Se han propuesto los mexicanos que viven en USA, hacer un paro laboral el día primero de mayo, en que se conmemora en México el "Día del Trabajo".
Nos piden a los mexicanos en México que les apoyemos de una manera muy simple: Solamente NO COMPRAR PRODUCTOS DE ESE PAÍS, NI CONSUMIR EN SUS CADENAS DE RESTAURANTES, SUPERMERCADOS, TIENDAS DEPARTAMENTALES, ESTABLECIDOS EN MÉXICO, durante el Primero de Mayo.
Esto, como protesta por una serie de derechos prometidos por aquel gobierno, no cumplidos, desde el día en que optaron muchos mexicanos, por perseguir El Sueño Americano, a partir de 1943 a la fecha actual.
Habrá quienes estimen que el problema de la emigración es un problema exclusivamente de México...Que si aquí hubieran mejores condiciones y oportunidades para todos, no se hubieran ido, etc. o que simplemente ¡no les importa! quiénes o cómo estén por allá.
¡No juzguemos! Ni hagamos el análisis socioeconómico... Solo pensemos en que razones muy poderosas debieron orillarlos a abandonar el suelo donde nacieron y que tienen derecho a luchar por mejores condiciones laborales y de vida en aquel país.
Es un acto muy sencillo, para demostrarles a las autoridades norteamericanas lo que es un día sin mexicanos, como la película que todos vimos hace tiempo. Además, recuerda que aquellos compatriotas siempre son los primeros en solidarizarse con nosotros cuando lo hemos necesitado.
Te comparto, esto que escribí hace tiempo:
Los Emigrantes
Los emigrantes huyen.
Se aventuran, sin destino,
sin memoria, llenos de ilusiones.
Sin antecedentes,
porque en el viaje se pierde
¡Hasta la identidad!
Las cosas más preciadas,
al final se resumen
en un pantalón y una foto.
A veces: ¡Ni eso!
En ese andar…
Hasta los recuerdos estorban,
o simplemente,
es más sano olvidar.
Son los más flexibles,
consecuentes y prácticos,
para llenar el vacío,
de ya no tener un sitio.
Se visten de orgullo y coraje
Pero…Ciertas noches,
les traicionan de sorpresa
y lloran solos, en silencio.
Despiertan siempre,
con el sabor de la añoranza,
sin encontrar la forma
de catalizarlo.
Les duele, tal vez la infancia,
en que todo se resolvía,
con un simple abrazo,
o por decisiones ajenas.
La adaptación lesiona
y deben callar,
y aparentar fortaleza,
y sonreír, aun sin correspondencia.
Llevan sus costumbres,
como secretos a cuestas,
para involucrarse con otros,
convirtiéndose en “mutantes”.
A pesar del temor,
que les causa lo ajeno,
refuerzan su coraje,
para seguir su búsqueda.
Recorren el mapa,
hasta enterarse de tajo,
que eso que anhelan
simplemente ¡No existe!
Como la iglesia católica, el poder de los estadounidenses en el mundo está suponiendo un fenómeno de aculturación. Cada vez las ciudades se parecen más unas a otras, los mismos comercios, el mismo modo de construir, el mismo afán por ostentar... y el convencimiento de que resistirse a ello es inútil. ¿Cómo el mundo se deja avasallar por una cultura tan chabacana? Tampoco lo sé.
ResponderBorrarAy, no sé... yo no tengo nada que pueda decirte que admiro de ese país.
BorrarUn abrazo más.