Es la reserva ecológica tropical más grande de México, situada en el Estado de Campeche, al sureste de México. Cuenta con una extensión territorial de 723 185 hectáreas, sólo es rebasado por el parque Yellowstone, en Estados Unidos.
Es además una impresionante zona arqueológica, Patrimonio Mundial de la UNESCO, desde 1989. Es una de las más grandes de Mesoamérica. Su nombre maya, significa "dos montículos o pirámides adyacentes".
El reino animal y vegetal, lo convierten en un lugar extraordinario. Árboles de maderas preciosas y unas 1 600 variedades de plantas concentradas en la selva alta, mediana y baja.
Representa la principal área de protección para los felinos en México y una de las más importantes a nivel mundial; destacan el yaguarundí, el puma, el tigrillo, el ocelote y el jaguar.
Abunda el mono aullador, el mono araña, el tapir, el pecarí, el oso hormiguero, el armadillo y los venados bura, cola blanca y temazate. Además de unas 282 especies de aves, entre las que se encuentran la chachalaca, el perico, varias especies de tucanes, pavos de monte, los trogones, algunas especies de loros, el hocofaisán, el zopilote rey, águila y aguililla; unas 50 especies de reptiles y aproximadamente 400 tipos de mariposas.
En un territorio de más de 70 kms. se han localizado alrededor de 6 mil 252 estructuras, incluyendo templos y adoratorios, un juego de pelota, palacios y casas-habitación construidas con piedras labradas, lo que la convierte en la ciudad maya más extensa y, aún faltan edificaciones por descubrir.
Destaca Chicanná, que parece una pequeña ciudad, en donde se encuentran distintas construcciones, en su mayoría dedicada a edificios ceremoniales. Su núcleo está rodeado por un largo y ancho canal, y compuesto por dos enormes acrópolis de 50 metros de altura, la base de una de ellas cubre casi dos hectáreas, representando así un edificio más o menos del tamaño del Templo de la Luna de Teotihuacán y dos veces más que los dos edificios públicos más sobresalientes de ciudades mayas como Uxmal.
La Gran Acrópolis, es un espacio residencial urbano compuesto por un conjunto de estructuras que se ordenan en torno a plazas y patios y fue concebido como una área pública y otra reservada para la clase dirigente.
Se han explorado dos unidades residenciales ocupadas por las clases dirigentes: la Casa del 6 Ahau, Wac Ahau Nah y la Casa del Dueño del Cielo y al ascender comprendemos el porque de su nombre.
Fue la capital maya y el centro más poderoso, incluso que Tikal. Se estima que fue habitada, alrededor de 1 500 años, desde el período preclásico, hasta el periodo Posclásico tardío. Hasta alrededor de 500 d.C.
La Gran Plaza es el lugar en el que lo sagrado queda a la vista de los hombres; con zonas propicias donde desarrollaban sus ceremonias, el sitio para convocar a los dioses.
Los gobernantes y cortesanos tenían acceso visual a todo el conjunto, de la misma manera que la gente de a pie podría contemplar la majestuosidad de la vida palaciega.
Además cuenta con 108 estelas, que son un auténtico ejemplo de arte maya y que han arrojado mucha información sobre el desarrollo político y espiritual de la ciudad.
Cuenta con guías de turistas, que son antropólogos esmeradamente especializados, de origen maya casi en su mayoría, que dominan todos los idiomas de los visitantes. No se permite ingresar sin su compañía y ellos se encargan de hacer del recorrido algo fuera de serie.
Sus explicaciones amenas, divertidas y enriquecedoras, con tanto detalle, nos lleva a admirar aún más la civilización maya, envueltos en la melodía de la selva. Además, en su compañía somos capaces de contemplar a los animales que habitan en total libertad el sitio, sin ningún temor.
Es extremadamente impactante, transitar el sitio habitado por la realeza maya, que al contemplarla, desearíamos haber formado parte de ella.
No obstante la gran difusión de Chichen Itzá, Calakmul es superior en extensión y magnificencia, porque es la zona, junto con Palenque en Chiapas, más colosal del México Prehispánico.
En Calakmul, se siente una mezcla de miedo, curiosidad, admiración y regocijo, ¡adrenalina!, al ir caminando y detenernos para admirar, a un despreocupado jaguar, cruzando el camino por donde vamos, mientras los monos escandalizan en lo más alto de los árboles, las águilas sobrevuelan los edificios, y escuchar el susurro de millones de abejas, en una espesa nube, por encima, pero inalcanzables. Acompañados y rodeados de múltiples mariposas. Todas las que nunca se hayan visto antes juntas.
En Calakmul se comprende que los animales solo atacan cuando sienten miedo, porque pasan a centímetros de uno, con total indeferencia… Aunque, la verdad jamás me atrevería a comprobarlo, sin la compañía de un guía, ni a acampar como hacen los antropólogos, biólogos, botánicos y demás especialistas, ¡jaja!
No se permite utilizar ningún perfume y el repelente debe ser sin olor, ni ningún tipo de ingrediente activo tóxico que altere ese hábitat. Además de que a nadie le gustaría atraer a tal cantidad de abejas.
Uno de los mejores edificios corporativos, de la exclusiva zona de Santa Fé en la ciudad de México, fue bautizado con ese nombre, obra del arquitecto Agustín Hernandez Navarro, emulando el juego de pelota de la ancestral ciudad maya.
Apabulla tanta grandeza. Uno se llena de curiosidad y de respeto. Uno se siente más pequeño que en la mayor y más bella de las catedrales.
ResponderBorrarA mi gusto, es la mejor de todas las zonas arqueológicas del pais.
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