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martes, 4 de enero de 2011

Libre


La caligrafía de esas letras, provoca muchas reacciones de terceros. Retos y desconcierto a quien las escribe, junto con su determinación de rechazar los cánones de la vorágine masiva,  que excluye al osado, con todas sus consecuencias.

Significa pronunciar negaciones casi a diario, ir en contra de muchas corrientes. Cerrar puertas y hasta disfrutar del portazo, al no aceptar convenios convenencieros, que lastimen a alguien. Para seguir por el centro y en línea recta, aunque solo aguarde la incertidumbre y nadie, al otro lado.

El libre no muta como la “sociedad del éxito”. Es como un prehistórico de conciencia. En ello radica su éxito y su capacidad de disfrutar de todos los lujos que el éxito habitual no consiente, en su magia casi ascética. 

Es la intrascendencia de las opiniones de quienes lo  juzgan, como  ingrato, inmaduro o loco. Pues no entienden su decisión de no quedarse al banquete que nadie puede rechazar.

El libre baila como tango el mejor vals. Alarma y escandaliza, a quienes ya  tenían bien ensayado la pieza musical.

Al libre se le quiere a distancia… o a ratitos, porque se corre el riesgo del contagio, si se convive de cerca y con más frecuencia, porque echa a perder los negocios de cualquiera.  

La libertad, a veces duele a su dueño, porqué presenta sus derivaciones de incomodidad, falta de estímulo y camaradería. Al dejar de recibir el muelleo blando de las mayorías esclavizadas, debe aprender a prescindir.

Ah! pero cuánto gozo siente el libre, al decir sus verdades, sin miedo de ser descartado o juzgado, por no ser propiedad de nadie más que él mismo.

Vive plácido en desnudez, amando con correspondencia o no. Haciendo  y deshaciendo, con sus sueños intactos. Como el roble, muy alto y lejos de todos,  pero más cerca de Dios.

Pensaré ¿qué tan libre soy?

Tú, ¿qué tan libre eres?

2 comentarios:

  1. Buena es esa descripción de la libertad que se niega a cegarse por la conveniencia.

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  2. Cree el hombre que la conveniencia le otorga satisfacción, pero a mi ver, sólo esclaviza y la satisfacción momentánea. Y por eso se siente vacío al final de cuentas.
    Un abrazo.

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