorrarUn abrazo.
Realidad pura en estos tiempos amiga,muy buen post,abrazos.
ResponderBorrarLa actual esclavitud. Un aparatillo ha venido a dominar a la humanidad.
BorrarUn abrazo.
Espero que no llegue o que yo no lo viva, uso las "modernidades" pero necesito lo cercano, los libros, la gente, el roce. Una entrada que nos llega desde luego. Un abrazo
ResponderBorrarA nosotros no, porque conocimos una mejor manera de vivir y discernimos, pero a todos los demás ya los atrapó.
BorrarUn abrazo.
Quedó claro que el nieto quería al abuelo por eso se lanzó a pegarle y lo tiró al suelo... "Quien bien te quiere..."
ResponderBorrarBss
Jajaja. Ándale, ese es el resumen jajaja.
BorrarBss.
Pobre abuelo nieto malcriado te mando un beso
ResponderBorrarBastante malcriado. Nada que no pueda corregir el abuelo. Dejará como nuevo al chico.
BorrarUn abrazo.
¡Qué hermoso Sara! visto desde ese ángulo... ese refrán si tiene sentido... y si que el abuelo quería mucho a su nieto...Me da horror como viven los chicos de hoy en día, pegados al celular, incluso dejan enfriar la comida en la mesa, porque se sientan a comer (supuestamente) pero no sueltan el dichoso aparato...Sara yo tengo celular, y uso bastante el whatsapp más que nada, pero jamás lo cambiaría por una larga y entretenida sobremesa con mis hijos y nietos...conversando y riendo. La juventud de hoy está robotizada. Muy linda tu prosa. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias, Ingrid. Los padres son los responsables. Hoy le temen a los hijos muchos de ellos. Los chicos mandan.
BorrarTe felicito, nada como la comunicación de frente.
Un abrazo.
Excelente o teu texto Sara. Ele nos dá uma visão exata da realidade.
ResponderBorrarNa verdade, os progressos tecnológicos, nos tornaram mais solitários, perdeu-se em grande medida a convivência e as conversas olhos nos olhos, tudo é feito à distância, de uma forma algo impessoal. Perdemos demasiado tempo utilizando os meios electrónicos em detrimento do contacto pessoal, que será sempre insubstutuível!
Uma boa semana para ti.
Um grande abrazo!
Se usa en exceso y ha deteriorado las relaciones interpersonales. Muy lamentable.
ResponderBorrarUn abrazo.
La tecnificación mata la imaginación.
ResponderBorrarUn abrazo.
Y todas las capacidades. :(
BorrarUn abrazo.
Nos está matando esa dependencia, ese apego a la tecnología... en medio de tanta gente, estamos solos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Aislados y de mal humor.
BorrarUn abrazo.
Gran abrazo. Y mi recuerdo y apoyo.
ResponderBorrarGracias, Amalia. Estamos bien.
BorrarUn abrazo fuerte.
Triste y muy real el tema que nos traes Sara.
ResponderBorrarBesos.
La tecnología nos ha atrapado.
BorrarUn abrazo.
Que tremendo...hoy conversaba con mis alumnos y de lo que más les interesa a ellos o les gusta es estar jugando en el pc o su celular...listo!
ResponderBorrarestés muy bien!
Allí encontraron el escape del mundo, en una realidad alterna.
BorrarUn abrazo.
Aún recuerdo los juegos que teníamos, el marro, las canicas, nos contábamos historias de palabra, jugábamos a la pelota... pelota real, había que ir tras ella para conseguir darle una patada, alguno llevaba un TBO o Cómic, que nos lo pasábamos para ver en dibujos lo último que se publicaba, hasta en ocasiones alguno aparecía con un libro, si con un libro de papel, por cierto no tenía ningún conector para enchufarlo a la red...
ResponderBorrar¡Qué tiempos aquellos, y que bien nos lo pasábamos!
Espera, que vamos a jugar al escondite y cuando nos cansemos, nos tumbaremos en la hierba y si esperamos un poco veremos las estrellas, los planetas, el sistema solar...
¿Sin wifi, sin móviles y sin PCs?
Espera, antes de que se haga de noche, vamos a contar mentiras, empiezo yo.
Por el mar corren las liebres,
Por el monte las sardinas,
Salí de mi campamento
Con hambre de seis semanas,
Me encontré con un ciruelo
Cargadito de manzanas,
Empecé a tirarle piedras,
Y cayeron avellanas, tralará...
Vosotros seguís.
Todos a casa que se hace de noche.
Abrazos.
Qué época tan maravillosa nos tocó vivir, Emilio. No la cambiaría ni por la de antes que nosotros, ni por los de ahora.
BorrarFuimos muy sanos y libres. Hoy recordarlo, mos llena de alegría.
Un gran abrazo.
Sara me parece a mi que conforme pasan los años los paradigmas cambian y tanto como en algunos aspectos se avanza en otros se retrocede.
ResponderBorrarCreo que no hay que ser extremistas en ningún orden de la vida. Que cada época tuvo sus cosas buenas y malas.
Y creo firmemente que la juventud, los niños y las niñas no son responsables de sus actitudes en tanto y en cuanto alguien adulto debió haber sido su modelo.
Siempre planteas temas en los que hay tanto para reflexionar y debatir que apenas si puedo hacer un bosquejo de por donde voy con mis pensamientos.
Casualmente amiga en el post que tenía listo para que saliera hoy hacía algunas reflexiones sobre el tema de la educación en estos tiempos y las actitudes de los padres o responsables de niños, niñas y adolescentes.
Supongo que lo publicaré la semana próxima. Allí quedo guardado como borrador.
Abrazo y que tu fin de semana sea como vos lo quieras.
Muchas gracias por tu interesante comentario. Por supuesto que los niños y jóvenes no son los culpables, sino quienes los han educado o más bien dicho: no educado. Muchos padres han descuidado su función y es internet quien los "educa".
BorrarPero aquí con ese ejemplo solo quise defender la frase: "Quien te quiera, te hará llorar", que cuando lo publiqué me dijeron que no era posible, hacer llorar a quien se quiere.
Precisamente por amor, es que el abuelo, corta el servicio de internet al nieto, para mostrarle al chico en esos quince días que tendrán de convivencia, que también hay vida fuera de internet.
El chico, aprenderá, pero de inicio llora y patalea.
Conclusión: El abuelo por amor lo hizo llorar y se confirma en este caso la frase.
Recibe un abrazo muy grande.