Traductor :

martes, 24 de mayo de 2011

El viejito Simón


Ése viejito que pasa, se llama Simón.
Y así como lo ves, fue niño también.
Al regresar de la escuela, solía
con sus amigos jugar.

Lo mismo a las canicas,  que un partido de Fut,
aunque hoy use bastón y parezca gruñón.
Si te acercas a él, buenos ratos pasarás,
aprendiendo mil cosas nuevas para ti.

Lo que  lo molesta es que se rían de él,
por su cuerpo ya viejo y  lento para actuar.
Si lo visitas con la flota, una tarde como hoy,
puedes estar seguro que alegrarás su corazón.

El viejito Simón, gran amigo puede ser,
porque atesora maravillas para ti,
Nunca olvides que ese anciano,
fue un niño como tú también.

* Para los niños irrespetuosos hacia los ancianos, de las ciudades, en donde todavía sean niños que sepan y puedan jugar con amiguitos de su edad... un poquito desconectados de la Nani-computadora y también, que sepan escuchar un consejo de una voz adulta. ¡Mmm! y también, asegurándose de que el viejito Simón sea de fiar.

2 comentarios:

  1. Tuve la fortuna de convivir bastantes años con mis dos abuelas y mis dos abuelos. Entonces el ritmo de la vida no desunía a las familias. Hoy mi familia, como casi todas, está dispersada (Holanda, Escocia, Francia, los USA... y ciudades alejadas entre sí de España). El nexo de unión se rompió. El sistema global nos invadió socialmente y, groseramente, al grito de "Que cada perro se lama su pijo" (con perdón) rompió la unión y la solidaridad.
    Pero, al tiempo, se está produciendo una solidaridad entre desconocidos, una especie de conciencia global que deseo y espero, no sé si fundadamente, que prospere.
    Pero sí, los viejos hace años que comenzaron a estar solos y el bagaje de sus vidas parece no interesar a nadie. Como dice el cuento, al principio vivieron como personas, luego trabajaron como burros, después se humillaron como perros y por últimos ser rieron de ellos como si fueran monos.
    Lo siento.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Afortunado! Habrá sido muy lindo tener a todos tus abuelos. Yo solo alcancé a conocer a mi abuelo paterno. :(
      Sí, la familia crece y se van dispersando. Duele, pero se acostumbran. Es lo de hoy. Y también, ese otro tipo de relación que va surgiendo entre desconocidos. La necesidad de interrelación perdura, está en nuestra naturaleza, somos sociables.

      Borrar

¡Gracias por tu comentario y tu alegría!