Si lo practicáramos no estaríamos en crisis. No le restes valor e esta entrada, solo contéstate:
¿Reconoces y promueves los derechos a la dignidad de los demás sin distinción de edad, sexo, ni clases?
¿Comprendes y aceptas a todos?
¿Te respetas y no aceptas lo que te dañe física, mental y espiritualmente?
¿Aceptas y cumples las leyes y normas que establece nuestra sociedad?
¿Agradeces a otras personas lo que hacen por ti?
¿Piensas positivamente?
¿Defiendes la vida humana, animal y vegetal?
¿Valoras y respetas las expresiones propias y ajenas?
¿Haces el uso correcto de los lugares colectivos?
¿Vives los buenos modales?
¿Reconoces los méritos de los demás, sin apropiarte del éxito ajeno?
¿Valoras a cada persona, su reputación y sus pertenencias?
¿Evitas juzgar a los demás, cuando sus actos son reprobables para tí?
¿Toleras las diferencias?
¿Separas, que la conducta inapropiada se debe corregir y a las personas comprenderlas?
¿Defiendes valientemente tus conceptos, considerando los ajenos?
¿Decides, sin ofender a los demás?
¿Reconoces lo que no es tuyo?
¿Cómo te fue? ¿Tuviste sólo aciertos? ¡Felicidades!
¿No todos? Anótalos y tenlos muy cerca de ti, trabaja todos los días por eliminarlos. Recuerda que quienes te amen, seguirán amándote igual, pero tú te sentirás más satisfecho y capaz de corresponder ese amor.
La forma de respeto más simple es seguir las reglas, pero el verdadero progreso no está en la inteligencia, sino en el corazón. El amor… propio y hacia los demás, es la única guía para honrarlos en forma permanente. Comprender que hasta el ser más diminuto merece protección y cuidado.
Las dificultades hacen que muchas personas pasen por encima de las reglas y de las demás personas, para conseguir sus fines. Haciendo del mundo un lugar de violencia y sufrimiento.
"Los fuertes no son los rudos y agresivos"… Por ejemplo, aquí ya cometí un error. Debería decir: "Los fuertes son los respetuosos y condescendientes", en vez de “no son”.
¡Cuánto tenemos que aprender de la palabra RESPETO! Pedimos y exigimos, pero poco sabemos de dar, aceptar, reconocer y cambiar. ¡Puede ser hoy ese día!
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española
A todas esas cuestiones puede uno responder con sus buenas intenciones. Sin embargo, cuando las cosas se ponen bravas quién pondera, quién mantiene su juicio frío, quién sujeta la pasión que se aparece de repente... "Consejos vendo que para mí no tengo", es la conclusión que saco de mí mismo. Es cierto que, sin embargo, con los años uno evita meterse en charcos equivocadamente. Tal vez por eso antes se miraba siempre que los jefes fueran viejos porque la vida les había enseñado a elegir la negociación al enfrentamiento, por justo y acertado que éste último pareciese.
ResponderBorrarEn momentos criticos ni nos acordamos y sacamos toda la furia como el más débil y sin control.
BorrarAhora la negociación es ver quién somete a quién. Y los viejos no son respetados, ni venerados.
Un abrazo.